Mariana Fernández/Germán Contreras
El Diario | 2014-01-04 | 23:20
Por cuestiones económicas o culturales, en esta ciudad son más los matrimonios que se celebran ante el Registro Civil que por algún rito religioso, de acuerdo con datos oficiales.
Las últimas estadísticas disponibles en el Registro Civil indican que en 2012 se celebraron 7 mil 324 enlaces en la ciudad, misma tendencia que se presentó durante el año pasado, mientras que, por ejemplo, por el rito católico sólo se documentaron mil 714 matrimonios, según informes de la Diócesis local.
“La sociedad juarense es más liberal, por lo cual las familias se han vuelto menos religiosas. El valor espiritual ya no es tan importante en un matrimonio”, dijo Nemesio Castillo, sociólogo y coordinador de la carrera de Trabajo Social de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ).
Benjamín Cadena, sacerdote y maestro del Seminario Diocesano Católico, explicó que entre las causas de que algunas personas no quieran casarse en una ceremonia religiosa está la pérdida de la fe.
De allí que consideró la necesidad de que la Iglesia deba acercarse más a los feligreses para que las parejas conozcan la importancia del sacramento del matrimonio.
El economista Miguel Ángel Calderón explicó que el 85 por ciento de los juarenses gana un promedio de tres salarios mínimos o menos, mientras que el 10 por ciento tiene ingresos de cinco salarios y el 5 por ciento restante son personas con ingresos altos, situación que, dijo, incide a la hora de tomar la decisión de casarse en una ceremonia religiosa y celebrar una posterior fiesta.
La venta de ajuares de bodas, así como la de utilería para festejos matrimoniales, han sido bajas en comparación con otros años y eventos, indicaron empleados de negocios de vestidos, tuxedos, invitaciones y cristalería.
Señalaron que ahora la clientela busca la manera más económica de cumplir con esas celebraciones.
“Ya no se quieren casar”, comentó un empleado de un negocio de cristalería localizado en la calle Ignacio Mejía, quien según sus cálculos sólo dos de cada 50 clientes piden grabados de copas para matrimonios.
Trabajadores de locales de renta de tuxedos y fabricación de vestidos de novia explicaron que la clientela que reciben para bodas religiosas es en su mayoría originaria de El Paso, Texas.
“Buscan lo barato”, dijo Joel Díaz, empleado de una imprenta de invitaciones, al indicar que los clientes eligen los diseños y materiales más simples.
Agregó que aproximadamente de cada cien juegos que se piden para eventos, sólo uno es para una boda.
Los vestidos de novia son de los elementos más costosos, con precios de entre 5 mil y 8 mil, sin mencionar los accesorios de diseñador o los que se compran en el extranjero, dijo Jéssica Ulloa empleada de una tienda para novias.
El sacerdote Cadena sostuvo que no es necesario contar con un gran presupuesto para contraer matrimonio por la Iglesia, debido a que el motivo principal de una celebración es el compromiso con Dios.
Renato Ascencio León, obispo de la Diócesis, dijo que “cuando Jesucristo estuvo en las bodas de Caná hubo baile y fiesta; la alegría de un matrimonio es motivo para que se lleve a cabo una celebración”.
Sin embargo, señaló que en caso de que la pareja no contara con los recursos suficientes, el derecho canónico católico indica que el sacerdote debe oficiar la ceremonia de matrimonio sin costo alguno, por lo que la cuestión económica no debe ser un impedimento.
El pastor Milton Gibbs, del centro cristiano Olivo, sostuvo que la situación económica o los gastos para la fiesta no son obstáculo para que se lleve a cabo el matrimonio, ya que la fiesta puede ser moderada e inclusive celebrarse en el patio de una casa.
Óscar Ramos, quien se casó por lo civil y lo religioso, explicó que “gastamos solamente 17 mil pesos, buscamos la forma más barata de llevar a cabo nuestra unión. Por lo que más se pagó fue por el vestido que tuvo un costo de 7 mil 500 pesos y por la comida, que fueron 5 mil”.
Agregó que la fiesta fue en un modesto jardín, únicamente con personas muy cercanas.
Aun así, hay personas que ya sólo recurren al Registro Civil para evitar gastos.
“A veces vienen a casarse con los uniformes de maquiladoras”, dijo Iván Peña, oficial del Registro Civil 5, al referirse a las personas que se casan de manera espontánea y sin organización alguna.
Agregó que al realizar esta institución las bodas colectivas —que son gratuitas—, se presentan miles de juarenses para aprovechar el no pagar los 435 pesos que cuesta celebrar nupcias por lo civil.
Por convicción o por estatus
Alejandro Sariñana y Salma Rubio se casaron por el civil y por la Iglesia hace tres años, con el fin de brindar testimonio a la comunidad católica sobre el matrimonio como sacramento.
La pareja relató que su sentir al momento de contraer nupcias religiosas “fue una mezcla de felicidad y emoción de poder realizar algo que no conoces con la persona que quieres. Es la esperanza de hacer las cosas bien”.
El esposo explicó que casarse por la Iglesia tiene relación con los valores inculcados, como la fidelidad, honestidad y respeto. Sin embargo, dijo, un matrimonio que sólo se realice por lo civil no queda distante de obtener estos valores, debido a que es un compromiso personal.
“Es cierto que alguien puede casarse por la Iglesia y no ser fiel, pero fallarías a una promesa que hiciste; sería una falla triple, le fallarías a Dios, a tu esposa y lo peor, a ti mismo”, agregó.
Sariñana no descartó la posibilidad de que haya personas que se casan por un rito religioso tan sólo por el aspecto social, porque podría estar implícita una presión por factores externos. “No lo hacen por el aspecto significativo de que Cristo es el acompañante”, dijo.
Óscar Ramos aceptó que su único interés para llevar a cabo un enlace tradicional fue por convivencia con sus seres queridos.
“Mi novia lo hizo por llevar nuestra unión ante los ojos de Dios, yo la verdad nada más mostré interés por cumplir con la tradición y hacer después una fiesta”, manifestó.
Inclusive, los matrimonios inducidos por embarazos pueden gozar de una fiesta posterior a la ceremonia eclesiástica, tal es el caso de Erick y Samantha, quienes al enterarse de su gestación decidieron casarse de manera inmediata.
Erick dijo que su mujer, entusiasmada por la situación, decidió obtener la santa bendición para que la familia estuviera acompañada por Dios, pero para él, ver a sus amigos todos reunidos fue lo más importante. “Lo único que me interesó fue la party”.
El sociólogo Nemesio Castillo consideró que el matrimonio religioso entra en ocasiones en el estatus social, ya que para algunas personas la imagen hacia el entorno en el que se desarrollan es de alta importancia.
“Las personas adineradas lo ven como una necesidad de seguir un parámetro en el que buscan demostrar prestigio. Esas personas no pueden ser vistas en unión libre ya que generarían críticas por no cumplir la unión de dos apellidos”, dijo.
Calderón dijo que en ocasiones los matrimonios realizan la ceremonia religiosa hasta que tienen la capacidad económica para llevarla a cabo, incluso las hacen cuando ya son una familia con hijos.
Consideró que las fiestas posteriores a la ceremonia están más ligadas a la clase media y media alta, que ven como necesidad igualar los eventos matrimoniales a los de sus amigos, también como imagen para satisfacer a sus familiares y personas cercanas.
“Los sectores medios piensan que es una necesidad invitar a muchas personas a la fiesta, e inclusive a personas con las que ni siquiera tienen un contacto entrañable”, dijo.
El pastor Gibbs dijo que entre los cristianos es primordial cumplir con el matrimonio por el Registro Civil antes de la ceremonia religiosa, porque es importante asumir una responsabilidad con la ley.
Señaló que en su iglesia el proceso de matrimonio es similar al de otras religiones: los anillos de compromiso, el lazo, el lanzamiento del ramo, el vestido blanco y el traje negro, sólo que a diferencia del catolicismo la unión es realizada por un pastor.
Mencionó que en sus fiestas el consumo de alcohol y el baile no son comunes.
“Las fiestas se llevan por medio de una cena y la música es producida por conjuntos de diferentes estilos”, dijo.
‘Nuevas generaciones no buscan nupcias religiosas’
En México, dijo Calderón, “la boda por la iglesia es un enlace moral más importante que el civil. Para muchas personas es una manera de demostrar a tus parientes y amigos la alegría en la que vas a vivir”.
Agregó que se ha distorsionado como una manera económica en la que se demuestra a los invitados que la pareja va a iniciar una vida exitosa.
“Muchos lo hacen en cuestión del compromiso para cumplir con las tradiciones familiares a través de la iglesia, si los padres lo hicieron ellos también”, dijo.
Castillo comentó que las recientes generaciones no buscan contraer nupcias religiosas como una necesidad para sostener una familia por el resto de sus vidas.
Las relaciones de pareja se han tornado a cuestiones económicas y de propiedad, la unión libre se ha convertido en una opción, indicó.
“La idea tradicional religiosa y clásica de que el amor es para toda la vida ya no resulta para algunos católicos”, dijo.
Señaló que la unión libre se ha convertido en una especie de periodo para que las parejas analicen si su relación será próspera y digna para compartir sus vidas en un mismo hogar. “Buscan la consolidación de un noviazgo”, expresó.
Dijo que las personas están más conscientes de que las relaciones amorosas tienden a ser de corta duración.
Hoy, comentó, la sociedad está más inmersa en un ámbito en el que las personas expresan su sexualidad y otras costumbres de manera más libre, mientras que las religiones tienden a limitar con el manejo de sus normas a los creyentes. (M. Fernández/ G. contreras)
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