Cuando su pasado los alcanza
1 Enero, 2012 - 19:44Credito:
Lidia Arista
Martí Batres
El exsecretario de Desarrollo Social y Marcelo Ebrard, jefe de gobierno del Distrito Federal, protagonizaron un desencuentro en septiembre, cuando el primero calificó como traidor a Ebrard por reconocer a Felipe Calderón como presidente de México; el conflicto le costó el cargo.
Marcelo Ebrard le pidió ser congruente y le solicitó su renuncia; sin embargo, prefirió no presentarla y aseguró que no había razones para dimitir, por lo que el jefe de Gobierno lo destituyó y nombró a Jesús Valdés Peña en su lugar. Ahora, Batres reitera su aspiración de contender por la jefatura de gobierno capitalino y se manifiesta por que el abanderado de las izquierdas sea elegido mediante una encuesta.
Marcados por acciones de su pasado, Martí Batres, René Bejarano, Manuel Espino, Fernando Larrazabal, Humberto Moreira, Carlos Salinas de Gortari, Gregorio Sánchez y Miguel Ángel Yunes se convirtieron en personajes incómodos para sus partidos o para algunos militantes y fueron el blanco o el pretexto para el golpeteo político.
PRI
Humberto Moreira
En lo que parecía el punto más alto de su carrera política, en enero del 2011, el gobernador de Coahuila, Humberto Moreira, solicitó licencia para dejar su cargo a fin de dirigir el PRI nacional y encaminarlo a la Presidencia de la República. Sin embargo, nueve meses después, se vio obligado a renunciar ante el escándalo que generó la deuda adquirida por su administración cuando él gobernó la entidad.
El 4 de marzo, en el marco del 82 aniversario del tricolor, el maestro de primaria rindió protesta como el dirigente nacional número 47. Acompañado por militantes y figuras del priísmo, Moreira Valdés se comprometió a trabajar por el fortalecimiento del partido y advirtió al PAN y al PRD que su partido ganaría las elecciones del 2012.
La polémica ocurrida cuando se comprobó que se utilizaron documentos falsos para conseguir que el gobierno de la entidad gestionara préstamos bancarios generó que dentro y fuera del partido exigieran su renuncia.
Ante el desgaste de su imagen, que incluso Enrique Peña Nieto reconoció y los cuestionamientos del que era objeto, Moreira renunció a la dirigencia de su partido.
El 2 de diciembre se presentó a la 28 sesión extraordinaria del consejo político nacional del PRI para explicar que su decisión respondía a que no permitiría que “una guerra mediática” dañara la imagen del órgano político rumbo a los comicios electorales del 2012.
Carlos Salinas