16 de noviembre de 2012

No decir adiós a la esperanza - Gilberto Balam Pereira

Por Esto! | Yucatán:

“No decir adiós a la esperanza”



Gilberto Balam Pereira
Libro número once de Andrés Manuel


A propósito, me ha parecido siempre inolvidable la recomendación que un día me hizo mi maestro Ermilo Abreu Gómez: “escribe sin matarte, sin buscar metáforas, deja que la pluma se deslice espontáneamente en el papel”.
En otras palabras, yo agregaría a lo anterior: “escribe lo que te dé la regalada gana, siempre y cuando estés apegado a lo cierto y sin hacer vibrar tus vísceras”.
A lo que agrego también, que el que tiene el hábito de escribir, pues… es un escritor; como el que toca siempre el violín, es un violinista.
Lo anterior viene a cuento porque el libro número once de AMLO no aspira a aportar grandes novedades. Simple y llanamente nos lleva a su conclusión como tesis muy personal. Dice:



“Una cultura fraudulenta electoral gobierna a México desde los tiempos de Guadalupe Victoria… a mí me ha tocado padecerla, pero el mayor agravio de las imposiciones resultantes ha sido para millones de mexicanos esperanzados y comprometidos con hacer realidad la democracia en México…” y finalmente hace un llamado para “que continúe la lucha en pos de un México más libre, más justo, Porque la vida es demasiado corta para desperdiciarla en cosas que no valen la pena”.
Antes, reitera su convicción de que la Presidencia “sólo puede ganarse por la vía electoral, aunque muchos ciudadanos estén desencantados de las instituciones”. Insiste en que “la vía pacífica es la única opción válida de lucha, pues la violencia en vez de destruir el régimen autoritario, lo perpetúa” (sic).
En mi modesta opinión ni el discurso ni la tesis de AMLO resuelven en este caso la estrategia para sustituir a los pervertidos del poder.
¿Qué son las elecciones electorales con sus respectivas boletas y parafernalia de comicios, sino instrumentos políticos inventados por la burguesía para legitimarse en el poder?
Un sistema electoral marrullero y nefasto con décadas de experiencia en la corrupción, un verdadero sistema prestidigitador para adecuar comicios a sus intereses.
a) El PRI es el operador de las más abominables y deshonestas acciones mediante acuerdos ominosos con gobernadores, alcaldes, caciques, líderes venales corporativizados con sus bases entreguistas a la oligarquía. Este vetusto y senescente PRI ha adquirido tablas para idear estrategias maquiavélicas que enriquecen de distintas formas y estilos los procesos electorales inmorales para asegurar sus victorias: urnas embarazadas, robo de las mismas, taco loco, carrousel, acarreos de gente, compra de votos, etc.
b) El IFE y los tribunales electorales se encargan de la marrullería burocrática de los conteos de los mágicos y vulnerables votos.
c) El tercer protagonista del sistema prestidigitador, el más influyente, es el poder financiero, es el ventrílocuo que controla y manipula los comicios a distancia, a su antojo; es la oligarquía cleptócrata que AMLO describe como la “mafia de 30 familias en el poder”. Son los ricachos multimillonarios quienes ultimadamente deciden los que serán los que gobiernen al país, lo deciden con años de anticipación; son priístas y panistas señalados por Forbes y por la opinión pública.
Andrés Manuel parece estar convencido, según plantea en su libro que con boletas y luchas pacíficas se conquistará el poder.
¿Cuántos fraudes más tendremos que aguantar? La oligarquía “mexica” no suelta prenda. No va a despojarse fácilmente del tremendo poder abusivo y autoritario que viene detentando… ¿desde cuándo? y se propone conservarlo hasta que el pueblo mexicano deje de creer en la tomadura de pelo que al parecer representan los procesos electorales.
¿Será que el juego y rejuego de boletas electorales mal llamadas “del voto”, inofensivas criaturas, serán suficientes para derribar al mal gobierno?
No representan ningún impacto contra los intereses de la oligarquía. No golpetean al capitalismo con sólo gritos e improperios al aire. Son papeletas con las que por intervalos rellenamos unos objetos llamados urnas que engullen los votos y cuyo destino y uso nunca conocemos.
Andrés Manuel parece ignorar al movimiento obrero y la fuerza demoledora de las huelgas que ésas sí golpean con eficacia y preocupan a los millonetas capitalistas. Y estas acciones sí son violentas contra el neoliberalismo y deben ser incentivadas por los luchadores sociales. Quizá la situación cambiaría si las estrategias pacifistas también son revaloradas y reforzadas con medidas más drásticas.
No sé, repito, pero como que el discurso y la tesis de Andrés Manuel a estas alturas del partido resultan inacabados y no contribuyen a resolver la problemática contra la cual luchamos.
El liderazgo de AMLO tendría así, sus riesgos y una tendencia a su debilitamiento. Lo que hay que evitar a toda costa. Como él dice en su libro, “la vida es corta”.
En mi opinión, el Movimiento de Regeneración Nacional –MORENA– debe vincularse más a la clase obrera y llamarla por su nombre, para que en breve convoque a la huelga nacional. Las condiciones son propicias.

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