DEL UNIVERSAL:
Empresa
Alberto Barranco
02 de octubre de 2006
Peor de los mundos
Congeladas en el Congreso cinco iniciativas para dotarle de la anhelada autonomía de gestión, el arribo del nuevo sexenio sorprenderá a Petróleos Mexicanos en el peor de los mundos: menor ingreso, nula posibilidad de endeudamiento y mayor exigencia de inversión para mantenerse a flote
En el escenario con perfil apocalíptico se desgranan la dramática declinación de Cantarell, su yacimiento estelar; su ubicación en un marco de quiebra técnica al sumar más el valor de sus activos al de sus pasivos; su cada día más peligrosa faltante de reservas laborales; la inminente caída en el precio internacional del crudo.
De acuerdo con el cálculo de los expertos el reclamo mínimo de gasto de inversión para la paraestatal sería de 10 mil millones de dólares en los próximos 10 años, frente a los 2 mil 600 en promedio erogados en los últimos 15. cuando la exigencia hablaba de 6 mil.
Digamos que el gobierno foxista y antes el zedillista dejaron pasar olímpicamente los años de bonanza para alimentar el gasto corriente, en copia fiel del original del periodo 1979-1982, cuando el ex presidente José López Portillo convocaba a aprender a administrar la riqueza.
¿Se acuerda cuando la demagogia prometía colocar a la paraestatal como la número uno del planeta?
La paradoja del caso es que al amanecer del actual sexenio tanto la Secretaría de Hacienda como la de Energía, es decir, Francisco Gil Díaz y Ernesto Martens, hablaban de que con 22 o 23 mil millones de dólares al año de ingresos tributarios de Pemex saldría el presupuesto. y van más de 90 mil.
De hecho, si en 2002 el porcentaje de participación de la paraestatal en el ingreso global del sector público alcanzaba 30%, este año llegará a 42%, tras rebasar 37% en 2005 y 35% en 2004. Más aún, si entonces la proporción era el equivalente a 7% del Producto Interno Bruto, hoy alcanza 9%.
Por lo pronto, el declive de Cantarell, el yacimiento del que se extrae 62% de la producción nacional de petróleo, está ya en su fase final. Según los expertos ésta podría alcanzar un ritmo de entre 8% y 15% al año. El escenario optimista hablaba de alcanzar en 2010 una producción de mil 100 barriles diarios, es decir, algo menos de la mitad de los 2 mil 400 actuales. El pesimista habla de llegar a 2009 con sólo 700 barriles al día.
Lo inaudito del asunto frente a la precariedad de la paraestatal, es que el pico de la cresta alcanzó su mayor altura a partir de 2002. justo cuando se profundizó el boom en el precio internacional.
El gobierno foxista, pues, multiplicó sus ingresos por doble vía: precios y producción, bonanza de la cual no participó Pemex.
Digamos que la paraestatal se quedó mirando mientras el gobierno utilizaba los recursos en gasto corriente, con la novedad de que la derrama a las entidades federativas jamás se etiquetó, es decir, los gobernadores la utilizaron como les vino en gana.
De hecho, a la exigencia de mayor presupuesto de inversión se respondió con luz verde para el sobreendeudamiento, a cuya vera se alcanzó el escenario de quiebra técnica.
En la carambola, si Petróleos Mexicanos decidiera seguir por el mismo camino se toparía con tasas más grandes y plazos más cortos, pese a respaldarse con la garantía de grado de inversión del país, es decir, el aval de la Tesorería de la Federación.
Peor aún, la catarata de emisiones de deuda que rebasó todos los límites de la prudencia no alcanzó para enderezar las abolladuras en sectores clave como la petroquímica, la exploración o la creación de nuevas refinerías. La gran pregunta, naturalmente, es si se le empujó a la paraestatal al precipicio para tenderle la alfombra a su privatización.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
#Dontriananews gracias por escribirnos