La próxima reforma electoral debe partir, como seguramente lo hará, del pleno entendimiento sobre la importancia que significa acotar la injerencia de los poderes salvajes en la vida política del país. Especialmente de los medios de comunicación masiva.
Sobre este tema me permito insertar una reflexión, contundente y clara, que abona al debate serio sobre tan prominente asunto. Este texto, del Dr. José González Sierra, pone en su justa dimensión uno de los grandes pendientes de nuestra embrionaria democracia:
"Resulta imprescindible que en las condiciones de incierta consolidación por las que atravesamos, se lleve a cabo una reforma democrática en el ámbito mediático. El régimen de concesiones vigente en el país permite y obliga a una detallada reglamentación en la que se establezcan obligaciones de carácter público y ciudadano para las transmisiones que operan los concesionarios. El esquema duopólico bajo el cual opera la televisión mexicana constituye un obstáculo para la consolidación de la democracia. Una reforma en este sentido debe de garantizar que se expresa a través de la pantalla la pluralidad política existente, así como también establecer los mecanismos que permitan la expresión de la sociedad civil.
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http://elsemanario.com.mx/colaborador/310/television-dinero-y-democracia
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