Adónde vas, Andrés Manuel Por: Oliverio Pérez Villegas

Andrés Manuel López Obrador (Photo credit: @AlfaroGalan)

El Semanario Sin Límites - Adónde vas, Andrés Manuel:

En lo que se vislumbraba como la crónica de un divorcio anunciado, Andrés Manuel López Obrador se fue con dignidad, a mano y en paz; se quedó con Morena y, según especialistas, el ex candidato podría volver pronto y con pisadas sólidas. ¿Será? Haiga sido como haiga sido, Andrés Manuel López Obrador ya dijo adiós, bajó el telón y se separó de los partidos políticos tradicionales de izquierda (al menos por el momento). Así, el ex candidato dijo irse a mano y en paz con el PRD, PT y Movimiento Ciudadano; se va con Morena y con un músculo bastante nutrido que, según se ha dicho, le podría alcanzar para erigir un nuevo partido, sin tribus, sin espurios, sin jaloneos, y proporcionalmente más grande que los partidos chicos.

Así que resulta más que oportuno preguntarse si será factible ver a Morena del otro lado de la barrera, a Andrés Manuel como fundador y líder moral de un nuevo partido, como el promotor de una nueva izquierda. Académicos y politólogos consultados consideran que, aunque prematuro, sí sería factible ver a López Obrador en la escena política en el mediano plazo.

Y en virtud del desaire que les hizo a los que suponían una reacción violenta e intransigente por parte del tabasqueño, hay quienes consideran que al menos merece el beneficio de la duda, porque aún tenía mucho que perder y mucho que ganar. Quizá la decisión que tomó el otrora jefe de gobierno el pasado domingo 9 de septiembre sea la punta de lanza para renovar a la desprestigiada izquierda nacional. Urge.

Gustavo López Montiel, politólogo y académico del Tecnológico de Monterrey, considera que la decisión de Andrés Manuel de separarse de los partidos políticos podría significar en el fondo un proyecto directo de confrontación, pues al advertir que “no reconocería a Enrique Peña Nieto como presidente legítimo de México”, estaría cerrando todas las puertas al diálogo institucional. “Si pretende en un futuro regresar al frente de un nuevo partido político, éste sería concebido como un órgano que no jugaría las veces de institucional porque su creador no reconoce los fallos de las instituciones”.

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