De la vida real
El creador del singular anuncio era el señor Francisco Sagrero, quien fue asesinado en la puerta de su hogar tras haberlo colocado
El Heraldo de Chihuahua
19 de noviembre de 2012
José Ernesto Topete
Chihuahua, Chihuahua.- Como si fuera sacado del guión de la película colombiana "La virgen de los sicarios", novela del autor Fernando Vallejo, en Ciudad Juárez apareció un letrero que anunciaba: "Se prohíbe tirar cadáveres o basura". De repente en la frontera suceden cosas casi inexplicables, pero al mismo tiempo sorprendentes.
La frase se podía leer en un cartel colocado en un camino, donde fueron encontrados varios cuerpos de personas ejecutadas. "Se prohíbe tirar cadáveres o basura. Multa!", decía el cartel puesto sobre un camino de tierra del fraccionamiento Córdova-Américas, cuyo objetivo era lograr que policías municipales vigilaran la colonia.
LOS CADÁVERES:
La versión de habitantes de la calle Río Champotón es que ocho cadáveres fueron abandonados sobre esa arteria en los últimos años. En ese lugar, el 23 agosto de 1997, cuatro médicos juarenses fueron asesinados y sus cuerpos se localizaron en medio de la calle Champotón. Tres de las víctimas trabajaban en el hospital Guernika y el cuarto en el San Rafael, ambas instituciones ubicadas en la avenida Hermanos Escobar, entre Adolfo López Mateos y Plutarco Elías Calles.
Los médicos habían sido requeridos por desconocidos para que atendieran un herido de bala, y desde ese momento fueron dados por desaparecidos. Los médicos Fredy Paternina Grandete, de 38 años de edad; Lamec Villalobos Cornejo, de 40; Javier Quintero Heredia, de 41, y Tabaré Flores González, de 40, fueron asesinados luego de que supuestamente un pistolero herido se les murió cuando lo atendían en una casa particular.
Los cuatro presentaron evidencias de estrangulamiento, debido a que se les apreció un surco equimótico alrededor del cuello, además de presentar escoriaciones y golpes principalmente en la cara. El creador del singular anuncio que alerta de la multa por tirar cadáveres era el señor Francisco Sagrero, quien tenía 40 años viviendo en dicha calle.
LAS FECHAS Y MUERTOS:
El 26 junio del 2003, Braulio Hernández Simental, de 20 años de edad, fue ejecutado y su cuerpo encontrado en la misma calle. El individuo tenía las manos atadas a la espalda, con la cabeza tapada con una bolsa y cubierto con una cobija tipo San Marcos, la cual estaba amarrada de ambos extremos con un cordón de ixtle. El 24 de marzo del 2004, el cuerpo de Hugo Leónides Flores Sandoval, de 29 años, fue descubierto en esta misma área.
La víctima fue localizada en la rampa de una maquiladora abandonada. Flores Sandoval estaba envuelto en una cobija roja, la cual estaba amarrada con cinta adhesiva de color gris a la altura de los pies, el tórax y el cuello. De acuerdo con los resultados de la necropsia, la causa de su muerte fue traumatismo craneoencefálico, presentando además mutilación del dedo índice de la mano derecha.
El 3 de septiembre del 2004, Daniel Enrique Meza Maldonado, de 38 años de edad, fue asesinado de un balazo y su cuerpo abandonado en la calle Champotón. El hombre recibió un tiro en la nuca y su cuerpo se localizó dentro de una camioneta gris de doble cabina.
El cadáver estaba envuelto en un cobertor tipo San Marcos de color café con blanco, además de tener cubierta la cabeza con una bolsa negra de plástico. El 15 de noviembre del 2006, Rafael Caraveo Aguilar, de 39 años de edad, fue asesinado mediante el estrangulamiento, pero además recibió 16 balazos en el tórax y cabeza, así como un impacto de bala en cada mano.
Su cuerpo fue envuelto en una lona azul y posteriormente abandonado en la misma calle de terracería. El martes 15 de noviembre del 2006, a las 11:00 de la mañana, desde una camioneta en movimiento personas desconocidas arrojaron a la calle Río Champotón y Río Escondido el cuerpo de un hombre envuelto en una lona azul y atado con cinta adhesiva color gris.
EL ANUNCIO:
El martes 14 de noviembre de 2006, Francisco María Sagredo Villarreal cumplía 40 años de residir en Córdova de las Américas, un fraccionamiento de clase media ubicado a muy pocos metros del río Bravo, frente al campus principal de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez.
La madrugada de ese día alguien arrojó el cuerpo amortajado de un sujeto, a espaldas de su casa y la de sus vecinos. Era el noveno cadáver que les amanecía en nueve años, y eso colmó su paciencia. En una ciudad en la que no se investigan ajusticiamientos del crimen organizado, quejarse ante la autoridad de tener un cementerio privado en el patio trasero, simplemente es perder el tiempo.
Sagredo fue directo a sus destinatarios: "Se prohíbe tirar cadáveres o basura. ¡Multa! La polesía", les escribió en un trozo de madera que clavó en el terreno. El viernes 3 de octubre del 2008, Sagredo, de 69 años, fue acribillado por desconocidos a las puertas de su casa. Los asesinos le dispararon al pecho, poco antes del medio día, empleando balas calibre .223 y 9 milímetros.
El día que colocó aquel letrero, Sagrero intuía algo que las autoridades debieron anticipar. "Sentimos molestia, incomodidad y temor de ser testigos de algo relacionado con esos crímenes, y que los responsables tomen represalias en nuestra contra, porque aquí vivimos y estamos expuestos", dijo. "Creemos que es evidente la impunidad y la presencia del narcotráfi co".
EL PARTE OFICIAL:
La entonces, Procuraduría General de Justicia del Estado informó que con dos armas, una de ellas un rifle AR15, fue asesinado el abogado y propietario de una casa de huéspedes, informó la autoridad estatal. Los peritos en criminalística de campo encontraron 12 casquillos percutidos calibres .223 y 9 milímetros.
El crimen se cometió a las 11:23 horas en la vivienda ubicada en la calle Río Yaqui número 3952, cerca de la avenida Adolfo López Mateos, en el fraccionamiento Córdova Américas. También era propietario de una casa de huéspedes e integrante del grupo denominado La Renata.
El empresario estaba en la casa junto con cuatro adultos y dos menores cuando tres personas con los rostros cubiertos con capuchas entraron con lujo de violencia y les indicaron que se acostaran en el piso de la sala.
Los sujetos pretendían que Sagredo Villarreal se tirara al suelo, pero éste les indicó que él no podía arrojarse al piso porque estaba recuperándose de una cirugía en el corazón. Entonces los agresores optaron por dispararle. En la casa de huéspedes, de la cual Francisco María era dueño, un estadounidense fue herido a balazos el pasado 30 de abril.
El lesionado fue identificado con el nombre de Jaime Aguilar Medina, de 47 años de edad, quien manifestó ser originario del estado norteamericano de Washington. El lesionado dijo a los policías ministeriales que se encontraba en el exterior del albergue, ubicado en la calle Río Nilo, cuando fue atacado a balazos.
Mencionó que los agresores tripulaban una camioneta Chevrolet, tipo pick up, cabina y media, de color negra, con placas del estado norteamericano de Colorado. Señaló que en el vehículo viajaban tres sujetos a bordo y huyeron de inmediato con rumbo a la avenida Abraham Lincoln.
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