LUISA ALCALDE: EL CAMBIO ES LO IMPORTANTE, NO EL “HUESO” POLÍTICO: Rita Varela Mayorga - marzo 1 de 2012

Foto: José Antonio Cruz
Cuando uno la ve, a lo lejos, parece una chica como cualquiera… Pero conforme se acerca, a toda prisa, se va diferenciando de las decenas de jóvenes de 24 años que a esa hora de la mañana van y vienen sobre la avenida Paseo de la Reforma de la Ciudad de México.
La diferencia se percibe en su actitud. No usa bolso. En una mano el iPhone, en la otra un fajo de papeles enrollados. En esos escritos está la clave de por qué ella es distinta; en una hora más, Luisa María Alcalde Luján estará sentada con algunos legisladores en su propio terreno: la sede del Senado de la República.
Saluda, como cualquier joven de su edad, se disculpa por el breve retraso en otro día complicado para transitar en la capital del país, más en esta zona donde un grupo de campesinos protesta desde hace días frente al flamante edificio donde despachan los senadores.
Luisa Alcalde, como todo mundo la conoce ahora, es desde el 2 de octubre pasado coordinadora del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) Jóvenes y Estudiantes, un lugar que asumió “por invitación” directa de Andrés Manuel López Obrador. Destaca “invitación”, pues su cargo es temporal. En noviembre de este año, los 16 integrantes del Comité Nacional de Morena, toda la directiva, se elegirá democráticamente, según explica.
Recientemente egresada y titulada de la Facultad de Derecho, por la Universidad Nacional Autónoma de México, su presencia en ese movimiento no es tan espontánea si, como ella misma cuenta, se considera que proviene de una familia de izquierda, de toda la vida.
Su padre es abogado laboral, mientras que su madre, Bertha Elena Luján Uraga, fungió como Contralora General del Gobierno del Distrito Federal cuando AMLO era Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, y actualmente forma parte del Consejo Consultivo de Morena.
Eso último le ha acarreado ciertas críticas. Muchos dicen que su elección como líder de Morena Jóvenes y Estudiantes fue un “dedazo”; “pero cómo lo va a ser, si este es un movimiento espontáneo, donde se participa por gusto y compromiso con una causa de largo aliento que busca un cambio en el país. Yo soy una promotora social, no estoy buscando un ‘hueso’ como los políticos”, argumenta.
Sobre su futuro, afirma, aún no está cierta. Lo que sabe perfectamente es que, desde donde se encuentre, siempre participará en la lucha social. Está en sus genes. Quizá se dedique a litigar, quizá un día ocupe una curul en ese edificio que vemos ahora desde una vidriera. Quién lo sabe. Por lo pronto, además de llevar su mensaje de conciencia, vive su juventud a tope: hace yoga, le gusta la música, es “súper” bailadora y, dice, “soy una persona sociable, a la que le gusta cotorrear”.

Foto: www.regeneracion.mx/morena
–De pronto te has convertido en una líder distinta. No hay un perfil de liderazgo entre los jóvenes como el tuyo, no lo vemos al menos en otros partidos. Menos aún a alguien que esté haciendo trabajo, todo terreno, a lo largo y ancho del país. ¿De dónde te surgen estas inquietudes?
–Yo vengo de una familia que ha simpatizado toda la vida con la izquierda. Mi papá es abogado laboral y siempre ha defendido trabajadores, y ha estado en la lucha sindical. Mi mamá también estuvo en esas luchas y después trabajó como contralora en el gobierno del Distrito Federal con Andrés Manuel; ahora participa activamente en Morena, igual que yo. Entonces, en realidad, mi simpatía por este movimiento surge desde antes de lo del desafuero; es ahí donde me involucro –estaba chavita, tenía 16 años– y eso ayudó a que, poco a poco, supiera más de las necesidades de la gente.