Por: Redacción / Sinembargo - enero 4 de 2014 - 13:32
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Ciudad de México, 4 de diciembre (SinEmbargo) .- La Reforma Fiscal que entró en vigor el 1º de enero de 2014 introduce nuevos impuestos que aunque están dirigidos a las personas de mayores ingresos económicos, afectan sobre todo a los habitantes más pobres del país, de acuerdo con el semanario británico The Economist.
Los nuevos gravámenes contenidos en la reforma impulsada por el Presidente Enrique peña Nieto, incluyen la implementación del Impuesto al Valor Agregado (IVA) a los transportes foráneos (aunque algunas líneas de autobuses ya informaron que mantendrán sus precios mientras la economía se lo permita), así como el aumento de un peso por litro en los refrescos y un 8 por ciento más en el precio de los alimentos especialmente calóricos, como parte de una campaña para luchar contra la obesidad.
En el análisis publicado hoy, The Economist también hace alusión al alza del 66 por ciento en el costo del boleto del Metro, que el 13 de diciembre aumentó de tres a cinco pesos en la capital del país, que sin ser parte de la reforma constitucional, afecta a las clases populares.
El aumento en los costos podría parecer pequeño para los pronósticos de inflación -el Banco Central dice que aumentará ligeramente hasta el 3.9%- sin embargo, “son parte de un patrón de alza de precios en los últimos años que han ayudado a mantener el número de pobres en México obstinadamente alto, en alrededor de 53 millones en 2012, o 45.5% de la población”, cita cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Hasta el tercer trimestre del año que recién terminó, “la proporción de personas que no pueden pagar la cantidad mínima de alimentos para el bienestar básico ha aumentado alrededor de un 13 por ciento a nivel nacional desde el año 2010″ mientras que el precio de la canasta básica también ha crecido en 21 por ciento en el mismo periodo, lo que equivale a por lo menos 40 pesos diarios, cuando el salario mínimo en la Ciudad de México es de 67 pesos al día.
“Los precios de los alimentos ‘comen’ a los ingresos de todos, pero golpean a los pobres con especial dureza”, menciona el semanario, que rescata las cifras dadas por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi) que indican que la población ubicada en la parte más baja de la escala de ingresos gasta la mitad de lo que gana en alimentos.
“En teoría, los nuevos aumentos de impuestos podrían ir hacia programas contra la pobreza, ayudando a restablecer el equilibrio, sin embargo, la Reforma Fiscal se ha centrado mucho más del lado de los ingresos que del gasto”, dice Christopher Wilson , del Instituto México en el Wilson Center en Washington a The Economist, que señala que el cómo y en qué se gastará el dinero obtenido “sigue siendo una pregunta abierta”.
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