- Oaxaca y sus secuelas marinas
- Elba Esther dice no a la represión
No hay testigo tan terrible, mi estimado, ni acusador tan poderoso como la conciencia de cada individuo. El affaire del trío galaxia (AKA the dumb squad) de Carlos Abascal, Marco Antonio Peyrot y Eduardo Medina Mora, ya rindió los frutos prometidos: el desmadre oaxaqueño se enreda con el paso de los días derivando ayer en el fracaso de la mesita de negociación en Gobernación y, aunque haya voces gritando por la entrada de la fuerza pública a meter orden... en el desorden, el aviso enviado a la APPO, al magisterio y al grupito de traviesos que ya comenzaron a mover algunas de sus fichas en el estado (des)gobernado por Ulises Ruiz —que urge se vaya– han comenzado a moverse borrando tras de sí una serie de simpáticas pistas e información de inteligencia que, no se vaya con la finta, venían recopilando elementos del Ejército mexicano... pero...
La revoltosa fiesta de Peyrot y sus helicópteros de fabricación rusa –que no están artillados ni tienen cámara, whatsoever—que además de carga y transporte de personal pueden ser utilizados para apagar incendios... forestales, no tienen los instrumentos para recibir iconografía. O sea, son como de chisguete... así como la imagen del personaje que encabeza nuestra Armada de México.
El respetable se pregunta intrigado: ¿será esta misma institución la que le dio su Jefe de Estado Mayor Presidencial al presidente Francisco I. Madero...? ¿Es la misma que con el cañonero Tampico se sublevó contra Victoriano Huerta...? ¿La misma de la rebelión de los Comodoros...?
La carrera del hoy almirante Peyrot, ascendido (y firmado por él) en el último momento —después de estar no sólo en la banca sino con algunos problemas de familiares incómodos— para poder ocupar el despacho de secretario de la Marina dista mucho de ser ejemplar.
Desde su arribo al entonces gabinetazo foxista, el almirante se dedicó a quedar bien con el círculo político cercano al inquilino de Los Pinos, es decir, sus habilidades para la grilla (ahí tiene a su hijo como diputado panista plurinominal en San Lázaro) son infinitamente mayores, mi estimado, a su destreza intelectual, ya ni hablar de su experiencia para llevar a cabo operativos... o su lealtad para salir a arropar a los suyos en desgracia. ¿Ejemplos? Sit tight.
Cuando se vino la severa crisis el 28 de noviembre de 2004 por los linchamientos en Tláhuac, el almirante José Luis Figueroa, entonces Comisionado de la PFP, más allá de los errores, traspiés y tenebra detrás de los elementos de esa corporación ejecutados, fue abandonado a su suerte por la Armada y algunos de sus colaboradores, militares también, tuvieron fuertes problemas, entre otros económicos, para salir adelante.
Era un secreto a voces en los pasillos de Los Pinos que Peyrot prefirió quedar bien con el amigo de Fox, el difunto Ramón Martín Huerta, con el que hacía travesuras y guardaba una simpática cercanía.
Las formas no han sido su fuerte, pues.
Con el paso de los meses y al ganar la presidencia del PAN, Peyrot se acercó a Manuel Espino con quien lleva una excelente relación... ya para qué hablar de sus andanzas —con el poder de doña Marta... y sus juniors— sus ambiciones y el querer ser el epicentro de la fiesta.
Porque para llevar a cabo operativos, my friend, con la detención del Tigrillo Arellano basta y sobra para percibir que no tiene, digamos, toda la confianza de nuestros impacientes vecinos.
Hoy, con el peligroso lío oaxaqueño y gracias a su desparpajo para desinformar (¿y convencer?) a Vicente Fox sobre sus abastecimientos whatever, ponerse de acuerdo —a espaldas de la Defensa Nacional y los miembros del gabinete de seguridad– con dos civiles como Abascal y Medina Mora para jugar al soldadito y su ilustre desenfreno por aparecer en la foto, el panorama de Oaxaca luce mucho más complicado y con el peligro de contaminar... rápidamente... otras entidades.
Ya para qué mencionar, my friend, la profundísima crisis entre las dependencias encargadas, ni más ni menos, que de la seguridad nacional.
¡¿Dónde está el piloto?!
Por la Mirilla
Y Elba Esther Gordillo ha enviado a Fox la divertida señal de que si entra la fuerza pública para reprimir al magisterio en Oaxaca, mi estimado, que no cuenten con ella... mientras la marcha de la APPO avanza hacia la capital...
La revoltosa fiesta de Peyrot y sus helicópteros de fabricación rusa –que no están artillados ni tienen cámara, whatsoever—que además de carga y transporte de personal pueden ser utilizados para apagar incendios... forestales, no tienen los instrumentos para recibir iconografía. O sea, son como de chisguete... así como la imagen del personaje que encabeza nuestra Armada de México.
El respetable se pregunta intrigado: ¿será esta misma institución la que le dio su Jefe de Estado Mayor Presidencial al presidente Francisco I. Madero...? ¿Es la misma que con el cañonero Tampico se sublevó contra Victoriano Huerta...? ¿La misma de la rebelión de los Comodoros...?
La carrera del hoy almirante Peyrot, ascendido (y firmado por él) en el último momento —después de estar no sólo en la banca sino con algunos problemas de familiares incómodos— para poder ocupar el despacho de secretario de la Marina dista mucho de ser ejemplar.
Desde su arribo al entonces gabinetazo foxista, el almirante se dedicó a quedar bien con el círculo político cercano al inquilino de Los Pinos, es decir, sus habilidades para la grilla (ahí tiene a su hijo como diputado panista plurinominal en San Lázaro) son infinitamente mayores, mi estimado, a su destreza intelectual, ya ni hablar de su experiencia para llevar a cabo operativos... o su lealtad para salir a arropar a los suyos en desgracia. ¿Ejemplos? Sit tight.
Cuando se vino la severa crisis el 28 de noviembre de 2004 por los linchamientos en Tláhuac, el almirante José Luis Figueroa, entonces Comisionado de la PFP, más allá de los errores, traspiés y tenebra detrás de los elementos de esa corporación ejecutados, fue abandonado a su suerte por la Armada y algunos de sus colaboradores, militares también, tuvieron fuertes problemas, entre otros económicos, para salir adelante.
Era un secreto a voces en los pasillos de Los Pinos que Peyrot prefirió quedar bien con el amigo de Fox, el difunto Ramón Martín Huerta, con el que hacía travesuras y guardaba una simpática cercanía.
Las formas no han sido su fuerte, pues.
Con el paso de los meses y al ganar la presidencia del PAN, Peyrot se acercó a Manuel Espino con quien lleva una excelente relación... ya para qué hablar de sus andanzas —con el poder de doña Marta... y sus juniors— sus ambiciones y el querer ser el epicentro de la fiesta.
Porque para llevar a cabo operativos, my friend, con la detención del Tigrillo Arellano basta y sobra para percibir que no tiene, digamos, toda la confianza de nuestros impacientes vecinos.
Hoy, con el peligroso lío oaxaqueño y gracias a su desparpajo para desinformar (¿y convencer?) a Vicente Fox sobre sus abastecimientos whatever, ponerse de acuerdo —a espaldas de la Defensa Nacional y los miembros del gabinete de seguridad– con dos civiles como Abascal y Medina Mora para jugar al soldadito y su ilustre desenfreno por aparecer en la foto, el panorama de Oaxaca luce mucho más complicado y con el peligro de contaminar... rápidamente... otras entidades.
Ya para qué mencionar, my friend, la profundísima crisis entre las dependencias encargadas, ni más ni menos, que de la seguridad nacional.
¡¿Dónde está el piloto?!
Por la Mirilla
Y Elba Esther Gordillo ha enviado a Fox la divertida señal de que si entra la fuerza pública para reprimir al magisterio en Oaxaca, mi estimado, que no cuenten con ella... mientras la marcha de la APPO avanza hacia la capital...
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