16 de junio de 2009

FRANCISCO RODRÍGUEZ

FRANCISCO RODRÍGUEZ



LA PANDILLA TECHNO DEL IMSS



El dinero se llora con un pesar más profundo que a los amigos o a los parientes


Juvenal



DESDE
HACE YA diez días, la familia de Margarita Zavala Gómez del Campo ha
sufrido una gran exposición en los medios informativos no
concesionados. Primero en la lista, Carlos Castañeda Gómez del Campo,
director de Innovación y Desarrollo Tecnológico del IMSS, protagonista
de un escándalo de defraudación al Seguro Social, que el mismo día fue
"tapado" por el de Marcia Gómez del Campo –a quien quizá éste ni
conoce, jejeje--, copropietaria de la maldita guardería hermosillense.


En el Reporte Índigo
de Ramón Alberto Garza, en efecto, se reveló que Castañeda Gómez del
Campo "administra" un contrato con la filial mexicana de la firma hindú
Tata Consultancy Services cuyo monto puede llegar a 3 mil 103 millones
440 mil 809 pesos, unos 260 millones de dólares, misma que le ha
facturado al IMSS
¡420 mil horas/hombre de trabajo en un solo mes!


Ante este "ataque", cual
califica a la revelación de sus pillerías, la versión de este familiar
de los ocupantes de Los Pinos y amigo personal de "el padre de la
novia" Juan Molinar Horcasitas, es que, hasta 2007, la facturación
hora/hombre se cotizaba entre 450 y 480 pesos por hora. Y hoy se tiene
fija en 235.80 pesos. En otras palabras, que pagando menos, le ahorró
al IMSS.


Tal no es la cuestión,
empero. Y por lo que le voy a compartir, la Secretaría de la
(dis)Función Pública y la Auditoría Superior de la Federación ya
deberían estar lanzando sus redes, para atrapar a este "pez gordo"
panista.


De este y otros "rentables"
negocios dentro del IMSS, es promotor un novel funcionario cuya carrera
en el gobierno inició durante la presente administración fallida, Se
trata de Joaquín Cardozo, titular de Unidad en la Dirección de
Innovación antes citada.


Conocido ahí mismo como "El
Rey Midas" por su capacidad de hacer dinero sin tocar nada --es decir,
sin siquiera firmar contratos y sin que su nombre aparezca en ninguna
gestión del Instituto--, Cardozo es quien negocia con todos los
proveedores de bienes y servicios tecnológicos las "comisiones" –de
entre 10 y 15% del monto de los contratos--, mismas que han permitido
que, por ejemplo, "con el esfuerzo de su trabajo" él mismo hoy pueda
estrenar casa.  


Fue la cercanía de Cardozo
con la empresa TMN, de la cual el señor Luis Sabido es socio, y José
Dávalos el operador, la que permitió realmente que Tata Consltancy
Services México pudiera hacer realidad su sueño de tener el contrato de
desarrollo de software más grande de la administración pública de
nuestro país.  


Es más que evidente que Tata nunca debió haber
"ganado" la licitación, pues sólo para empezar no cuenta con el número
de empleados necesarios para cubrir el número de horas facturadas el
pasado mes de diciembre. Su plantilla de 1 mil 500 trabajadores,
incluyendo los de su casa de desarrollo de software en Guadalajara, ni
virtualmente alcanzaría a cubrir las horas facturadas durante ese mes. 


Pero esto no es sorpresa, en el medio de las Ti-Ais
(TIs) --como se conoce comúnmente a este tipo de empresas--, saben que
Tata, a través de Ericka Chávez, responsable del proyecto del IMSS,
subcontrata los servicios de muchas otras compañías, todas las que
desarrollen cualesquiera de los programas de cómputo que el Instituto
requiera o brinden servicios asociados al Instituto, y que Carlos
Castañeda Gómez del Campo, personalmente, junto con su operador Joaquín
Cardozo, les "sugieren" que se pongan en contacto con Tata para que los
contrate como proveedores indirectos del Instituto, a fin de evitar el
tener que pasar por un proceso licitatorio.


Ahí, claro, "llueven" más comisiones.


El problema reside en que
estas empresas a las que Tata subcontrata,  le cobran por sus servicios
desde 40 hasta 1 mil dólares por hora/consultor. Bueno, eso cuando les
paga, porque ahora que han salido a la luz los movimientos de esta
empresa, ha dejado de pagar a sus proveedores a los cuales ya les debe
millonarias sumas.  


Y es ahí que –ojo Arturo González de Aragón-- si
hacemos cuentas, ya no cuadran los números… De acuerdo a Castañeda
Gómez del Campo, paga sólo 238.50 pesos por esa hora. Y la firma hindú
subcontrata, mínimo, por más de 500 pesos. ¿Acaso Tata es una empresa
de beneficencia que subsidia al IMSS?  Claro que no, el truco es muy
sencillo, por cada hora de consultaría de sus subcontratistas, Tata
factura muchas más horas, a las cuales "les agrega" un treinta por
ciento adicional de las horas facturadas por cada subcontratista, por
concepto de administración del proyecto.


¿Podrán "el otro primo"
Salvador Vega Casilla, secretario de la Función Pública, o el Auditor
Superior de Fiscalización revisar los nombres de las personas que
pudieron acumular 420 mil horas/hombre de consultoría? ¿De casualidad
estos trabajadores estarán inscritos y pagaran su cuota obrero patronal
en el IMSS? ¿Coincidirán los nombres de estos trabajadores cuyas
facturas fueron presentadas y pagadas, con los registros de entrada a
oficinas del IMSS durante dicho mes?  Es obvio que no…




Índice Flamígero: El flamante
titular de la SEP, Sergio Lujambio, no dio pie con bola en cuanto a la
reposición de horas de estudio, perdidas durante la emergencia de la
influenza. Dio una fecha; la cambió. Pidió aumentar horarios, fracasó,
pues nunca consideró que en la mayoría de los planteles hay dos turnos.
Ahora nadie sabe, nadie supo si se recuperaron o no las horas de clase.
Cosas, pues, del amiguismo y compadrazgo en los cargos públicos.



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