peña salinas (Photo credit: trianero2) |
Durante las reuniones que sostuvieron los países miembros de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en los últimos días, Enrique Peña Nieto tuvo un encuentro con el Ministro del Interior francés, Jean Marc Ayrault, en el que se dio inicio diplomático a la importación del modelo galo de la Gendarmería.
Peña Nieto lo convirtió en promesa de campaña: crearía una Gendarmería Nacional que luchara contra el narcotráfico y, paulatinamente, sustituyera al ejército en dichas operaciones. La propuesta, endulcorada para beneplácito de los seguidores de Peña, se sustentaba en dos ‘razones de peso’: la primera, devolver al ejército a los cuarteles a realizar tareas que sí le correspondieran; la segunda, conformar un organismo policial y de inteligencia confiable como el que le han prometido a la ciudadanía desde las difuntas Dirección Federal de Seguridad (DFS), Dirección General de Investigación y Seguridad Nacional, el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), pasando por la Agencia Federal de Investigación (AFI) o la Policía Federal Preventiva (PFP) que dio lugar a la famosa Policía Federal de Genaro García Luna.
Ayrault mencionó que una misión francesa visitará México en el futuro próximo para brindar asesoría en torno a la creación de la nueva Gendarmería.
Gendarmería Nacional: el nuevo disfraz del ejército en su lucha contra los Derechos Humanos
Mientras que el pueblo mexicano exige, desde hace décadas, una policía confiable, la promesa de campaña de EPN venía acompañada de una vuelta de tuerca: la Gendarmería Nacional estaría conformada por escuadrones de militares, aunque respondería al mando de la Secretaría de Gobernación (Segob), la supersecretaría que avalaron las últimas reformas a la Ley Orgánica de la Administración Pública.
En otras palabras, los afortunados elementos que conformarán la nueva Gendarmería sólo cambiarán de uniforme o, si se lo prefiere así, de disfraz. Lo que es alarmante no es sólo el presupuesto que se destinará a la creación de la CIA mexicana de Miguel Ángel Osorio Chong, Secretario de Gobernación. Lo que le preocupa a distintos representantes de la oposición es que la Gendarmería Nacional funcione como la antigua Dirección Federal de Seguridad.
En México es conocida la negra historia de la DFS, de sus abusos legitimados por el gobierno federal, de sus constantes atropellos contra los derechos humanos, de su relación directa con desapariciones forzadas y del espionaje contra políticos opositores.
Lo que se avecina con la nueva Gendarmería Nacional no es, únicamente, un retroceso histórico a los años de la Guerra Sucia en México. Al mismo tiempo, se acerca el empoderamiento no sólo del representante de la Segob y del presidente en turno: el poder del Partido Revolucionario Institucional creció de manera inusitada en unos cuantos meses, y parece que el crecimiento no se va a detener.
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