Por: Alejandro Páez Varela - junio 24 de 2013 - 0:03
COLUMNAS, Historia de unos días - Sin comentarios
Ese tren pierde la marcha. Y sus maquinistas se van quedando solos.
Cualquier observador frío diría que se trata de un desgaste natural; que, si se hacen bien las cuentas, ya llevan dos presidencias del PRD al hilo y eso quema mucho combustible.
Pero no, no es únicamente eso. No es sólo el “desgaste natural”.
“Los Chuchos”, Zambrano y Ortega, están perdiendo la fuerza que da la legitimidad.
Entonces manotean. “Borracho de cantina”, dijo el primero sobre Marcelo Ebrard. El segundo alucina “enemigos” y se lanza contra ellos cada vez que tiene micrófonos: Alejandro Encinas, Andrés Manuel López Obrador, Manuel Camacho, el mismo Ebrard.
Pero los “enemigos” se multiplican, hora por hora. Ahora son senadores, diputados, asambleístas. Son miembros del propio Comité Ejecutivo Nacional y dirigentes locales. Y son, además, una abrumadora mayoría de los delegados de la Ciudad de México, que han decidido firmar una carta para decir que NO al intento de la actual dirigencia perredista de negociar una Reforma Energética que incluya una mayor apertura en Petróleos Mexicanos.
Los delegados le machucan las manos a Miguel Ángel Mancera. Apoyan la posición de Ebrard y debilitan además, en la cabecera de los poderes de la izquierda mexicana, a Zambrano y a Ortega.
“Los Chuchos” manotean y buscan aliados. Descubren que cada vez son menos.
Montados en la rabieta, entonces, minan sus propios puentes, arrancan durmientes y vías, queman el combustible que les queda.
Y se cuelgan de otra máquina que también pierde la marcha día tras día: la del Jefe de Gobierno.
Ahora son dos máquinas las que pierden vuelo.
fuente: http://www.sinembargo.mx/opinion/24-06-2013/15315
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