Al inicio de 2012, las propuestas, proyectos y solicitudes de cita de diversas consultorías y agencias de publicidad se apilaban en el escritorio de la colonia Roma, pero Andrés Manuel López Obrador tenía su opinión:
Soy un candidato antimarketing... No me gusta andar maquillado, ni enseñando los dientes con sonrisas Colgate. Si me quieren o me odian, que sea por lo que soy, no por lo que aparento ser... No creo que un candidato se pueda difundir como un producto chatarra, mediante publicidad engañosa, con poses impostadas... luego vienen los desencantos y las decepciones.
Esto no significaba que AMLO desconociera, demeritara o ignorara la importancia de los medios electrónicos, de la investigación demoscópica, de la comunicación política y de la propaganda electoral, sino únicamente que estaba –como está– en contra de las prácticas abusivas, manipuladoras y mentirosas de los mismos.
Durante su campaña para jefe de Gobierno, en el año 2000, López Obrador contó con la asesoría y servicios de la empresa Tere Struck y Asociados, la cual antes había colaborado también en el diseño y operación de algunas campañas del PRD durante la presidencia de AMLO, de manera especial en la de Cuauhtémoc Cárdenas para el Gobierno del Distrito Federal en 1997. A esa agencia se le atribuye aquella fotografía del ingeniero con una sonrisa amable y cálida.
La señora Struck acompañó también a AMLO en las campañas presidenciales de 2006 y 2012, en el diseño de imagen y en algunos insumos publicitarios. Es una publicista profesional y discreta. Muy diferente de los fanfarrones y glamurosos que rodean algunas campañas electorales, especialmente las del PRI. Para este tipo de publicistas, si un candidato gana, fue gracias a ellos, y si pierde, "fue culpa de él, no me hizo caso, no se dejó ayudar".
Por otro lado, las encuestas y estudios de opinión, tanto en 2006 como en 2012, estuvieron a cargo en su mayor parte de Ana Cristina Covarrubias, quien es también una reconocida profesional, con vasta experiencia en la investigación de tendencias y preferencias electorales.
Desde que AMLO fue presidente del PRD, se apoyó también en un grupo interno de encuestadores y proyectistas liderado originalmente por José Barberán y luego, al deceso de éste, por Pedro Valencia.
Además de César Yáñez, Luis Mandoki y Epigmenio Ibarra, Octavio Oropeza, Jesús Ramírez, Carlos Salces, Pedro Salmerón y Rafael Márquez han formado parte del equipo central de publicistas y consultores en las campañas de AMLO, apoyados colateralmente y en diversos momentos por otros especialistas en temas de imagen y comunicación política.
Los consultores extranjeros nunca han sido parte central ni esencial en las campañas presidenciales de AMLO. Por sugerencia de terceros o a invitación de colaboradores, López Obrador suele escuchar y atender puntos de vista de algunos de ellos, valora su preparación y experiencia en otros países y en otras culturas políticas; pero su posición al respecto es tajante: "No tengo ni contrato asesores, no me gusta parecerme al resto de los políticos".
En 2006, por ejemplo, el consultor y político ecuatoriano Jaime Durán Barba, le hizo llegar sus opiniones y sugerencias sobre el desarrollo de las elecciones en México. Lo mismo Santiago Nieto y otros especialistas en mercadotecnia política de las escuelas de Miami y Washington. Pero en ningún momento han llevado la conducción estratégica o táctica de las campañas.
El consultor político Luis Costa Bonino llegó y participó en condiciones similares en la campaña de 2012; el cineasta Luis Mandoki, con identificación, reconocimiento profesional y confianza plena del candidato, lo había acercado al proyecto. En lo personal, yo sostuve con Costa dos encuentros para conocer sus puntos de vista sobre el desarrollo de la campaña. Me pareció un profesional estructurado, con gran experiencia en sus temas y con un pulso muy al día del desarrollo de la contienda electoral mexicana.
Otra historia aconteció en el PAN y el PRI. Desde la contienda presidencial del año 2000, los consultores políticos extranjeros llegaron a México junto con la instauración de un sistema electoral más competitivo. Es conocido que Vicente Fox (PAN) contrató al estadounidense Dick Morris, mientras que Francisco Labastida (PRI), al también norteamericano James Carville. En 2006, Felipe Calderón tuvo al consultor español, nacionalizado mexicano en 2006, Antonio Sola Reché, habitual asesor de las campañas del Partido Popular español y del ex presidente José María Aznar. A él se le atribuye la campaña negativa contra López Obrador "Un peligro para México", y la de 2012 contra Peña Nieto en la que se evidenciaba que éste no cumplía sus compromisos de gobierno. Estuvo también con Josefina Vázquez Mota en la pasada contienda presidencial; sin embargo, siguió la regla de oro de todo consultor profesional: deslindarse de la derrota.
Así, Antonio Sola aseguró en una entrevista:
El Gobierno de Calderón hizo muchísimas cosas bien, muchas cosas bien. Creo que fue un gran Presidente, pero su principal problema fue de comunicación. Ese fue su gran problema. El presidente Calderón sabrá a quién pedirle cuentas por la comunicación de su Gobierno: fue terrible, nefasta...
¿Qué falló? Pues que el Presidente Calderón no supo comunicar su Gobierno, las personas responsables de su Gobierno, cuáles eran los logros que hoy disfruta México. En seguridad, en economía, en combate a la pobreza, en vivienda, en salud. Hay verdaderamente logros muy importantes. Claro, también hay cosas que se le critican abiertamente –su combate contra el narcotráfico–, muchas cosas que puede estar de acuerdo o no. Yo estoy de acuerdo, por cierto. En la lucha contra el narcotráfico no puedes tener tibieza. El Presidente Calderón tuvo muchos que trabajó muy bien pero su comunicación estuvo muy enfocada al tema de la seguridad...
Asimismo, en la entrevista se añade:
Viéndolo desde fuera, la complejidad de la campaña internamente impidió hacer muchas cosas. Creo que Josefina fue una extraordinaria candidata. Es una mujer valiente, firme, muy interesante como producto en términos políticos. Y creo que hubiera tenido todo el chance de ganar, pero le faltó potencia...
Gajes del oficio: el mismo día en que Sola se deslindaba de Felipe Calderón y Josefina Vázquez, Luis Costa Bonino hacía lo propio con AMLO mediante un texto publicado en su portal www.costabonino.com.
Por su parte, la campaña del PRI en esta ocasión no se concentró en uno sino en varios consultores nacionales y extranjeros. La producción de spots estuvo a cargo de Pedro Torres, de Televisa, en uno de los formatos HD más caros para hacer cine. En algún momento, Torres también produjo una parte de los spots de Josefina Vázquez, especialmente aquellos de fondo negro, que transmitían a una candidata sombría y enlutada. La parte propagandística estuvo a cargo de Juan Carlos Limón García, director de ByPower Media, uno de los consultores de imagen favoritos de Peña Nieto desde que fue candidato y luego gobernador del Estado de México.
En esta campaña, el PRI no tuvo un consultor extranjero formal al frente, sino varios informales tras bambalinas. La razón era única: Televisa llevó férrea y monopólicamente el diseño, operación y manejo de crisis de la misma.
Los consultores extranjeros se fueron sumando gradual e informalmente a la campaña del PRI a través de Juan José Rendón, un venezolano especialista en "clínicas del rumor", y en el manejo de situaciones de escándalo y "alto impacto", como los atentados, en torno a candidatos y campañas competidas. Desde 2012, Rendón se encontraba en Guadalajara asesorando al entonces precandidato del PRI al gobierno de Jalisco, y actual gobernador, Aristóteles Sandoval. Le correspondió organizar la III Cumbre Mundial de Comunicación Política, celebrada en esa ciudad del 16 al 18 de mayo de 2012.
Por esos días, en su página electrónica (jjrendon.com) se podía leer: "Las elecciones mexicanas tienen en acción al reconocido estratega, radicado desde hace meses en la Ciudad de México por su trabajo con el Partido Revolucionario Institucional, al que asesora desde hace 13 años y que en estos comicios se juega el todo por el todo con el candidato Enrique Peña Nieto".
En Guadalajara, se dieron cita más de 40 consultores políticos internacionales, algunos de los cuales habían llegado semanas antes para integrarse a las diversas campañas del PRI a nivel local y federal, o al menos para tener contacto en algún momento con el equipo del tricolor, como Luciana Panke, Ralph Murphine, Xavier Domínguez, Carlos Escalante, César Martínez, Carlos Souto, Marcos Magaña y Yago de Marta. Son especialistas que no trabajan por menos de 15 mil dólares mensuales.
Algunos de ellos fueron dejando, en sus blogs y cuentas de Twitter, testimonio de su participación en la campaña presidencial mexicana. (...)
Por supuesto que ser consultor extranjero y trabajar para algún partido o candidato mexicano no debe sorprender ni escandalizar a nadie. Sin embargo, esa vena chovinista trasnochada, junto con la mentira de una supuesta colecta de fondos en una cena privada, fueron los ingredientes de "El Charolazo de las Lomas" con el que se armó artificiosamente uno de los escándalos de la campaña en contra de AMLO, justo cuando las encuestas internas registraban su avance resistente y persistente, silencioso y sostenido, al margen del festín publicitario de las encuestas difundidas por los grandes medios.
¡Al ladrón, al ladrón! ("El Charolazo de las Lomas")
El 24 de mayo de 2012 tuvo lugar una cena entre un pequeño grupo de ejecutivos empresariales e integrantes de la campaña de AMLO, en casa de Luis Creel en las Lomas de Chapultepec. Se extendió invitación a Luis Orvañanos, presidente de casas GEO; Elena Achar, representante del Grupo Comex; Luis del Valle Gurría, abogado, y al arquitecto Rogelio Jiménez Pons, entre otros. Por parte de la campaña del candidato asistieron Adolfo Hellmund López, coordinador de las redes empresariales y virtual secretario de Energía en el gabinete de López Obrador, así como el cineasta Luis Mandoki y el consultor uruguayo Luis Costa Bonino.
Una semana después, el 30 de mayo, el diario El Universal, de manera destacada, daba cuenta puntual de esta reunión, con base en una larga grabación filtrada al medio, realizada –según trascendió– por una de las asistentes: Elena Achar.
En esa cena, Luis Costa Bonino habría planteado:
Necesitamos conseguir seis millones de dólares para ganar la Presidencia de México, [...] los demás temas los tenemos resueltos [...], esta elección la vamos a ganar [...] quería pedir en esta ocasión que le pudieran dar a la campaña, sabiendo que es un apoyo no a la esperanza, sino un apoyo al triunfo.
En esa reunión no se recaudaría ni un solo peso partido por la mitad, pero sí uno de los principales escándalos de la campaña.
El incidente fue utilizado por el PRI para embestir al candidato de la coalición de izquierda con dos temas: la utilización de un consultor de origen extranjero (a pesar de que el tricolor estaba en tratos con más de una decena de ellos), y la recaudación ilegal de fondos. El objetivo era minar la principal cualidad política que el promedio de los ciudadanos percibe en AMLO, la honestidad personal, al presentarlo como uno más de los políticos corruptos.
En efecto, mientras el tricolor gritaba ¡Al ladrón, al ladrón!, por "El Charolazo de las Lomas" y las declaraciones fiscales de Honestidad Valiente, a la par cocinaba las dos mayores triangulaciones de cuantiosos recursos ilícitos aportados a una campaña presidencial en la historia del país: el Monexgate y el Sorianagate. Ambos merecen mención aparte.
Fragmento del libro La larga travesía (Cámara de Diputados, 2013) de Ricardo Monreal, coordinador de la campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador en 2012.
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