23. junio, 2013 Álvaro Cepeda Neri * Conjeturas
En su siempre verazmente informada columna, Alberto Barranco nos informa: “A la callada, la juez del concurso mercantil de Mexicana de Aviación, Edith Alarcón, le dio lo que podría ser la última bocanada de oxígeno a Mexicana de Aviación, vía una tregua de 15 días para ubicar una empresa que la rescate o de plano decretar la quiebra. Incierta la primera alternativa, la segunda se discute bajo un escenario en que se permitirá surgir una suerte de Mexicana II, administrada por los trabajadores con los siete aviones que mantiene bajo custodia el Banco Nacional de Comercio Exterior. La empresa regresaría como una alternativa distinta a Mexicana de Aviación, es decir empezando por picar piedra sin rutas ni slots. La posibilidad se discute en la Secretaría del Trabajo” (El Universal, 12 de junio de 2013).
Va Mexicana para casi 4 años en estado vegetativo por las vísperas de una quiebra una y 1 mil veces pospuesta, desde que los dueños, empresarios panistas-calderonistas, la hundieron con la complacencia del mismo Calderón y el ahora senador Lozano Alarcón, pianista como esos nazis que después de sus orgías criminales, se ponían al piano e interpretaban música clásica. El alcohólico y el pianista contribuyeron para que Mexicana fuera a la quiebra, para favorecer a los empresarios y apoyar a quienes habían invertido en nuevas firmas de aviación comercial (los Alemán, los Aspe, etcétera). El odio a los trabajadores que siempre mostraron Calderón y Lozano dejó a Mexicana de Aviación a la deriva al no poder hacer lo que hicieron con Luz y Fuerza del Centro. Estos dos problemas están a punto de estallarle a Peña, pues ha dejado en la impunidad a esos dos bribones.
Los trabajadores, en activo y jubilados, han padecido la agonía de la empresa. Trabajadores de aire y tierra, sin recibir ya dinero (como por un corto tiempo tuvieron mínimos pagos los jubilados y otros más), han sido echados a la calle por Calderón y su cómplice Lozano, como si el mercado laboral tuviera ofertas de empleo para esos 100 mil de Luz y Fuerza del Centro y Mexicana que se quedaron sin su fuente laboral de la noche a la mañana. Son las víctimas de ese par de corruptos política y económicamente, que cobraron millones de pesos como empleados del poder presidencial. Mientras, los trabajadores de Mexicana de Aviación sobreviven con la ayuda de sus familiares, metidos al comercio informal y los jubilados muriéndose de hambre.
Los trabajadores de Mexicana de Aviación han estado luchando para revivir la empresa, porque Calderón y su lacayo Lozano se dedicaron a tratar de extinguirla mercantilmente. Hasta dos de los jubilados hicieron una huelga de hambre en las oficinas del Aeropuerto Internacional de la ciudad de México, logrando que el peñismo atendiera el problema y por eso es que por enésima ocasión se trata de salvarla, mientras el proceso de la quiebra sigue en el juzgado mercantil. Los electricistas radicalizaron su lucha. Los de Mexicana de Aviación lo han hecho con menos combatividad. El asunto es que si declaran la quiebra de la empresa, ahora sí tendrán que, también, irse a las últimas consecuencias.
*Periodista
Fuente: Contralínea 340 / junio 2013
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