Durante los últimos quince años Suecia ha estado gobernada por una coalición consistente en políticos liberales y conservadores. Como resultado, y entre otras cosas, parte de su sistema sanitario ha caído en manos privadas.
E.B. / 22-12-2012 • 13:08
Durante los últimos quince años Suecia ha estado gobernada por una coalición consistente en políticos liberales y conservadores. Como resultado, y entre otras cosas, parte de su sistema sanitario ha caído en manos privadas. Oficialmente no hay vuelta atrás, pero desde hace meses los responsables de la Hacienda pública están intentando aplicar una subida a los impuestos que por norma abona la industria, en un movimiento que parece destinado a compensar la facilidad con la que se otorgaron en su día hospitales y centros de salud.
El método que han decidido utilizar las autoridades suecas para lograr una mayor recaudación ha sido abrir investigaciones en torno a los fondos de inversión que poseen los grupos de gestión sanitaria privados, siempre con la intención de detectar posibles prácticas puestas en marcha en el pasado para evadir parte de la carga fiscal correspondiente. Estas investigaciones comenzaron a tener lugar en el 2007, y ahora están empezando a recoger algunos frutos.
El argumento principal que sostienen las autoridades es que los fondos de inversión privados que gestionan la sanidad privada en el país se lucran gracias a una industria que en realidad montó en su día el Estado para luego, bien asesorados, eludir una parte de las contribuciones que tendrían que presentar ante el fisco. Desde Capio, uno de los principales grupos gestores de sanidad privada de Europa -de origen sueco-, dicen que no es verdad que no se paguen impuestos.
Sin embargo, el argumento de los responsables de la Hacienda sueca no es que no paguen impuestos, tal y como afirman algunos eslóganes de tinte más bien populista. El argumento es que se pagan pocos para lo bien que marcha el negocio. Al parecer, y según informaba Reuters en un artículo publicado en noviembre, los gestores como Capio estarían abonando, en Suecia, un 30% de sus ganancias. El objetivo es que paguen lo máximo que permite la normativa en estos casos: un 55% de sus ingresos.
Ya se han dado los primeros resultados. Alegando que hubo incorrecciones cuando se presentaron los libros de cuentas reflejando las ganancias reportadas por algunas operaciones, el fondo de inversión Nordic Capital, uno de los dueños de Capio, habría sido condenado a pagar una multa superior a los 77 millones de euros. El de Nordic Capital no es el único caso parecido.
De todos modos, y tal y como ilustra un reportaje publicado recientemente por el periódico británico The Guardian, lo cierto es que la Sanidad en Suecia no ha empeorado por culpa de haber sido privatizada. Buena parte de la población está en contra de haber tomado este camino por principios ideológicos (de los últimos 80 años, Suecia ha contado con líderes socialistas durante 65 años), aunque reconoce que los hospitales gestionados por manos privadas funcionan igual que los estatales y, últimamente, incluso mejor.
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