10 de julio de 2011

PROCESO: Una industria de crecimiento explosivo J. JESÚS ESQUIVEL

Una industria de crecimiento explosivo
J. JESÚS ESQUIVEL
9 DE JULIO DE 2011 · COMENTARIOS DESACTIVADOS
EDICION MEXICO, NARCOTRÁFICO
De nada valen los reclamos de las autoridades mexicanas por el operativo Rápido y furioso: la fabricación y venta de armas en Estados Unidos se va a mantener y crece sostenidamente. Es un pilar de su economía, por ende, a ningún estadunidense le interesa desaparecer, ocultar o desacelerar esa industria, pese a los 40 mil muertos que acumula su vecino del sur. Las cifras son elocuentes.

WASHINGTON.- La industria de las armas en Estados Unidos sigue siendo un bastión de su economía: sólo durante 2010 se fabricaron 5 millones 167 mil 90 piezas de todo tipo y calibre, según las más recientes estadísticas de la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF).

En medio de una de las peores recesiones económicas en más de 50 años, los números que revela el gobierno de Barack Obama sobre la fabricación de armas en este país certifican cómo los estadunidenses tal vez no tengan dinero para un seguro médico, una casa o los productos esenciales de la canasta básica de alimentos, pero sí para adquirir pistolas, escopetas, rifles y hasta lanzagranadas.

La ATF, dependiente del Departamento de Justicia, en su informe anual 2010 sobre Manufactura y Exportación de Armas de Fuego –del que Proceso tiene copia– establece, por ejemplo, que el año pasado, periodo considerado por los economistas como uno de los de más aguda recesión, se fabricaron 359 mil 613 pistolas más que en 2009.

Aun cuando la ATF no indica lo que estas cifras representan en dinero para la economía de Estados Unidos, es lógico pensar que generan cientos de miles de empleos y miles de millones de dólares en ganancias anuales.

Ante esta lógica macroeconómica se entiende por qué son vanas las críticas, quejas y reclamos de Felipe Calderón a la Casa Blanca para que contenga el tráfico de armas a México.

A la sociedad y al gobierno estadunidenses no les importan los más de 40 mil muertos que hasta ahora arroja la guerra contra el narcotráfico y tal vez nunca se sepa la verdad respecto de la operación Rápido y furioso, orquestada y puesta en marcha por la ATF supuestamente para contener el tráfico ilegal de armas a México; este plan acabó siendo conducto para que por lo menos 2 mil 500 piezas terminaran en manos de delincuentes mexicanos.

Las cifras de 2010 que presenta el Departamento de Justicia sobre la producción y exportación de armas no indican tampoco, en el caso de las ventas al extranjero, el nombre del país que las adquiere ni el tipo de armamento que salió legalmente del territorio estadunidense.

Lo que se destaca es que las exportaciones son mínimas; el grueso de las armas se queda para el consumo doméstico. Por ejemplo, el año pasado se fabricaron 5 millones 167 mil 90 armas, de las que sólo se exportaron 241 mil 963.

Las cifras muestran que en 2005, cuando la economía estadunidense era boyante, la fabricación y exportación de armas no era tan elevada como durante los años de la más aguda recesión: 2009 y 2010. De 2005 a 2010 la producción en 1 millón 925 mil 596 unidades; las exportaciones, en 47 mil 281.

Los informes anuales sobre la Manufactura y Exportación de Armas de Fuego de los últimos cinco años, sin incluir 2008 –la ATF no tiene datos de este lapso–, reflejan el gran éxito que tiene en este país la venta de pistolas y rifles de asalto o semiautomáticos, que son precisamente el arsenal favorito del narcotráfico mexicano. Estas piezas son también las que con mayor regularidad se decomisan en las escenas de crímenes tanto en México como en Estados Unidos.

¡AMLO 2012!

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