EL RECONOCIMIENTO
26/01/10 - 00:07
Por: Francisco Rodríguez
HAN PASADO MÁS de tres años. Ya casi 39 meses desde que, ingresando por la puerta de atrás de la sede del Congreso, el señor Felipe Calderón se colocara apresurado la banda presidencial y el problema de su legitimidad en el cargo sigue provocando resentimiento y mucha molestia en él y, claro, entre sus más cercanos colaboradores.
“Sin querer queriendo”, el joven César Nava ha traído nuevamente a la palestra el espinoso tema.
Ha condicionado la postulación de candidatos del PRD bajo las siglas panistas al reconocimiento que estos pudieran hacer de su paisano, jefe y ¿amigo?
Porque, con esos “amigos”, ¿para qué quiere Calderón opositores o enemigos?
La dirigencia nacional del PAN, en efecto, estableció como requisito obligatorio para eventuales alianzas con otros partidos, el que los aspirantes a cargos de elección popular reconozcan la legitimidad de Felipe Calderón y de su gobierno.
No sólo eso. El muchacho Nava señaló concretamente que en esas alianzas del PAN con el PRD quedarán definitivamente excluidos los simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador, con lo que este nuevo “chavo del ocho”, otra vez sin “querer queriendo” revaloró la figura del principal opositor a la fallida Administración calderonista.
Lo dicho, ¿para qué quiere opositores el ocupante de Los Pinos, si los más agudos y certeros dirigen ahora mismo a su partido?
Y no sólo eso.
¿Para qué quiere Calderón reconocimientos como los del oaxaqueño Gabino Cué, por ejemplo, basados en el muy evidente e interesado oportunismo?
¿Esos son los reconocimientos que busca?
¡Pobre legitimidad!, entonces.
¡Es un Honor Estar con Obrador!
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