El joven optimista que increpó a Peña Nieto, llama a “tomar u “okupar” Los Pinos el 26 de enero
Pedro Echeverría V.
1. Interesante. No conozco en la historia a nadie que haya planteado en serio, al pueblo de México, con volantes, en medios electrónicos y danto abiertamente la cara, la toma de Palacio Nacional o la ocupación de la casa presidencial “Los Pinos” (que sustituyó en los treinta el “Castillo de Chapultepec”). Se ha pensado muchas veces, se ha gritado como consigna o se ha planteado como desahogo el derrocamiento del gobierno; el PAN y Fox dijeron que sacarían con patadas al PRI de Los Pinos; pero luego los sacaron también a ellos por el PRI; sin embargo ningún movimiento guerrillero, ninguna movilización social, mucho menos partido político alguno, ha tenido tamaña idea. Pienso que una gigantesca movilización en ese sentido puede ser importante; sobre todo conocer cuál será la reacción de los que alcancen enterarse.
2. ¿Puede alguien imaginarse que esa consigna que parece “jalada de los pelos” alcance reunir a 100 mil manifestantes que rodeen todas las cuadras que cubren a Los Pinos? ¿Qué pasaría si en el Internet, los facebook, los twiter, logran lo que nunca ha pasado en México, reunir a cientos de miles de descontentos por mil situaciones negativas que se viven en México? Obviamente los especialistas del gobierno estarán midiendo –desde 15 días antes- las reacciones de la gente ante tal llamamiento y siempre estarán preparados para impedir cualquier despertar espontáneo de la población; también de manera obvia el gobierno rodearía todas las cuadras con 20 mil miembros del ejército, la armada y policías que impedirían acercarse a Los Pinos. Pero el llamamiento no deja de ser interesante cuando el gobierno busca acrecentar la represión.
3. Ignoro si Daniel Michel Blázquez –el joven impugnador de Peña Nieto- cuenta con alguna ideología, si es de izquierda, de derecha o de centro; lo único que he sabido es que cuestionó a Peña por no haber consultado la privatización del petróleo y que además –al ser reprimido- le lanzó algún reto. No sé si es miembro de algún partido u organización: lo mejor y más seguro es que sea un solitario que “se le prendió el foco” para cuestionar a Peña Nieto y plantearse como un reto la “Toma de Los Pinos” que en estos días puede antojarse como una “locura imposible” frente a un gobierno tan poderoso que tiene todo para impedirlo y para aplastar a las masas en caso necesario. No pienso que el joven pertenezca a la policía política o al imperialismo, que sea pagado por alguien que busque provocar una gran represión.
4. Pero obvio: me hace reflexionar, hace pensar y preguntarse a miles de personas: ¿Podrá en México un ser solitario, con la oposición del gobierno, de los empresarios, de los partidos políticos, de la iglesia y los medios de información, reunir a decenas o cientos de miles de personas que de manera pacífica, sin derramamiento de sangre, sin confrontación con las fuerzas armadas que impedirán el paso –tal como se ha propagado en internet- tomar Los Pinos? Pienso que los izquierdistas tenemos que estar presentes para apoyar el llamado o, por lo menos, para evitar que la gente sea golpeada y reprimida. El pasado 2 de octubre marché en la ciudad de México y pude ver a la policía acordonando y encapsulando a los marchistas y golpeando y gaseando a los jóvenes anarquistas y articulistas que íbamos adelante. Exhortemos a salir a la calle, pero cuidemos a la gente de la represión brutal policiaca.
5. Durante décadas he sido partidario de la organización de las acciones políticas, pero también me gusta el espontaneísmo de la gente que se decide a luchar y a salir a la calle, como el que se dio en La Comuna de París en 1871 cuando Marx reconoció que “si el pueblo quiere tomar el cielo por asalto” nosotros debemos acompañarlo. ¿En última instancia qué es el espontaneísmo sino lo que se sale del control de la organización, de los modelos y de las órdenes de dirigentes de los partidos centralizados y burocratizados? En los movimientos espontáneos no hay “líderes prestigiados”, “autoproclamados” ni jefes ideológicos o de partido. Los dirigentes surgen, cuidan el movimiento de la represión, pero luego desaparecen para darle representación directa a las masas. Y éstas se educan en la colectividad, con dirigentes igualitarios, revocables y organizaciones horizontales.
6. En resumen, el joven Daniel no ha planteado el derrocamiento del gobierno de Peña y mucho menos la lucha contra el capitalismo explotador. Le criticó a Peña el no haber consultado la privatización del petróleo. Se plantea la toma u okupación de Los Pinos –“porque es casa de todo el pueblo”- pero de allí no pasa. Espero que en los próximos días termine de desarrollar su idea o sea analizada con mayor claridad. Entre tanto allí está el llamado que: a) se disuelva en la nada, b) que nadie le haga caso y c) que sea otra forma de distraer. ¿Qué será de este llamamiento sin historia, sin antecedentes y en estos momentos en que el gobierno de la burguesía busca acabar con la lucha magisterial de la CNTE, está desesperado por salir de su profunda crisis de productividad, de desempleo y de la enorme inseguridad y asesinatos que llevan más de seis años? (28/XII/13)
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