Manú Dornbierer
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Bajo el detestable Calderón fueron los estados norteños priístas, Chihuahua, Coahuila y Tamaulipas, los “puerquitos” del PAN. Aquellos a los que todo les achacan, escogidos especialmente por la Guerra Gringa. Hoy son los estados sureños y con tendencias de izquierda, los puerquitos del PRI, que por lo visto va POR TODO hasta volver a ser la aplanadora que fue, sólo que hoy “democráticamente” apoyada por personajes tan falsos como Madero del PAN y Zambrano del PRD, sin mencionar el Partido “Verde”, por aquello de los billetotes verdes que acumula la familia que lo posee, a costillas del Estado Mexicano ergo de nosotros todos.
Pero no todos los estados mexicanos tienen una estatura igual en la federación, aparte de que no se da nunca ese mandato constitucional de que los estados son “libres y soberanos”. La tendencia del “nuevo” PRI es otra vez hacia una centralización férrea. Como en la “Granja Animal”, sátira del régimen soviético de ese genio que fue George Orwell, escritor socialista británico nacido en India en 1903 y fallecido en Londres en 1950, “Todos somos iguales, pero hay unos más iguales que otros” y en México mientras más al sur, menos “igual” eres.
En la “telepartidocracia” que vivimos, aquellos estados sureños que tienen gobernadores producto de coaliciones del pasado entre PRD-PAN no están siendo tan hostigados cuando tienen gobernadores simpatizantes del PRI. En Chiapas, en donde mal gobernó otro falso perredista, el heredero de los Sabines, gobierna hoy un Niño Verde, aunque cercano a Manuel Camacho. En Oaxaca, con los maestros siempre en rebeldía, y ahora aliados a los de junto, las cosas siguen igual con el hoy PRD, que cual pavo navideño está muy trufado de PRI, además de mediatizado, “pactizado”, por no decir rostizado.
PERO GUERRERO ES UN CASO APARTE
Imagínese, lector, si no está Guerrero como para darle al PRI ganas de aplastarlo. Ha sido quizás el estado más perredista desde hace rato. René Juárez fue el último gobernador del PRI, de 1999 a 2005, pero largamente impugnado por el candidato perredista Félix Salgado Macedonio que para muchos fue el que realmente ganó la elección. Le siguió Zeferino Torreblanca, del PRD por descarado oportunismo, pero bien que mal aplastó a su rival priísta Hector Astudillo, para convertirse en gobernador perredista de 2005 a 2011.
Y luego surgió furibunda la ambición desastrosa de Manuel Añorve (que había pactado con Calderón y con el propio Zeferino) para obtener la candidatura del PRI a la gubernatura. Se la iban a pasar los tres “de pelos”. Al parecer Manuel también compró a sus amigos priístas, Rubén Figueroa (así ahora el hijo F. Smutny lo rechace); la presidenta del PRI, Beatriz Paredes, cuyo tonto apoyo le fue premiado con una propiedad en el puerto, pero hoy con la Embajada de México en Brasil; Moreira, “el del robo más grande del siglo” y don Beltrone, antes jefe de senadores y ahora de diputados, al que le dio en Acapulco contratos hasta por 10 años, como es el del alumbrado público, entre otros.
Pero el priÍsta desairado Ángel Aguirre, que se sabía muy popular en su estado, al serle negada la candidatura tricolor, por oportunismo también hay que reconocerlo, se hizo candidato del PRD y le ganó ge-nui-na-men-te la gubernatura al PRI, su ex partido infiel en 2011 y a su frenético primo.
Y en Ésas estamos. NO cesa la venganza de Manuel Añorve y sus cuates priístas don Beltrone & Co. No nos dejan vivir en paz por su pleito político. Y si a eso le agregamos que el alcalde de la ciudad más importante del estado, Luis Walton, es de un partido de verdadera izquierda que no mandan los Chuchos, pues hágase una idea, lector, del tamaño del berrinche del PRI.
Le está haciendo un inmenso daño a Guerrero, porque hoy cuenta con el ejército magisterial, convertido desde 2006 en ejército electoral. ¿Qué la Ceteg es de izquierda? Sí, igual, cuando le conviene y hoy le conviene el PRI. Los maestros están a las órdenes desestabilizadoras priístas.
El PRI emprendió la ofensiva contra Aguirre desde el asesinato de los estudiantes de Ayotzinapa (escuela utilizada hoy por el PRI al que gloriosamente combatieron los verdaderos guerrilleros Lucio Cabañas y Genaro Vázquez), por elementos policiacos federales el 12 de diciembre de 2011. Existe un libro del ex alcalde de Acapulco Alberto López Rosas, el procurador defenestrado por ese caso, que no deja la menor duda sobre la responsabilidad federal el Día de la Virgen de Guadalupe.
A la fecha los maestros de la Ceteg han tomado la estafeta priísta, aunque enmascarados en perredismo. Y prueba de esta aberración es que los cuatro líderes de los violentísimos desmanes y destrucciones de propiedad pública en Chilpancingo, que por órdenes del gobernador Aguirre fueron arrestados y enviados a cárceles lejanas como la de Veracruz y de Nayarit, horas después fueron misteriosamente liberados y aparecieron en Guerrero frescos como lechugas. Se quiso dar la impresión de que Aguirre es un blandengue y cedió al chantaje, pero ¿quién los liberó? Veamos esta información de El Universal: “Tras 12 horas de haber sido detenidos, los cuatro maestros integrantes de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG) fueron liberados por un ACUERDO ENTRE LA COORDINADORA NACIONAL DE TRABAJADORES DE LA EDUCACIÓN (CNTE) Y EL GOBIERNO FEDERAL. Lo anterior fue confirmado por Manuel Rodríguez, coordinador de la región Montaña de la CETEG, en una conferencia de prensa, fuera de su plantón donde estuvieron presentes los maestros liberados José Lucas Juárez y Genaro Guevara. Rodríguez comentó que junto con los Servicios Especiales para la Paz (Serapaz) se consiguió la libertad de sus compañeros” .
Como se ve el Estado libre y soberano de Guerrero, no tiene el derecho ni de aplicar la ley a “maestros” vándalos que destruyeron propiedad pública en Chilpancingo, pusieron en riesgo vidas con palos y piedras, arruinaron el comercio, bloquearon la autopista federal, dañaron el flujo turístico, dejaron sin clases más de dos meses a los alumnos, etc. Ahora el Día del Maestro recibirán un bono en premio. En suma, el régimen priísta obliga al gobernador Aguirre a plegarse ante el chantaje de los maestros ¿so pena de desaforarlo o qué? Debería el PRI recordar que fue verdaderamente electo por el pueblo guerrerense.
Cuenta el nuevo PRI con el inmenso ejército ELECTORAL que constituyen los dos sindicatos “de la Educación”. Es de dar miedo y los demás estados deberían poner sus barbas a remojar.
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