IED: escasa y en picada
México exporta capital
CD: balance desalentador
Carlos Fernández-Vega
Trabajadores jubilados de Mexicana de Aviación, al instalarse en huelga de hambre en el aeropuerto de la ciudad de México el pasado 18 de marzo. Sindicalizados de la empresa expresaron su apoyo a la medidaFoto María Meléndrez Parada
E
n materia de inversión extranjera directa (IED) las cosas parecen no caminar muy bien que se diga, y muestra de ello es que en el sexenio calderonista se reportó un desplome cercano a 50 por ciento en este renglón, a pesar de que al capital foráneo se le concedió todo y el gobierno se abrió de par en par. Pero ni así. Sólo en 2012 la caída se aproximó al 35 por ciento, y los dineros registrados provinieron, en su mayoría, de la reinversión de utilidades y las cuentas entre compañías. De capital fresco, muy poco.
En 2007 la captación (cifras oficiales) de IED ascendió a 23 mil 203 millones de dólares; al cierre de 2012 el reporte de la Secretaría de Economía documentó 12 mil 659 millones, aunque de este monto 77 por ciento correspondió a reinversión de utilidades (ganancias obtenidas en México) y cuentas entre las compañías de un mismo corporativo. Parece que la venta de garaje ya no da para más (ya no hay nada qué vender, salvo el petróleo, aunque dicen en el gobierno que no se privatiza), y el flujo de inversión extranjera directa que ingresa al país se destina al mantenimiento y/o ampliación de lo ya existente.
En sentido contrario, lo que ha crecido como la espuma es la exportación de capitales mexicanos, que terminan invertidos y/o depositados en el exterior. La Jornada (Roberto González Amador) ha documentado de qué tamaño es la jugada: “empresarios y particulares mexicanos transfirieron entre 2007 y 2012 recursos al exterior por 160 mil 573 millones de dólares, para ser abonados directamente en cuentas bancarias o financiar actividades productivas fuera del país. Se trata de una cantidad comparable al saldo actual de la reserva internacional de divisas, y a más del doble de la deuda externa del gobierno federal, según datos del Banco de México.
La transferencia de dinero realizada por empresarios y particulares mexicanos en el periodo que gobernó al país Felipe Calderón, de diciembre de 2006 a noviembre de 2012, no tiene precedente en las últimas tres décadas, lapso en el cual la economía mexicana ha resentido las mayores crisis de su historia reciente. En los 12 años del PAN (en el gobierno) se fugaron 210 mil 800 millones de dólares; de ellos, más de 58 mil millones fueron a cuentas bancarias foráneas, mientras 94 mil millones se invirtieron en negocios fuera del país.
Por un lado, los empresarios y particulares invierten o depositan fuera de nuestras fronteras, y por el otro los inversionistas extranjeros que vienen al país y obtienen jugosas concesiones gubernamentales, se financian, mayoritariamente, con las ganancias obtenidas en México, de tal suerte que el negocio es redondo, pero no para el país. Durante la docena trágica panista, oficialmente ingresaron al país 270 mil millones de dólares por concepto de IED. En el mismo periodo, empresarios y particulares mexicanos exportaron más de 210 mil millones, mientras los corporativos foráneos instalados aquí obtenían todo tipo de facilidades del gobierno y financiaban su expansión con ganancias obtenidas en el mercado mexicano. ¿Cuál, entonces, sería la ventaja de mantener activo este circuito?
Mientras se despeja la incógnita, la Cámara de Diputados resume que la inversión extranjera directa en México cayó 34.9 por ciento en 2012, mientras la inversión directa de mexicanos en el exterior registró un incremento anual de 111 por ciento, de tal suerte que los proyectos productivos y plantas que se instalan en nuestro país cada vez representan menores beneficios para la generación de empleo, la productividad y los avances tecnológicos que se demandan. En ese sentido, los resultados para la IED plantean importantes retos de política económica para las autoridades mexicanas, por lo que es necesario que no se demore en el diseño e implementación de las políticas encaminadas a impulsar la productividad de nuestra economía. Tal y como fue reconocido en el Pacto por México, se debe fortalecer al sector ciencia y tecnología y aprovechar su potencial como detonador de un crecimiento más acelerado.
Los resultados de la IED para 2012, apunta, fueron desalentadores, mientras la exportación de capitales mexicanos duplicó la supuesta inversión foránea. En este renglón las cifras oficiales detallan que el verdadero monto de nueva inversión extranjera en México apenas sumó 2 mil 926 millones de billetes verdes en el año citado, una cantidad nueve veces inferior al río de recursos que exportaron empresarios y particulares mexicanos. Sobre el particular, la Cámara de Diputados precisa que el escenario es más adverso para la economía mexicana, si se considera que los recursos que ingresaron como nueva inversión presentaron una contracción anual de 63.6 por ciento, y de 30 por ciento en 2011.
Si bien a nivel mundial la IED también sufrió un deterioro, como señaló la propia Secretaría de Economía al referirse a las previsiones realizadas por la Unctad, lo cierto es que México se vio más afectado debido a que imperó la cautela en el ánimo de su principal inversionista, Estados Unidos, pues la economía de ese país no logró despuntar en medio de un escenario de elevada incertidumbre. De hecho, la IED proveniente del vecino del norte se contrajo alrededor de 30 por ciento en 2012. En ese contexto y dado que para 2013 se vislumbra un panorama de bajo crecimiento, tanto para Estados Unidos como para los principales países inversores en México, por lo que es urgente que la economía mexicana fortalezca la inversión doméstica y se vuelva más competitiva.
Por lo tanto, concluye la Cámara de Diputados, es menester que no se demore en el diseño e implementación de las políticas encaminadas a impulsar la productividad de la economía mexicana. Debe fortalecerse el sector ciencia y tecnología y aprovechar su potencial como detonador de un crecimiento más acelerado. En ese sentido, es perentoria la materialización de los acuerdos del Pacto por México para promover el desarrollo justamente a través de la ciencia, la tecnología y la innovación (concretamente con el Pacto se busca alcanzar, de manera gradual, un financiamiento para la investigación científica y el desarrollo tecnológico de uno por ciento del PIB; destaca que en 2012 la inversión en estas áreas representó sólo 0.28 por ciento del producto).
Las rebanadas del pastel
Desde hace dos años y siete meses, Mexicana de Aviación se mantiene con el pico clavado en tierra, y sin chamba sus 8 mil 500 trabajadores. Si la idea es matar de hambre al personal, pues están muy cerca de lograrlo.
cfvmexico_sa@hotmail.com
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