La negativa de los principales partidos políticos del país más pobre de la Unión Europea a formar parte de un gobierno de transición aboca a la convocatoria de elecciones
21.02.2013 | 01:03
Manifestantes arrojan objetos a la policía búlgara en los disturbios que derribaron al Ejecutivo de Borisov. / efe
Los manifestantes llevan diez días de protestas contra el precio de la electricidad y los recortes
AGENCIAS SOFÍA Diez días de protestas en las calles del país más pobre de la Unión Europea -contra los precios de la electricidad y las políticas de austeridad- han acabado con el Gobierno derechista búlgaro. Al Ejecutivo solo le faltaban unos meses para acabar su mandato. Se formó en julio de 2009 y las elecciones estaban previstas para este julio.
El primer ministro, Boiko Borisov, envió ayer su carta de dimisión al Parlamento, después de que los altercados alcanzaran su clímax el martes, cuando al menos 15 personas resultaron heridas en choques entre la policía y unos 3.000 manifestantes que pretendían tomar la Cámara. Borisov, resaltó que no podía seguir adelante con "un Gobierno en el que la policía se pelea con la población. Cada gota de sangre es una mancha para nosotros. No soporto ver un Parlamento rodeado por tapias", dijo en alusión a la violencia desatada en las manifestaciones de los últimos dos días.
Las protestas se iniciaron a la vez en varias ciudades contra el encarecimiento de la electricidad y el gas para calefacción, pero a medida que fueron subiendo de tono se convirtieron en desafíos al Ejecutivo. Con un salario medio de unos 350 euros mensuales, un salario mínimo de 155 y pensiones de 75 euros, los búlgaros no han dudado en rechazar a pedradas las medidas de austeridad que el Gobierno ha impuesto a la población en los últimos cuatro años. Aunque Borisov ha ido haciendo gestos a la desesperada en los últimos días, han sido insuficientes. El lunes forzó la dimisión de su ministro de Finanzas, Simeon Dyankov, responsable de la política financiera. El martes prometió que bajaría el precio de la electricidad un 8% a la vez que anunciaba multas a las distribuidoras de electricidad. Pero unas medidas que podían haber desactivado la protesta han acabado siendo inútiles por tardías. A los manifestantes ya solo les valía la caída del Gobierno. La Constitución búlgara prevé que la dimisión de un Gobierno debe ser ratificada por el Parlamento. La votación esta prevista para esta misma mañana y los observadores consideran que la renuncia será aceptada. Después, el presidente tiene tres oportunidades para encargar nuevo Gobierno. Si fracasa en las tres, deberá adelantar las elecciones, que se celebrarían a fines de abril.
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