Un México inequitativo festeja a sus mujeres

Martha Cecilia Alzate - Foro - Realidad Etnica y Cultural de RISARALDA (Photo credit: Wikipedia)

Un México inequitativo “festeja” a sus mujeres:

Montserrat Salomón.

Esta semana se celebra el Día Internacional de la Mujer, ocasión que llenará los titulares de discursos coloridos y promesas de equidad y justicia que contrastan fuertemente con algunas dolorosas realidades que tenemos que afrontar. Una de ellas se retrata en el reciente estudio publicado por la ONU-México y el Inmujeres —Violencia feminicida en México (1985-2010)—: la discriminación de género no sólo no ha disminuido, sino que ha repuntado en los últimos años dando como resultado un alza en el número de asesinatos de mujeres hasta superar el promedio de seis muertes diarias en el país.

México presume de vanguardia, crecimiento y desarrollo; quiere presentarse como un líder regional y, sin embargo, no puede parar el círculo de violencia que rodea a sus mujeres.
La OCDE y la ONU nos califican como uno de los peores lugares en cuanto a la violencia de género por razones culturales que permean incluso en el ámbito de la impartición de justicia. ¿Cómo avanzaremos en la protección de los derechos de la mujer si las mismas autoridades sólo usan el tema como bandera electoral?
En efecto, México se enorgullece de ser uno de los primeros países de la región en incorporar a su legislación una ley para garantizar la igualdad entre hombres y mujeres (2006) y una ley que garantiza (de alguna misteriosa manera) el acceso a las mujeres a una vida libre de violencia (2007). Del mismo modo, nuestro país ha elevado los derechos humanos a rango constitucional y ha tipificado como delitos especiales aquellos que tienen que ver con la violencia contra la mujer.
¿Por qué tanta aparente atención al tema? Porque en la realidad los números no mienten: las mujeres sufren desventajas palpables en una gran variedad de ámbitos —salud, educación, trabajo, justicia, pobreza, etc…— que nos hablan de una profunda inequidad de género. Las leyes han quedado en letra muerta ante el peso de la realidad.
La motivación para estas legislaciones que pretenden proteger a la mujer tiene que ver en gran medida con el espanto internacional que causó el alto índice de feminicidios en México. La situación alarmó a organizaciones internacionales y hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos emitió una sentencia para llamar la atención a nuestras pasivas autoridades. Es lamentable el indignante caso, por citar alguno, de las muertas de Juárez.
Mientras la violencia siga gozando de “invisibilidad” —arropada por paradigmas culturales que la encierran en el ámbito de lo privado—, “normalidad” —tolerada como correctivos ante transgresiones del rol esperado para una mujer— y de, como consecuencia, “impunidad”, todo festejo por el Día Internacional a la Mujer sonará a ironía y no a justicia.
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