RODRIGO VERA
2013-06-22 16:39:38 · COMENTARIOS DESACTIVADOS
RELIGIÓN
Las modificaciones al artículo 24 constitucional implican un retroceso histórico de 150 años, pues dan al traste con la vocación laica del Estado mexicano. Para el especialista Elio Masferrer Kan, esa acción representa la puntilla al juarismo y constituye un verdadero riesgo, sobre todo en lo relativo a la libertad religiosa, pues una de sus derivaciones –la libertad de conciencia– podría convertirse en un arma política que la jerarquía católica podría utilizar en su beneficio.
El presidente Enrique Peña Nieto prepara una magna ceremonia para promulgar la controvertida reforma al artículo 24 constitucional que le abrirá el ámbito público a la jerarquía católica, cambio que ya cumplió con todos los requisitos para ponerse en marcha: fue aprobada por la Cámara de Diputados, el Senado y –apenas en abril pasado– por la mayoría de los congresos estatales.
Esta modificación fue una promesa que, desde su campaña por la Presidencia, hizo Peña Nieto a la Iglesia católica, que con este cambio constitucional podrá impartir instrucción religiosa en las escuelas públicas, acceder a cargos de elección popular y poseer medios de comunicación masiva, entre otros derechos que anteriormente se le negaban.
Pero antes de que Peña Nieto promulgue la reforma, en estos momentos se prepara a la opinión pública con manifestaciones religiosas que algunos gobernadores y presidentes municipales realizan durante sus actos públicos, como ensayo de lo que serán las nuevas relaciones entre la Iglesia y el Estado mexicano.
Por lo pronto, los gobernadores de Chihuahua y Veracruz, César Duarte Jáquez y Javier Duarte de Ochoa, respectivamente, ya “consagraron” sus respectivas entidades al Sagrado Corazón de Jesús. Mientras que la alcaldesa de Monterrey, Margarita Alicia Arellanes, entregó las llaves de la ciudad a Jesucristo. Lo mismo hicieron los alcaldes de Ensenada, Baja California; Guadalupe, Nuevo León, y Ciudad Benito Juárez, Nuevo León.
El investigador Elio Masferrer Kan, quien la semana pasada presentó el libro Estado laico y contrarreforma al 24 constitucional, comenta al respecto:
“Esta reforma al artículo 24 ya reconoce la llamada ‘libertad religiosa’ que tanto venía pidiendo la jerarquía católica. Ahora sí tendrá apoyo constitucional para decir: ‘Tengo libertad para dar instrucción religiosa en las escuelas públicas, tengo libertad para tener medios de comunicación y para hacer esto y aquello’, pues la reforma le abre a la Iglesia posibilidades para todo… ¡para todo!”
–¿De ese grado es la importancia de la reforma? –se le pregunta.
–Sí, pues con ella se podrán eliminar las restricciones impuestas a la Iglesia a partir del siglo XIX. Entierra lo que queda del juarismo y clausura 150 años de historia. Es realmente una gran contrarreforma porque significa un retroceso histórico. De ese tamaño es el cambio.
Junto con la educativa y la de telecomunicaciones, Masferrer asegura que la del 24 es “la tercera reforma significativa que hasta el momento ha realizado el actual gobierno”.
Señala que ese cambió constitucional ya está totalmente aprobado. Sólo falta el trámite formal de su promulgación por Peña Nieto y su publicación en el Diario Oficial de la Federación.
Y agrega: “Peña Nieto ya está preparando una fastuosa ceremonia para promulgar formalmente su contrarreforma. Al evento serán invitados purpurados y obispos católicos, lo mismo que líderes de otras Iglesias. Asistirá la crema y nata del mundo religioso. La intención es que los funerales del juarismo acaparen todos los reflectores posibles”.
–¿Cuándo se realizará ese evento?
–Tan pronto se termine de preparar a la opinión pública para que se acostumbre a la contrarreforma de Peña Nieto, tarea que ya se está realizando en este momento, para que el día de mañana nadie se sorprenda de ver a un obispo como candidato presidencial o a los curas impartiendo catecismo en las escuelas públicas.
“Algunos gobernadores y presidentes municipales, del PRI y del PAN, ya empezaron por lo pronto a mandar mensajes religiosos en eventos públicos. Sus discursos no son espontáneos, pues responden a un ‘machote’ que se les dio para que lo repitieran. Por ejemplo, los gobernadores priistas de Chihuahua y Veracruz consagran sus entidades al Sagrado Corazón de Jesús. Se les entregó el mismo discurso que a principios de los años veinte ya manejaba el Partido Católico Nacional durante las concentraciones religiosas en el Cerro del Cubilete, cuando también se pedía la protección del Sagrado Corazón de Jesús.
“Los alcaldes están entregando a Jesucristo las llaves de sus respetivos municipios en eventos públicos de corte cristiano y evangélico, para darle al asunto un barniz de diversidad religiosa y que no se enfatice tanto a la Iglesia católica. Pero todos ellos le entregan las llaves de su ciudad a Jesucristo; ese es el punto en común que no es producto de una coincidencia, sino de una estrategia mediática muy bien montada para preparar a la opinión pública.”
Semblanteo
El pasado 20 de abril, el gobernador de Chihuahua, César Duarte, participó en una ceremonia convocada por la arquidiócesis de Chihuahua, a la que asistieron 10 mil personas. En ese acto, el gobernador consagró su estado al Sagrado Corazón de Jesús y pidió perdón por los actos de violencia en la entidad.
El gobernador de Veracruz, Javier Duarte, ya había asistido un año antes –en abril de 2012– a la ceremonia de consagración de su estado al Sagrado Corazón de Jesús. Para entonces ya había contra él una denuncia interpuesta por la Iglesia Evangélica de Veracruz debido a que participó en una peregrinación en honor de la Virgen de Guadalupe.
Y respecto a los actos de fe de los presidentes municipales, el que causó más revuelo fue el de la alcaldesa de Monterrey, Margarita Alicia Arellanes, quien el sábado 8 entregó a Jesucristo las llaves de la ciudad en una ceremonia multitudinaria realizada por una alianza de pastores evangélicos.
El alcalde de Guadalupe, Nuevo León, César Garza Villarreal, también hizo lo mismo el pasado 9 de diciembre. Además le entregó una placa que reza: “Dios ha estado visitando nuestra ciudad de una manera palpable, produciendo una transformación que está cambiando el ambiente de nuestra comunidad. Es por eso que hoy determino entregar la ciudad de Guadalupe, Nuevo León, a Nuestro Señor Jesucristo, para que su reino de paz y bendición sea establecido. Abro las puertas de este municipio a Dios como la máxima autoridad para que haga de esta ciudad su habitación permanente”.
No se quedó atrás el alcalde panista de Ciudad Benito Juárez, Nuevo León, Rodolfo Ambriz Oviedo, quien en una ceremonia celebrada en el auditorio municipal, el pasado 7 de enero, entregó a Jesucristo las llaves de la ciudad. Dijo: “Ante la sociedad de esta ciudad hago entrega de las llaves de la ciudad a Jesucristo, rey de reyes y señor de señores”.
Por su parte, el alcalde de Ensenada, Enrique Pelayo Torres, también entregó a Cristo las llaves de la ciudad en un acto religioso celebrado en agosto de 2012, en el que dijo: “Ensenada está viviendo un romance con Dios, y claro que le doy las llaves de la ciudad a Jesucristo”.
El nuncio
Detrás de todas estas declaraciones encaminadas a apuntalar la reforma al 24 constitucional, señala Masferrer, se encuentran no sólo el gobierno de Peña Nieto y la jerarquía católica, sino también poderosos grupos empresariales ligados a la ultraderecha católica.
Explica: “Hay grandes empresarios tanto a nivel federal como regional que siempre han presionado a gobernadores, alcaldes y legisladores para que impulsen los cambios en materia de libertad religiosa que quiere la Iglesia, pero también las legislaciones que prohíben el aborto o los matrimonios entre personas del mismo sexo.
“El poder de presión de estos empresarios radica en que condicionan sus inversiones. Y como los gobernadores y alcaldes tienen compromisos de generar empleos y activar la economía, terminan por ceder a las presiones de esas poderosas familias empresariales de ultraderecha, algunas de las cuales figuran en las listas de Forbes.”
La reforma al 24 es vista desde distintos ángulos en el libro Estado laico y contrarreforma al 24 constitucional, como su repercusión en las relaciones Estado-Iglesia, en el Estado laico e incluso su “impacto sociocultural”. El libro está integrado por varios ensayos de distintos especialistas en el tema, entre ellos Masferrer, que es el compilador.
El especialista plantea que uno de los principales impulsores de esta reforma es el actual nuncio apostólico en México, Christophe Pierre. De él comenta:
“Es el continuador de la obra que le heredó el nuncio Jerónimo Prigione, quien durante el salinismo logró el reconocimiento jurídico a la Iglesia y la reanudación de las relaciones diplomáticas entre México y la santa sede. Ahora Pierre da un paso más; quiere pasar a la historia como el diplomático del Vaticano que instauró en México la libertad religiosa que quiere la Iglesia.
“El italiano Prigione dio los primeros golpes contra la tradición juarista. El francés Pierre intenta sepultarla definitivamente, y lo está logrando justamente a través de esta reforma al 24 constitucional que desde hace tiempo tiene el apoyo de Peña Nieto.”
La alianza del clero con Peña Nieto se remonta a diciembre de 2009, cuando el político mexiquense era un fuerte aspirante presidencial y viajó al Vaticano a entrevistarse personalmente con el Papa Benedicto XVI, acompañado por un grupo de obispos mexicanos entre los que estaba el entonces presidente del episcopado mexicano, Carlos Aguiar Retes. Desde entonces acordaron impulsar la reforma.
Regalo al Papa
El 18 de marzo de 2010, por instrucciones del clero y de Peña Nieto, el entonces diputado federal priista Ricardo López Pescador presentó la iniciativa de reforma al 24 ante el pleno de la Cámara de Diputados. Y aunque su propuesta original sufrió algunas modificaciones, el 15 de diciembre de 2011 la reforma fue aprobada por esa cámara.
Tres meses después, del 23 al 26 de marzo de 2012, el Papa Benedicto XVI estuvo en Guanajuato. El portavoz papal, Federico Lombardi, dijo en una conferencia de prensa realizada durante la visita que el tema de la “libertad religiosa” se estaba discutiendo entre las comitivas de los dos jefes de Estado: la del pontífice y la de Felipe Calderón.
Y dos días después de haber concluido la visita del Papa, el 28 de marzo, la Cámara de Senadores aprobó la reforma, gracias a la votación de los legisladores del PRI y del PAN. Este aval se interpretó como el “regalo” de los legisladores al pontífice.
Del Senado, la reforma se envió a los congresos estatales para su aprobación. Y finalmente, apenas el pasado 23 de abril, la reforma obtuvo la mayoría de votos estatales al ser aprobada por el Congreso de Jalisco, que fue el congreso número 17 que la avaló.
Dice textualmente la controvertida reforma:
“Todo individuo tiene derecho a la libertad de convicciones éticas, de conciencia y de religión, y a tener o adoptar, en su caso, la de su agrado. Esta libertad incluye el derecho a practicar, individual o colectivamente, tanto en público como en privado, las ceremonias, devociones o actos de culto público respectivo, siempre que no constituyan un delito o falta penados por la ley. Nadie podrá utilizar los actos públicos de expresión de esta libertad con fines políticos, de proselitismo o de propaganda política.”
El Papa Francisco, al igual que su antecesor, está muy interesado en la reforma, por lo que ya tocó el tema con el nuevo embajador de México ante la santa sede, Mariano Palacios Alcocer, quien por cierto fue el operador jurídico de Carlos Salinas de Gortari cuando se dieron los cambios legislativos para reanudar las relaciones diplomáticas con la santa sede.
El nuevo pontífice y Palacios Alcocer se reunieron el lunes 10, cuando éste fue a entregarle sus cartas credenciales como embajador. En declaraciones a la agencia Zenit, el diplomático dijo que en la reunión hablaron “sobre la reciente reforma constitucional que amplía el horizonte del ejercicio de las libertades, específicamente de la libertad religiosa”.
Poco antes de partir al Vaticano para reunirse con el Papa, Palacios Alcocer concedió una amplia entrevista a este semanario en la que también habló sobre la reforma al 24. Indicó que sus principales aportaciones son reconocer específicamente la “libertad religiosa”, la “libertad de conciencia” y la “libertad de convicciones éticas”.
Agregó que debe especificarse en qué hechos concretos se traduce la “libertad religiosa”, por lo que se hace necesaria una ley secundaria al 24 que los especifique: “Tendría que haber una ley secundaria, en la cual debería detallarse en qué consiste esa libertad religiosa, cómo se va a ejercitar y cómo se va a aterrizar en los hechos concretos” (Proceso 1905).
Por su parte, Masferrer también considera que el paso siguiente a la reforma del 24 es justamente que el Legislativo elabore su ley secundaria, para que se especifiquen todos estos puntos. Y se detiene concretamente en el de la “libertad de conciencia”, al que considera como un arma política que puede utilizar la Iglesia en su provecho.
Y puntualiza: “Debe aclararse en qué consiste esa libertad de conciencia, y si va a incluir a la objeción de conciencia. De ser así, muchos creyentes podrán negarse a cumplir ciertas normas gubernamentales debido a que su conciencia se los impide. Alentados por el clero, podrían incluso llegar a la desobediencia civil, como ya se han dado casos en la historia… En fin, esta contrarreforma de Peña Nieto nos plantea escenarios muy inquietantes”
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