Evaden miles de millones de pesos: lista de empresas y sus deudas con Hacienda
Se registrará otra gran devaluación
Dos situaciones marcaron el fin de semana y el inicio del mes de noviembre, ambas fatales para los ciudadanos. Una habla de muerte física y del culto que hoy se rinde a la violencia, de la información de terror por el número de cadáveres sembrados a lo largo y ancho del territorio nacional. La otra no menos terrorífica refiere la devaluación, los números y su frialdad que vienen causando desempleo y hambruna en la mayoría de las familias mexicanas quienes apenas logran sobrevivir en un ambiente hostil, cargado de manipulaciones en todos los sentidos y órdenes y, para rematar, una clara complicidad entre el que se va y el que llega que no revela precisamente un cambio.
Con un tipo de cambio que registró desde el inicio de la semana anterior una cotización de más de 13 pesos con 15 centavos por cada billete verde se llegó al precio de más de 13 pesos con 20 centavos al cierre de la jornada del lunes y los rumores corren de que la moneda americana podría llegar en relación al peso hasta los 18 pesos. Esta es una muestra más de que Felipe Calderón se encuentra dispuesto a enfrentar todos los adjetivos que sobrevienen a las devaluaciones, como lo ha estado para intentar sacar a flote los temas de seguridad y el laboral, sin por ello dejar de lado lo que corresponde al área hacendaría y energética. De este tamaño viene siendo el costo de pagar por la impunidad y de esa dimensión es el precio de los errores cometidos.
Así tenemos que al término del mandato de Lázaro Cárdenas el precio por dólar fue de 6 pesos con 50 centavos; al inicio de ese mismo sexenio era de 3 pesos con 50 centavos. Manuel Ávila Camacho se mantuvo durante los seis años con una cotización de 4 pesos con 85 centavos. Miguel Alemán inició con 6.88 y llegó a 8.65. Adolfo Ruiz Cortínez de 8 pesos con 65 centavos a 10 pesos con 50. Desde ahí la cotización peso-dólar logra estabilizarse durante casi 18 años; los mandatos de Adolfo López Mateos, Gustavo Díaz Ordaz y casi hasta el término de Luis Echeverría no se registraron cambios sino hasta que éste último lo llevó a 12 pesos con 50 centavos.
El desequilibrio y desquiciamiento en el tipo cambiario llega junto con la gran deuda, la de José López Portillo, y la cotización cambia de 12 pesos con 50 centavos a 2 mil 289 pesos con 58 centavos sin tomar en cuenta el ajuste hecho en 1993 para pasar de pesos a nuevos pesos, es decir a la quita de tres ceros que significó otra devaluación drástica. Es también durante el mandato del que lloró al decir “defenderé el peso como perro” que dejó de existir un tipo cambiario fijo y se habló de la cotización flotante. Carlos Salinas recibió el cambio en 2 mil 289 pesos 58 centavos; manejó una devaluación disfrazada con la quita de ceros y cerró con 3 mil 410 pesos, entregándola ya con la modalidad en 3 pesos con 41 centavos.
Zedillo triplico el tipo cambiario y así lo llevó al cerrar el mandato en 9 pesos con 36 centavos. Vicente Fox no se quedó atrás y concluyó con 10 pesos 88 centavos. Felipe Calderón ha tenido subidas y bajadas ya que ahora está en 12 pesos con 20 centavos y sin embargo ha llegado a alcanzar los 15 pesos con 36 centavos y, como señalamos en párrafo anterior ya se teme que alcanza los 18 pesos. Así se concluye que en 78 años el peso se ha devaluado en 7 mil quinientos por ciento y que cada mandato, sobre todo a partir del sexenio de López Portillo, ha cargado con una crítica y señalamiento difíciles de eliminar ya que son producto de la elevada inflación del país por más que reporten porcentajes de un solo dígito, por emitir más dinero del que puede respaldarse por el PIB y por las propias reservas internacionales que, visto está, por más que nos digan que son históricas no alcanzan para evitar ni la devaluación ni el endeudamiento gubernamental que ya es excesivo por que suma más de 4 billones de pesos y casi el 40 por ciento del PIB.
Todo esto tendrá también como fin justificar la reforma hacendaría, aunque el gobierno no reporte ni señale gracias a quienes estamos como estamos por el endeudamiento que mantienen con el Fisco. Incluso se ha visto como se lanzan sobre los causantes cautivos, los medianos y pequeños con engaños como el del IDE que dizque para evitar el lavado de dinero cuando lo único que buscaban era recaudación; igual sucedió con los más de 400 mil avisos que enviaron a los domicilios de quienes tenían registrado hicieron depósitos no reportaron en sus cuentas bancarias. El objetivo también fue aterrorizar para lograr captar dinero no meter orden en las cuentas.
Prueba de ello es que no han movido un dedo en contra de Carlos Slim pese a su adeudo, al de las empresas de Grupo Carso, que asciende en total a 70 mil 659.12 millones de pesos, en ellos están incluidos América Móvil, Telecom, Telmex y Telmex Internacional así como el propio Carso. Lorenzo Zambrano, el de Cemex, debe 38 mil 443 millones 410 pesos; los de la mineras Pasta de Conchos y Cananea, los que tienen una concesión que no paga impuestos por extracción de nuestros minerales y que pertenecen a Grupo México, cuyo propietario es Germán Larrea Mota Velasco, adeuda once mil 183 millones 300 mil pesos. Con todo y que fue vendida sin que en la operación se pagara un céntimo de impuestos, la Aramburuzavala se fue, incluso del país, adeudándole al SAT 8 mil 222 millones, mismos que los nuevos dueños están peleando no liquidar.
Femsa, los de Coca Cola están por los más de 2 mil millones; Televisa con todo y que la exentaron fiscalmente en la Ley de Ingresos del 2010 para que participe sin pasivos en el negocio de la fibra óptica les debe 2 mil 284 millones; Alberto Bailleres, el de Grupo Palacio de Hierro e Industria Peñoles, debe 6 mil 124 millones; los de ICA que son hasta propietarios de carreteras y no sólo concesionarios adeudan 2 mil 351 millones. Los que quebraron Mexicana de Aviación y que no han sido de ninguna manera requeridos para entregar cuentas sobre sus deudas y las liquidaciones de los trabajadores, es decir, los del Grupo Posadas no han pagado mil 373 millones.
Los de Wall Mart deben 5 mil 252 millones; los de Soriana 7 mil 508 millones que pueden serles perdonados por su silencio en las maniobras de las elecciones con las que tienen Presidente “afin” a sus intereses. Liverpool no ha pagado 3 mil 977 millones; Claudio X. González quien fue el autor de la frase “López Obrador es un peligro para México” y de otras mezquinas campañas debe mil 869 millones y no hay que olvidar que el dueño de Kimberly Clark fue quien propuso que se gravara con impuestos a las medicinas y alimentos. Alonso Ancira, el de Altos Hornos de México, no ha pagado 6 mil 666 millones; Lorenzo Servitje se ha considerado como el “santón” de los empresarios, es el dueño de Grupo Bimbo y no liquida su deuda de mil 848 millones. Los del Grupo alfa Monterrey no han pagado 3 mil 809 millones.
Están también los de Corporación Durango de Miguel Rincón Arredondo con una deuda de 2 mil 443 millones; Grupo Gigante con mil 575 millones; Sears, también de Slim Helú, con mil 531 millones; Antonio del Valle de Mexichem con mil 227 millones; Grupo Aeroportuario del Sureste, los que tienen el aeropuerto de Cancún y pretenden no solo la concesión sino la construcción del de la Riviera Maya, los de Fernando Chico Pardo, adeudan al fisco 2 mil 700 millones de pesos.
Los desarrolladores inmobiliarios no se quedan atrás. Ara debe mil 877 millones; GEO, encabezada por Luis Orvañanos, 3 mil 305 millones; GICSA, mil 60 millones; Sare de Dionisio Sánchez Carbajal 829 millones. Con más de mil millones aparecen Televisión Azteca, Grupo Aeroportuario del Centro-Norte, Grupo Cementos de Chihuahua, Bachoco. Otro que llama poderosamente la atención ya que la familia está ligada a la dirección de Pemex, es la de la cadena de supermercados y tiendas de ropa Coppel. Enrique Coppel Luken debe 3 mil 915 millones de pesos, es decir, la cifra que exige la Secretaría del Trabajo para su operación anual.
Con menos de mil millones están Corporación Moctezuma, Grupo Lamosa, Internacional de Cerámica, Embotelladoras Arca, Grupo Continental, Embotelladora Unidas y Feromex. Todas estas empresas han sido protegidas en el renglón tributario durante varios sexenios, sin embargo, es con Felipe Calderón que han alcanzado esas cifras con las cuales desequilibran los ingresos públicos, generan por ende endeudamiento y por si fuera poco han puesto en jaque tanto al Instituto Mexicano del Seguro Social como propiciado el estancamiento y desequilibrio en el Infonavit. Ni de chiste alcanza con el incremento que se pretende hacer en los impuestos y la generación de otros las cifras que juntas deben estos empresarios “mexicanos”. Antes de considerar más carga tributaria debería establecerse el orden en estas deudas y la quita de beneficios a quienes más poseen, figuran en la lista de Forbes y acumulan riqueza en un país cuyos gobernantes al igual que ellos mismos propician pobreza, miseria y desempleo.
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