15 Mayo, 2013 - 23:21Credito:
Rubén Torres / El Economista
A siete días que 11 personas instalaron un campamento y una huelga de hambre frente a la PGR para que se investigue la desaparición de sus familiares, el procurador Jesús Murillo Karam salió de sus oficinas e invitó a los inconformes a levantar su protesta y canalizar sus demandas a través de vías institucionales.
El encargado de la Procuraduría los regañó porque no han realizado la petición de una audiencia y dijo que la puerta está abierta y cuando quieran los podrá recibir. En respuesta, los afectados, con Margarita López Pérez al frente, le demandaron interceder para que los reciba el Presidente.
El Procurador les respondió que en la Presidencia los pueden recibir, pero si quieren solución a sus problemas, es el Agente del Ministerio Público de la Federación quien les pueda dar soluciones, pero bajo los conductos en los que debe de imperar el diálogo y no con plantones o huelgas de hambre. Luego de eso, Murillo Karam reingresó a su oficina.
Estos hechos ocurrieron después que el legislador y exdirigente del PRD, Alejandro Encinas, acudió al campamento, donde por siete días, siete madres de familia y dos hombres determinaron plantarse hasta que sean recibidos por el Presidente, a lo que el Senador respondió que ante las circunstancias del caso, él se comprometía a interceder ante la Presidencia de la República.
El campamento fue colocado en la lateral de Paseo de la Reforma e iniciaron una huelga de hambre 11 madres y padres, pero debido a que dos de ellos tuvieron complicaciones de salud, suspendieron el ayuno y se retiraron.
rtorres@eleconomista.com.mx
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