Credito:
Anne Gearan y Scott Wilson / The Washington Post
Foto: Reuters
En medio de la controversia sobre el espionaje estadounidense este verano, altos funcionarios de inteligencia celebraron una reunión informativa junto con el presidente de EU, Barack Obama, en la Casa Blanca, la cual le proporcionaría un amplio inventario de los programas llevados a cabo por la Agencia de Seguridad Nacional (ASN).
Algunos de esos programas, incluida la recolección de correos electrónicos y otras comunicaciones desde el extranjero, ya habían sido dados a conocer en las filtraciones del ex contratista de la ASN, Edward Snowden. Pero Obama también fue informado de por lo menos un programa, cuyo alcance lo sorprendió: “La recolección de información de jefes de Estado”.
Ese programa, cuyos objetivos implicaron las comunicaciones de los aliados de Estados Unidos, como la canciller alemana, Angela Merkel, inició en el 2002, de acuerdo con funcionarios de la administración. El Presidente nunca se enteró de que el programa estaba dirigido a los aliados estadounidenses, aseguraron funcionarios de la administración, quienes agregaron que él estaba al tanto de los esfuerzos de recolección de información destinados a los dirigentes de “países adversarios”.
Los funcionarios -que hablaron en condición del anonimato para describir las actividades que siguen clasificadas- se negaron a delinear el alcance del programa de recolección de información de los “jefes de Estado”. Añadieron que aunque Obama ordenó la restricción de algunos de los programas e informó a Merkel que Estados Unidos no estaba actualmente monitoreando sus llamadas, no se enojó de que funcionarios de inteligencia no le hubieran informado antes acerca del espionaje.
“Su trabajo es obtener la mayor cantidad de información de los personajes políticos como sea posible”, expuso un alto funcionario de la administración. “Están acostumbrados a llegar a esto desde otra dirección; es decir, ser criticados por no saber lo suficiente. Ésta es una nueva dinámica para ellos”, abundó.
Si Obama y los altos funcionarios de la Casa Blanca no tenían conocimiento del programa, tampoco lo tuvieron los legisladores clave, entre ellos la senadora demócrata Dianne Feinstein, presidenta del Comité de Inteligencia del Senado, quien indicó ayer que su grupo no había sido informado adecuadamente de las actividades que se remontan a más de una década.
Funcionarios de la Casa Blanca manifestaron que Obama no fue informado del programa de vigilancia a los líderes mundiales antes de este verano, debido a que las sesiones informativas se adaptan a las prioridades del Presidente. Irán, China, la lucha en contra del terrorismo y otras preocupaciones fueron prioritarias por delante de un informe de inteligencia sobre la información recolectada de los líderes, expusieron los funcionarios.
Indicaron que ocurrió sólo después de que los reportes del espionaje de la NSA se dieron a conocer en Brasil y México, entre otros países. Obama pidió información sobre lo que lo que la agencia estaba haciendo exactamente en aquellos países aliados y en otros, aseguraron los funcionarios.
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