ALEJANDRO GUTIÉRREZ
2012-03-17 20:17:48 · COMENTARIOS DESACTIVADOS
EDICION MEXICO
MADRID.- Seis meses después de que estalló la crisis entre Pemex y Repsol por la alianza que la primera anunció con el grupo Sacyr-Vallehermoso para incidir en las decisiones estratégicas de la petrolera española, el balance para la paraestatal mexicana es negativo.
Del documento Contexto del aumento de participación de Pemex en Repsol –catálogo de intenciones de la Dirección General de la paraestatal– lo único que se cumplió fue la compra de 9.49% de las acciones de la empresa española pero a cambio de nuevos pasivos, ya que de los mil 600 millones de dólares que se erogaron, mil 120 son créditos con cuatro instituciones bancarias.
El desembolso no le dio a Pemex la influencia que pretendía: mantiene la única posición que ha tenido en el Consejo de Administración de Repsol desde hace 22 años.
Y por la crispación generada, la paraestatal se vio obligada a suplir a su representante Juan Manuel Carrera Panizzo. Actualmente, en la página de Repsol en internet Pemex aparece representada por su abogado general, Marco Antonio de la Peña Sánchez.
En contraste, con 10% de acciones, el fallido socio de Pemex, Sacyr-Vallehermoso aún mantiene una vicepresidencia en Repsol, que ocupa Juan Abelló Gallo, y otra posición representada por José Manuel Loureda, según la misma página electrónica.
Pero el balance negativo para Pemex tiene más aristas. Para negociar los términos legales de la conclusión del acuerdo con Sacyr, la paraestatal contrató los servicios del prestigiado despacho de abogados Cuatrecasas, según se desprende de la nota presentada a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) de España. Dos abogados españoles informan a este reportero que un despacho de ese prestigio habitualmente tiene tarifas de unos 600 euros (casi 10 mil pesos) por hora.
Lo contradictorio es que Sacyr-Vallehermoso recurrió a los servicios del despacho Garrigues, el mismo cuyos abogados y asesores fiscales ofrecen sus servicios a Pemex.
Al menos dos abogados de Garrigues aparecen como “apoderados no consejeros” de PMI Holdings Petróleos España y de Pemex Internacional España, sociedades de la paraestatal en el extranjero: se trata de Íñigo Bastarreche Sagüés y Jesús Fariza Requejo (Proceso 1822).
Crisis y elección
El pasado 19 de enero el secretario de Energía mexicano, Jordy Herrera y el presidente de Repsol, Antonio Brufau tuvieron una comida privada en la sede de la petrolera española y analizaron las posibles soluciones de la crisis.
Herrera –de cuya secretaría, como cabeza del sector, depende Pemex– aprovechó la participación de los dos en un foro organizado por Ernst & Young en la capital española, para cumplir con la instrucción de Felipe Calderón de resolver la situación, aunque fue el propio mandatario mexicano quien había dado el visto bueno para esta aventura de la paraestatal con Sacyr (Proceso 1822).
Herrera habló a los reporteros de su próxima reunión con Brufau. “Nos vamos a reunir a platicar, tenemos muchos temas que abordar para buscar lo mejor para las dos empresas”. Y añadió: “Las decisiones de Pemex son cómo invertir mejor y las de Repsol serán cómo dar mayor rendimiento a los accionistas. Vamos a dialogar; llevará tiempo, queremos lo mejor para ambas empresas”.
Un asesor mercantil español –quien pide mantener su nombre en reserva pues interviene en operaciones de empresas hispanas en México– dice a este reportero: “Ni a Calderón ni a Repsol les interesaba que la guerra siguiera, menos aun de cara al proceso electoral en México. Es un pleito innecesario del que Pemex no salió bien parado”.
–¿En qué podría influir el caso Pemex-Repsol en la elección de México? –se le pregunta.
–No hay una influencia directa, pero no era conveniente entrar a una elección arrastrando un pleito en un área tan estratégica como Pemex y su tradicional vínculo con Repsol; era un frente abierto que a nadie le convenía mantener.
Juan Navarro, responsable de Medios de Comunicación de Repsol, expresa la opinión institucional: “Repsol no tiene injerencia en lo que van a decidir los mexicanos. Hay que tomar en cuenta que Repsol y su relación con Pemex es de mucho tiempo atrás; han pasado muchos procesos electorales en México y en Repsol siempre se ha respetado y trabajado con quien se nombra como representante de Pemex”.
De la comida en la sede de Repsol surgieron las bases de un acuerdo de entendimiento para los próximos 10 años, que se dio a conocer el 27 de enero, donde Pemex nuevamente tuvo que ceder: se comprometió a no bajar su paquete accionario de 5% ni superar 10% y reconoce a Brufau como presidente y consejero delegado de la petrolera, cargos que Pemex y Sacyr pretendían que ocuparan otros miembros del Consejo.
La firma de la paz se concretó el 28 de febrero pasado. Ese día Pemex anunció que tanto su Consejo de Administración como el de Repsol autorizaron poner en marcha un nuevo mecanismo de cooperación mutua y “generar beneficios de corto y mediano plazo en planes estratégicos conjuntos”.
Con base en la legislación mexicana, Pemex contará con Repsol como “aliado” para evaluar y promover oportunidades de negocios para las dos empresas en exploración y producción y en refinación; programas de capacitación mutuos, planes que serán puestos en marcha y evaluados por comités designados igualitariamente por ambas empresas.
Fin del acuerdo
Doce días después de la visita de Jordy Herrera a Madrid, el grupo constructor Sacyr-Vallehermoso y Pemex dieron por terminado su acuerdo.
En Sacyr había fuertes diferencias por la gestión de Luis del Rivero, artífice de la alianza con Pemex, quien fue destituido por el Consejo de Administración el pasado 20 de octubre. En su lugar fue nombrado Manuel Manrique, quien suplió a aquél en la vicepresidencia de Repsol.
El pasado 31 de enero Sacyr y Pemex notificaron a la CNMV la “terminación anticipada” de dicho “pacto parasocial” para “sindicar” sus votaciones en los planes estratégicos de Repsol. También reconocían mutuamente no tener nada que reclamarse y renunciaban a emprender medidas legales.
La contraofensiva de Brufau y su equipo fue demoledora para propiciar los cambios en Sacyr. Ahogada por una deuda de más de cinco millones de euros, la nueva dirección de Sacyr vendió a Repsol la mitad de sus acciones y pasó de 20 a 10%, a cambio de 2 mil 572 millones de euros.
Asimismo Repsol hizo depósitos extraordinarios por mil millones de euros en las cajas de ahorro Novagalicia y BBK, accionistas de Sacyr-Vallehermoso; la primera cuenta con 8.5% del grupo constructor.
Nuevos elementos obtenidos por Proceso y también compartidos por el asesor mercantil consultado, permiten conocer que las tensiones y diferencias entre Pemex y Repsol ya tenían antecedentes.
El 8 de abril del año pasado, Carlos Morales, director de Pemex Producción y Exploración habló en Buenos Aires sobre los proyectos de la paraestatal para otorgar los contratos de construcción de plataformas petroleras, consignó la agencia Bloomberg citada ese día por el diario Reforma.
Morales anunció que la petrolera británica BP y Repsol participarían en la subasta para desarrollar los yacimientos maduros en tierra firme en México, y estaba abierto el proceso de los contratos del campo petrolero de Chicontepec.
En agosto la paraestatal anunció el primer paquete de licitaciones de los contratos integrales de exploración y producción de campos maduros en la región sur del Golfo de México, que ganaron la británica Petrofac Facilities Management Limited y la mexicana Administradora de Campos.
En el camino quedaron 25 empresas, entre ellas Repsol, que habían comprado los paquetes de bases para dichas licitaciones.
#AMLO2012
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