El ex legionario José Barba ha encabezado durante los últimos quince años una batalla para que las autoridades vaticanas admitan los abusos sexuales cometidos por Marcial Maciel. A propósito de la visita de Benedicto XVI a México, Barba tienen listo un libro basado en el expediente secreto al que tuvo acceso el propio Ratzinger, un archivo que documenta que la Iglesia católica encubrió al líder de la Legión desde 1954
Emiliano Ruiz Parra
José Barba. Foto: Dante Castillo
La noche del martes 25 de enero de 2005 conocí a José Barba en el Sanborns de San Ángel, en la Ciudad de México, en donde tomaba café con Saúl Barrales Arellano, ambos del grupo de ex legionarios que habían denunciado los delitos de Marcial Maciel. Para ellos, los acontecimientos se habían precipitado en las últimas semanas después de ocho años de estancamiento.
Apenas un par de meses atrás el papa Juan Pablo II había ofrecido la más reciente prueba de respaldo incondicional a Maciel: el 26 de noviembre de 2004, en una faraónica misa por sus sesenta años como sacerdote, el Papa llamó querido a Maciel, a quien describió como "colmado de los dones del Espíritu Santo". La muestra de respaldo papal fue nuevamente devastadora para los denunciantes.