Las cuatro depredadoras ambientales anglosajonas que invadirán México
Alfredo Jalife-Rahme
L
os multimedia anglosajones han posicionado a las cuatro megapetroleras globales –ExxonMobil, Chevron, Shell y BP– como las principales beneficiadas de la suicida reforma energética Peña/Videgaray/Aspe, mediante la cual el “México neoliberal itamita” se desprende de la explotación tanto de las aguas profundas del Golfo de México como del tóxico cuan polémico gas shale (gas esquisto/lutitas), que merece tratamiento especial cuando ha sido puesto en la picota en todo el mundo con la excepción de Norteamérica. Las cuatro serán premiadas sin recato ambiental por el gobierno Peña/Videgaray cuando su historial global es cataclísmico para la ecología y la salubridad al grado de inmiscuirse en la política interna de los países anfitriones e incitar y conseguir cambios de regímenes.
Un país valetudinario y vulnerable financieramente, como el “México neoliberal itamita”, que se asocia con una de ellas corre el riesgo de ser devorado. Entre las 10 más peligrosas trasnacionales del mundo aparecen en un primer lugar excepcional Chevron y en octavo lugar BP (http://en.apocalisselaica.net/varie/attualita-cultura-satira-e-umorismo/ecco-le-10-multinazionali-piu-pericolose-al-mondo ).
Entre las 12 principales trasnacionales menos éticas (¡supersic!) aparecen tres petroleras de EU: Halliburton, Chevron y Occidental Petroleum ( http://www.huffingtonpost.com/2010/01/28/the-least-ethical-compani_n_440073.html ). ExxonMobil (449 mil millones de dólares en ingresos; tercer lugar del ranking de las 500 trasnacionales más poderosas Fortune/CNN): su enorme derrama (750 mil barriles) en Alaska en 1989 compite con BP en el Golfo de México por el mayor daño global al ambiente.
El investigador británico Greg Palast exhibió la falta de mantenimiento del radar del buque Exxon Valdez roto e inhabilitado un año antes, a sabiendas criminal de la directiva (gregpalast.com; 21/3/99). Peor que todo es la increíble narrativa judicial donde ExxonMobil demostró todo su poder político ante jueces venales mediante la exhibición de su musculatura financiera en colusión con el banco mafioso JP Morgan: condenada en primera instancia por 5 mil millones de dólares por daños de castigo, consiguió diluirlos hasta su increíble décima parte de 507.5 millones de dólares con todo y costos legales e intereses.
No deseo imaginar un litigio entre el gobierno mexicano en turno en el que sería aplastado por la omnipotente ExxonMobil en los mismos tribunales mexicanos (sic), no se diga en los sesgados tribunales de Estados Unidos (EU) y los internacionales: el brazo armado petrolero del megapoder bancario y político estadunidense. Al parecer, el gobierno mexicano Peña/Videgaray no tiene la menor idea del enemigo con el que se acuesta y le recomendamos la lectura del perturbador libro (aunque no lean; lo pueden hacer sus asesores) El imperio privado de ExxonMobil y el poder estadunidense, de Steve Coll (Penguin Books, 2012), galardonado con el Premio Pulitzer.
Chevron (233 mil millones de dólares en ingresos; undécima en el ranking de las 500): su historial es sencillamente macabro y destila un espeso olor a azufre en todas sus tratativas que incluyen a la propia ciudadanía de EU –desde su evasión de impuestos pasando por la destrucción del bosque natural en Bangladesh hasta el daño ambiental en Ecuador. En 1950, su antecesora Standard Oil fue condenada por conspiración (¡supersic!) criminal con General Motors y la llantera Firestone. En un proyecto en Indonesia, mediante un esquema complejo de manejo de precio del petróleo, evadió 3 mil 205 millones de dólares en impuestos estatales y federales durante 30 años (¡supersic!). No me quiero imaginar la cantada evasión fiscal en detrimento de los ingresos petroleros del gobierno mexicano de Peña/Videgaray. ¿Será el “México neoliberal itamita” la nueva indonesia fiscal de Chevron? El legado de depredación ambiental de Chevron no ha dejado rincón alguno en paz en todo el planeta: Angola, Brasil, Nigeria, Ecuador, Bangladesh, Polonia, Rumania y hasta el propio EU. ¡Superuf!
Luis Videgaray, secretario de Hacienda, el 26 de noviembre pasadoFoto Cristina Rodríguez
En fechas recientes, la devastación ambiental de Chevron desembocó en un agrio debate entre el presidente Rafael Correa, de Ecuador, y The Economist (http://www.economist.com/news/americas/21587825-rafael-correa-lambasts-us-and-empire-capital-volcano-erupts ), que con The Financial Times pertenece al Grupo Pearson controlado por Black Rock (Bajo la Lupa; 11/12/13), el mayor accionista de Chevron. Los tribunales de Ecuador multaron a Chevron por 19 mil millones de dólares que rehúsa pagar ya que cuenta con la protección judicial de los tribunales internacionales, como la polémica Corte de Arbitraje (sic) Permanente de La Haya, donde ningún país subdesarrollado puede ganar un juicio.
No quiero imaginar tampoco un litigio de “México neoliberal itamita” en las cortes internacionales de arbitraje, donde seguramente será perdedor. Chevron está íntimamente ligado al Instituto México (http://es.scribd.com/doc/179992461/WWC-Mexico-Institute-Advisory-Board ) del Wilson Center y a Condy Rice (http://es.scribd.com/doc/190772672/CRice1), ex asesora de Seguridad Nacional de Baby Bush.
En forma pérfida, Chevron invirtió en Irán (sic) pese a las sanciones de la ONU, según el cable de Wikileaks de la embajada de EU Bagdad 000791, lo cual refrenda mi hipótesis de que muchas de las sanciones de EU están diseñadas para que sus competidores geoeconómicos las obedezcan mientras tras bambalinas se despacha con la cuchara grande.
Shell (481 mil millones de dólares en ingresos; primera en el ranking de las 500): sus desastres no varían mucho de sus tres sosias/socias anglosajonas al no respetar ni su circundante Mar del Norte.
Como Repsol, Shell es conocida por su malabarismo contable al haber inflado sus reservas de crudo, lo cual le costó una multa de 400 millones de dólares. Su derrama contaminante en el delta del río Níger ha causado vigorosas protestas de los ciudadanos y ha sido responsabilizada por la mayor derrama en aguas frescas en el mundo, en Magdalena, Argentina.
Shell fue reconvenida severamente por el Ministerio de Salud de Gran Bretaña por la falta de mantenimiento (¡supersic!) de sus plataformas en el mar del Norte. Mucho peor: ha sido acusada de violaciones a los derechos humanos en Nigeria con actos criminales como ejecuciones sumarias, tortura y detenciones arbitrarias. ¡Superuf!
BP (388 mil millones de dólares en ingresos; sexta en el ranking de las 500): baste recordar que es el causante con Schlumberger y Halliburton de la máxima contaminación ambiental que durará muchos años en desaparecer y cuyos efectos apenas empiezan a emerger.
El principal accionista de las cuatro megapetroleras globales es Black Rock (Bajo la Lupa, 11/12/13) que posee 9 por ciento de las acciones de Televisa. La contaminación financierista y desinformativa de Black Rock es otro asunto mayor por invisible.
Se trata de la enésima intervención a México, esta vez financierista/desinformativa con daño ambiental (ver Museo Nacional de las intervenciones ( http://www.inah.gob.mx/index.php/especiales/221-museo-nacional-de-las-intervenciones- ). Once again!
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