7 de mayo de 2011

PROCESO: La doble muerte de Bin Laden Anne Marie Mergier

La doble muerte de Bin LadenAnne Marie Mergier 

Si bien el asesinato de Osama bin Laden causó regocijo en Estados Unidos y entre sus aliados, en el mundo musulmán la noticia provocó escepticismo. A las dudas sobre la legitimidad del hecho se suman análisis en la prensa árabe que minimizan la importancia de su eliminación física. Argumentan que sus ideas y su movimiento extremista y violento ya habían sido barridos por la llamada Primavera Árabe. En los hechos, dicen, Bin Laden ya era un cadáver político.

PARÍS.- La muerte de Osama Bin Laden generó mucha incredulidad, nada de euforia y numerosas dudas en los medios de los países árabes.
Chawki Amari, periodista, novelista, autor de tiras cómicas y cronista del diario argelino El Watan comenta: “En Argel la noticia de la muerte de Bin Laden –elemento más que opaco en una lucha planetaria más que opaca– no fue acogida con alegría por los detractores del terrorismo ni con tristeza por los partidarios de un islamismo geoestratégicamente útil para servir de contrapeso a la hegemonía estadunidense.
“Argel no cree en la implicación de grupos islamistas en los atentados del World Trade Center y la muerte de Bin Laden le inspira tanta cautela como el personaje mismo. Después de haber vivido 10 años de terror en los que todos los golpes bajos estaban permitidos, los argelinos ya no creen en nada; sobre todo no creen en las buenas intenciones occidentales. (…)
“Tan pronto asimilen la información, los argelinos se darán cuenta de que lo que desapareció fue un símbolo del antinorteamericanismo y quedará una certidumbre: Bin Laden no podía ser capturado porque tenía demasiado que decir sobre la implicación de Estados Unidos en esa guerra asimétrica del siglo XXI, la de los Estados imperialistas contra la nebulosa islamista mundializada.”
Concluye: “Ironía de la historia: en Argelia muchos padres le pusieron a sus hijos el nombre de Osama; lo mismo ocurrió en 1991con el de Saddam. ¿Qué va a pasar con esos niños y jóvenes? Nada especial. Sólo que se les negarán las visas en Occidente”.

Una ejecución “oportuna”

Un tono mordaz permea la crónica de Kamel Daoud, periodista, escritor y analista de otro diario argelino, Le Quotidien d’Oran:
“Bin Laden está muerto. Es sólo un detalle comparado con la muerte del islamismo político y armado. Por cierto, la ejecución de ese emir internacional es tan oportuna que uno tendría la tentación de creer en tesis conspiracionistas y cálculos mediáticos.
“Son pistas falsas y sin trascendencia. Lo esencial es lo siguiente: la muerte de Bin Laden marca el fin de una época y de una ilusión. Una época en la que mucha gente creyó que el islamismo político era una solución y el jihadismo, una lucha. (…)
“¿Bin Laden ha muerto? ¿Y qué? Ha muerto, punto. Su visión, su ‘oferta’, su mito, su ‘solución’ y sus métodos murieron desde hace años. Los grupos jihadistas hoy están siendo rebasados. Ya no tienen nada que proponer. Se ven completamente fuera de foco cuando se les compara con la fuerza de la Primavera Árabe. 
“Bin Laden murió justo en el momento preciso. Cayó como una lápida sobre el pasado. Bin Laden actuó contra nosotros, le sirvió a Bush para aniquilar a Irak, para aislarnos, para contaminar la causa palestina, la ciudadanía árabe, nuestros pasaportes y nuestras libertades.
“Hoy su imagen cayó en el ridículo y sólo inspira algunas caricaturas de propaganda en Libia y Siria, países en los que dos dictadores usan a Al Qaeda para matar a sus pueblos con el pretexto de la lucha contra el terrorismo. (…)
“La muerte de Bin Laden es una noticia común y corriente, no es un acontecimiento.
“El mundo árabe rebasó a ese emir autoproclamado con el mártir (Mohamed) Buazizi, el joven tunecino que sacrificó su vida en lugar de sacrificar las de los demás. Cuando ahora vemos los programas de televisión del mundo dedicados a Bin Laden tenemos la impresión de ver a un personaje que pertenece a nuestra prehistoria.(…)
“¿Quién mató a Bin Laden? ¿Los estadunidenses? Quizá… Pero en la lista de quienes lo mataron de verdad se encuentran los turcos, quienes lograron integrar a los islamistas al sistema político. Es una estrategia que dividió a los partidarios de Bin Laden y a los admiradores de su ‘solución’. 
“Buazizi le quitó el aura de ‘mártir’, la plaza Tahrir le quitó el papel estelar y el podio de la lucha, el grito de Bengasi volvió obsoletos sus aviones asesinos, YouTube mandó al cesto de la basura sus videograbaciones, cualquier facebookero vale más y piensa mejor que su ‘ideólogo’ Ayman al-Zawahiri.
“¿Bin Laden ha muerto? Es el mañana de un anteayer. Es apenas interesante. Los árabes tienen cosas muchísimo más interesantes que hacer: arrancar sus libertades y decapitar a sus dictadores.”

Al Qaeda, en declive

Periodista independiente argelino, colaborador de Le Monde Diplomatique y de varias publicaciones del Magreb y de África, Akram Belkaid escribe en el periódico electrónico Slate Afrique:
“La Primavera Árabe colocó en el escenario político a pueblos que reclaman sus derechos y que nunca defendieron reivindicaciones del islamismo radical. Es en nombre del derecho al derecho que los árabes se levantan y Al Qaeda no juega papel alguno en las revoluciones en curso.
“Hacía varios años que el peso político de esa organización declinaba. Demasiada violencia, demasiados atentados, demasiadas matanzas espantosas: Irak, Afganistán, Indonesia, el Magreb. Los pueblos –sin dejarse engañar por el carácter dictatorial de los regímenes de sus países– no siguieron los lemas de Al Qaeda. La organización tuvo que correr detrás de las revoluciones tunecina y egipcia tratando de hacer oír su voz a través de comunicados que casi nadie leyó.”
Agrega: “Eso no significa que Bin Laden hubiera perdido toda influencia. Seguía teniendo importancia simbólica. En el Magreb como en el África subsahariana el hombre sigue siendo un símbolo y quizás una leyenda. Es el hombre que humilló a Estados Unidos, se dijo y se sigue diciendo en Argel como en Casablanca o Bamako.
“Falta saber ahora si la muerte de Bin Laden tendrá algún impacto en la evolución del terrorismo islamista. Es imposible decir que esa organización esté condenada a desaparecer. Hoy es un mosaico de grupos autónomos que comparten el mismo nombre pero no tienen una estructura centralizadora.
“Entre esos grupos destacan Al Qaeda en el Magreb Islamista (AQMI) y el Grupo Salafista de Predicación y Combate, integrado por los herederos del tristemente famoso Grupo Islamista Armado argelino. AQMI no necesitó a Bin Laden para crecer y el vasallaje de sus líderes revela más una estrategia político-mediática que de unificación real de las dos organizaciones.”
Belkaid concluye: “¿Todo va a depender de la evolución de Al Qaeda? ¿Quién sucederá a Bin Laden? ¿Será reconocido por todas las ramificaciones de la organización? La historia reciente de los movimientos islamistas radicales augura guerras de sucesión feroces e inacabables”.
Trofeo sin valor

Christian Merville, analista del diario libanés L’Orient-Le Jour lanza comparaciones atrevidas en un artículo dedicado a la eliminación de Osama Bin Laden publicado el martes 3.
“Es difícil no pensar en algunos precedentes famosos: el asesinato en 1961 de Patricio Lumumba, primer ministro democráticamente electo de la República del Congo; la captura y ejecución en Bolivia del Che Guevara el 9 de octubre de 1967, ordenadas por el presidente René Barrientos; el de Abu Musab al-Zarqawi, muerto durante un bombardeo aéreo lanzado por Estados Unidos contra la pequeña ciudad de Hebheb, cerca de Baquba.
“Se celebró el operativo estadunidense de Abbottabad como una victoria contra el terrorismo, casi como una acción de salubridad pública (…) Uno se puede preguntar sobre el término “se ha hecho justicia”, utilizado por Barack Obama y sobre la manera de hacer desaparecer el cadáver: esa inmersión viola los preceptos del Islam y molestó a mucha gente. Pero después de los primeros momentos de exaltación de unos y de abatimiento de otros, es preciso reconocer que el trofeo de guerra que blande Washington está bastante desvalorizado.
“Está lejos el tiempo en el que un jefe resplandeciente, con su Kalashnikov en las rodillas, aplaudía ante las cámaras de televisión el derrumbe de las Torres Gemelas de Manhattan y la carnicería que siguió. Diez años más tarde la imagen del jefe carismático acabó por borrarse ante la de Ayman al-Zawahiri, verdadero cerebro del movimiento. Hace cuatro meses la Primavera Árabe le pegó el tiro de gracia al triste héroe de la primera década del siglo.
“Los jóvenes de Túnez, de la plaza Tahrir, de Deraa, de Taez eran niños de primaria cuando las imágenes de la Zona Cero se imprimían en las retinas de los televidentes del todo el planeta.
“Bin Laden está muerto. Desapareció un símbolo pero sigue habiendo una multitud de pequeños jefes que encabezan Al Qaeda en la Península Arábiga, AQMI y grupúsculos esparcidos por todas partes entre el Cáucaso y el Norte de África. Son numerosos, inasibles y difíciles de combatir.”

Respuesta de Los Hermanos Musulmanes

Muchos medios árabes difundieron el comunicado, breve pero sustancioso, que Los Hermanos Musulmanes emitieron sobre la ejecución de Bin Laden. Los dirigentes de la organización –cuya influencia rebasa las fronteras de Egipto, su país de origen– se muestran sumamente elípticos acerca del líder de Al Qaeda y lanzan serias advertencias a los dirigentes occidentales.
“Hoy el presidente de Estados Unidos anunció que una fuerza especial de los marines había logrado asesinar al jeque Osama bin Laden, a una mujer y a uno de sus hijos, así como a varios acompañantes suyos. Estamos, por lo tanto, enfrentándonos con una nueva situación.
“Los Hermanos Musulmanes declaran que se oponen al uso de la violencia en forma general y especialmente a los métodos de asesinato. Consideran que cualquier persona acusada de crímenes, no importa cuáles, tiene que beneficiarse de un juicio justo.
“Los Hermanos Musulmanes exigen que el mundo en general y el mundo occidental en particular –tanto sus pueblos como sus gobernantes– dejen de relacionar al Islam con el terrorismo y que ya corrijan la imagen deformada que promovieron durante años.
“Los Hermanos Musulmanes reiteran la legitimidad de la resistencia contra la ocupación extranjera de cualquier país y que esa legitimidad es aprobada tanto por la ley divina como por los convenios internacionales. Confundir la resistencia legítima y la violencia contra gente inocente fue lo que intentó hacer sobre todo el enemigo sionista.
“Mientras siga la ocupación seguirá la resistencia legítima en su contra. Les corresponde a Estados Unidos, a la OTAN y a la Unión Europea poner rápidamente un punto final a la ocupación de Irak y Afganistán, y reconocer los derechos legítimos del pueblo palestino.
“Los Hermanos Musulmanes exigen que Estados Unidos deje de una vez sus operativos de inteligencia y su injerencia en los asuntos internos de los países árabes y musulmanes.”

¡AMLO 2012!

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