30 Abril, 2013 - 23:52
Si las cosas mantienen la tendencia actual, al final del año podríamos llegar a tener gasolina 10 o 15% más cara que en el país vecino del norte.
Los estadounidenses ya no cruzan la frontera para comprar gasolina a México. No les conviene, el combustible se ha vuelto más caro de este lado. El litro en México vale 11.25 pesos, frente a 10.90 en Estados Unidos. Allá un galón cuesta 3.29 dólares. Los 3.8 litros que caben en un galón cuestan en México el equivalente a 3.50 dólares.
Este encarecimiento relativo es un fenómeno que empezó a notarse a fines del año pasado. La estrategia de aumento mensual del precio de la gasolina en México contrasta con el descenso en Estados Unidos, vinculado a la baja de los precios internacionales del petróleo. Otro factor que pega es la revaloración del tipo de cambio. El peso ha ganado poder adquisitivo frente al dólar. Para fines de comparación, los precios internacionales se miden en dólares.
El mes de abril de 2012 registró el mayor diferencial de precios entre México y Estados Unidos. Hace un año, la gasolina magna costaba al norte de nuestra frontera el equivalente a 13 pesos por litro. En nuestro país, estaba en 10.09 pesos. Desde entonces, ha subido en México 1.16 pesos.
En Estados Unidos ha bajado el equivalente a 2.10 pesos.
La gasolina es más cara en México que en Estados Unidos. Los primeros que lo notan son los habitantes en la zona fronteriza. El diferencial es todavía muy pequeño para que los mexicanos crucen para llenar el tanque. De cualquier modo, han desaparecido los viajes de norte a sur para adquirir gasolina.
El cambio en la relación de precios de la gasolina empieza a notarse en la reducción del subsidio que el Gobierno Federal destina a los combustibles. En 2011 fueron 165,977 millones de pesos. En 2012 llegaron a 222,757 millones. En los tres primeros meses de 2013 “apenas” se han destinado 23,133 millones, una cifra que equivale a 40% de lo destinado el año pasado.
¿Por qué el subsidio no llega a cero? Esto es un misterio que las autoridades podrían ayudar a desentrañar. El subsidio, en teoría, tiene que ver con el diferencial de precios de gasolina entre México y Estados Unidos. Hay que recordar que importamos la mitad de lo que consumimos, aunque el subsidio se calcula sobre el total de los combustibles que se consumen en México y no sólo sobre lo importado.
En primera y última instancia, los subsidios reflejan una política pública. Son muchas voces que se han elevado exigiendo que se revisen los subsidios a la gasolina. Las autoridades hacendarias han adoptado la estrategia de mantener el incremento mensual con una variación. El sexenio pasado eran 9 centavos al mes. Ahora son 11 centavos. Si las cosas mantienen la tendencia actual, al final del año podríamos llegar a tener gasolina 10 o 15% más cara que en Estados Unidos, con una diferencia significativa: a un estadounidense le basta con 2% de su ingreso diario promedio para pagar un galón. Un mexicano necesita casi 14%. Este diferencial tiene que ver con calidad de vida y competitividad, implica una política pública que vaya más allá de la recaudación, quizá tendremos que esperar a la reforma fiscal para enderezar este entuerto.
El tener gasolina más cara que en Estados Unidos no quiere decir que en México sea especialmente cara. De acuerdo a un estudio de Bloomberg, nuestro país es el número 49 en precio de un total de 58. Sólo hay 10 países con gasolina más barata que México. En Turquía es casi tres veces más cara y en Chile vale 80% más. Mal de muchos, consuelo…
lmgonzalez@eleconomista.com.mx
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