Noticias del imperio Vicente Bello - VIDEGARAY SUPUESTO VIRREY DE WASHINGTON EN MEXICO

Armando Ríos Piter, político mexicano. (Photo credit: Wikipedia)

Noticias del imperio Vicente Bello: Dos noticias fue a dar anteayer Luis Videgaray Caso en el corazón financiero de los Estados Unidos, Nueva York: que la privatización de Petróleos Mexicanos “es un fruto maduro’, que ‘está a la mano”, en 2013, y que el PRI, su partido, tiene entre sus planes modificar la Constitución para que las reformas constitucionales no tengan que pasar por los votos de los dos tercios en el Congreso mexicano. 

Videgaray habló como si fuera el “gran legislador” de México, y se arrogó un poder que solamente las dos Cámaras del Congreso tienen, pero únicamente después de que éstas concluyeron un determinado proceso legislativo. 

Abyecto hasta las cachas con los estadounidenses, con lo que fue a decir Videgaray Caso a Nueva York fue como patearle las canillas a los diputados y senadores de la oposición. O peor aún: como si le hubiera mentado la madre a éstos y a los millones de mexicanos que no votaron por Enrique Peña Nieto, de quien Videgaray es el alfil más íntimo. 

“Con suerte la haremos a principio del año próximo”, reiteraba el ahora poderoso priísta –en Estados Unidos consideran al actual coordinador del equipo de transición como el virtual jefe de gabinete de Enrique Peña Nieto-, refiriéndose a una reforma energética cuya presentación ya la anunció el mismo Enrique Peña Nieto, en septiembre, en una visita que hizo a Brasil. 



Con lo que dijo Videgaray, independientemente del talante de dictador que utilizó, ha sido la confirmación, una vez más, de que el Congreso mexicano lejos de veras está de funcionar como un real contrapeso de quienes ejercen –y en este caso, ejercerán- el poder presidencial. 

Habló como si estuviera muy seguro de que el PRI conformará la alianza necesaria para la reforma energética, que teniendo que ser constitucional, pasaría por la aprobación de los dos tercios del Pleno de la Cámara de Diputados y del Senado de la República. Algo así como 334 votos en San Lázaro y 95 en Insurgentes (sede actual de los senadores). 

Quien respondió a Videgaray, en San Lázaro, fue Ricardo Monreal Ávila, diputado del Convergencia. “Nos causa mucha indignación”, dijo, “que como si fuera el Poder Legislativo del país, o el gran legislador de México, el PRI y sus voceros anuncian el día de ayer y confirman en Nueva York, a través del diario The Wall Street Journal, lo que aquí se ha negado reiteradamente; lo que el PRI, Peña Nieto y su equipo de voceros han tratado de negar, de que van a privatizar Pemex y que van a abrir Pemex en todo el sector de explotación petrolera al capital privado extranjero; es decir, que la famosa reforma energética que busca promover es, en síntesis, la privatización de Pemex”. 

En viernes, San Lázaro suele ser un palacio semivacío, adonde muy pocos diputados asisten en sus oficinas. A pesar de la gravedad de las declaraciones de Videgaray, sólo un diputado, Monreal, estaba allí para atajar a quien ya se configuró como uno de los hombres más arrogantes y soberbios de los que vienen. 

Lo que Videgaray y Monreal pusieron ayer, fueron las bases del debate sobre la reforma energética. 

Monreal, verbigracia, decía que en vez de la privatización debería haber una reestructuración de Pemex, en el que fuera prioritario el combate a la corrupción, así como parar los excesos del contratismo y el influyentismo. Y, por supuesto, acabar con la mafia sindical que comanda el senador priísta Carlos Romero Deschamps. 

Monreal afirmó: “Pemex sí puede modernizarse y sí puede dársele la autonomía financiera para que deje de ser la ubre fiscal del Gobierno federal y reinvertir sus excedentes para modernizar sus instalaciones. Hay que construir nuevas refinerías para procesar aquí gasolina barata y dejar de impotar gasolina cara, que es el negocio multimillonario de unos pocos. Hay que darle valor agregado al petróleo, es decir, exportar menos crudo y refinar más derivados. 

“Hay que combatir a fondo la corrupción, les decía, para que en la paraestatal se deje de comprar el diezmo que hoy pagan todos los proveedores y se acabe el contratismo que produce accidentes como el reciente, en Reynosa. Hay que combatir a fondo la ordeña de ductos, cuyas pérdidas representan 13 mil millones de pesos al año. Hay que acabar con el manejo discrecional y opaco de los recursos que se entregan al sindicato. Y nada más combatiendo la corrupción se pueden ahorrar en Pemex unos 120 mil millones de pesos, el triple de lo que se puede ingresar por inversión privada nacional y extranjera”. 

Una voz solamente, ante los altos decibeles sobre los cuales aupadas llegaron a México las noticias que provenían del corazón financiero de los Estados Unidos de América. 
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