18 de enero de 2012

DEL CORREO: ¿CONFÍA USTED EN LAS ENCUESTAS?

¿CONFÍA USTED EN LAS ENCUESTAS?

Esta es una importante pregunta sobre un tema que todo ciudadano debe analizar
exhaustivamente dado que la sociedad está atrapada en una dependencia de dar
por cierto lo que los encuestadores informan sobre resultados que son altamente
subjetivos por lo siguiente:

1.- En los informes sobre resultados de una encuesta nunca hablan del número
de encuestados, que al no mencionarlo, puede ser de cien, mil o diez mil, que en
ningún caso reflejarían la realidad de las expectativas de los mexicanos sobre las
elecciones del 2012. Solamente dan cuenta de porcentajes que, al no saberse la
metodología empleada, constituye un factor para sospechar de la seriedad y ética de
las empresas encuestadoras que, como negocios que son, sus resultados favorecerán
a los que paguen mejor. ¿O son acaso instituciones no lucrativas al servicio de una
sociedad incapaz de saber decidir qué candidato está más calificado para salvar al
país de un hundimiento total dejándose engañar con lo que supuestamente indican las
preferencias por algún candidato que señalen los encuestadores?



2.- En tanto no expliquen los encuestadores cómo obtienen datos de eventos locales
o nacionales acaecidos dos o tres días previos, los ciudadanos tenemos derecho a
pensar que nos están engañando. Por ejemplo, en la “encuesta indicativa del PAN”,
ya se tenían los porcentajes al día siguiente. Y en el “debate” de ayer, martes 17,
de los panistas, en la noche ya había resultados sobre a quien favorecía el triunfo.
Y de nuevo la pregunta, ¿Dónde y a quien encuestaron con tanta rapidez? Pero lo
que más provoca sospechas y molestia es la insistencia de los encuestadores de
que Peña Nieto goza de más del 50% de las preferencias de voto. No aclaran si
sólo en el estado de México y el Distrito Federal que sería lo creíble, pero sucede
que los ciudadanos de los estados también votan y no se habla de que hayan sido
encuestados.

3.- Algo que sorprende es que los comunicadores, analistas políticos y académicos
se refieren a las encuestas como si fueran Dogma de Fe. Pueden estar de acuerdo
o disentir de los resultados, pero nadie se inconforma por la vaguedad de los
procedimientos y mecánica para obtener datos y si los intelectuales aceptan las
encuestas tal como las presentan, ¿qué podemos hacer los que no tenemos acceso
a espacios en la radio, televisión y prensa escrita para pronunciarnos a favor o en
contra?

4.- Del IFE, ¿Qué más se puede decir sobre su ley electoral que parece haber
sido dictada por Franco, Pinochet u otro sátrapa de triste memoria? Dejemos en
paz la palabra democracia que irresponsablemente utilizan los políticos y muchos
comunicadores que no son capaces de entender que en los momentos que vivimos,
su interpretación no necesita ir más allá de: Gobierno en que el pueblo ejerce
la soberanía eligiendo a sus dirigentes. Nada de escoger “democráticamente”
a los candidatos dentro de los partidos, porque no participa el pueblo. “Debates
democráticos”; “Campañas electorales democráticas”; en ambos casos no participa
el pueblo ni en muchas otras acciones políticas y las palabras apropiadas serían
pluralidad, equidad y respeto mutuo. La democracia, según la definición de los
diccionarios se da cuando el pueblo emite su voto para elegir a sus dirigentes.
Porque la traducción correcta de la palabra. Demo, pueblo; cracia, poder, (poder
del pueblo), no tiene vigencia en México, puesto que ese poder se endosa al Poder
Legislativo y los diputados y senadores no han mostrado los tamaños de enfrentar
al Ejecutivo, como es su obligación, para evitar las barbaridades cometidas en su
desastrosa administración que pasará a las páginas negras de la historia de México

por la corrupción, violencia, desempleo, carestía y seis años de mentiras permanentes,
violencia y muerte, en los que ha reinado la impunidad en el grado más elevado . Si
existiera en el país la democracia (poder del pueblo) que los políticos tanto mencionan
esté o no bien aplicada la palabra, se podría exigir la revocación de mandato a los
funcionarios ineptos y corruptos mediante un plebiscito. Desafortunadamente no
aparecen en la Constitución ambas figuras que pondrían un poco de orden en las
administraciones de los tres niveles de gobierno.

Las restricciones a la libertad de expresión exhiben a los consejeros del IFE como
curas católicos ultramontanos que ven pecados por todas partes, es decir, violaciones
a una Ley Electoral que debido al padecimiento de una paranoia inexplicable los lleva
a cometer inocultables ridículos. ¿Es sensato que por el hecho de que un boxeador
use pantaloncillos con el logotipo del PRI los ciudadanos votarán por este partido?
Si a esto se le calificó de un acto de campaña fuera de tiempos electorales, ¿no son
más obvios los spots con que nos tienen hasta el cepillo (iba a decir copete, pero se
puede confundir la expresión como publicidad a favor de Peña Nieto), en los que todos
los partidos abiertamente hablan de que son la mejor opción? ¿Y la mitomanía de
Calderón y algunos gobernadores que claman a los cuatro vientos realizar importante
obra pública y lo que es real son las deudas que los conducen a endeudar a los
estados que gobiernan por haber hecho desaparecer el presupuesto en lo que resulta
ser mal manejo y corrupción que los convierte en millonarios? Esto nos guste o no, es
publicidad a favor de sus partidos.

Por último, sean o no publicidad electoral los miles de spots, lo cierto es que
estos prueban el pánico que los políticos y funcionarios sienten por los medios de
comunicación y no dudaron en gastar miles de millones del tesoro de la nación para
pagar el tiempo completo de la radio y televisión para que no se preocuparan por
publicidad de empresas privadas. A esto hay que agregar otros miles de millones
empleados de la manera más estúpida en innecesarios monumentos, edificios
y festejos mientras 70 millones de compatriotas sobreviven milagrosamente al
desempleo y carestía. Bueno, pero hay que culpar a la fatalidad de que no les haya
tocado vivir en el México que alberga a la gente bonita entre los que se encuentran los
políticos de todos los niveles, comunicadores y funcionarios que, junto con sus familias
tienen la fortuna de desayunar, comer y cenar en forma sana y abundante.

J. Jesús Jiménez Villa
Zapopan, Jalisco
17/01/2012

#AMLO2012

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