Los líos del PAN son la misma gata priísta y perredista revolcada por pleitos personales
Pedro Echeverría V.
1. Los dirigentes y funcionarios del PAN -encabezados por el ex presidente de la República, Felipe Calderón y el presidente del partido, Gustavo Madero, desde la candidatura presidencial de Josefina Vázquez- están muy divididos y confrontados, sobre todo en estos días en que: a) por un lado están los seguidores del dirigente Gustavo Madero, que se ha adherido al llamado Pacto por México junto al PRI, el PRD y otros firmantes y, b) por el otro lado, están los seguidores de Calderón, que ha recibido críticas de por lo menos la mitad de su partido por cometer muchos errores en su gobierno. Algunos panistas seguidores del Pacto han acusado a sus correligionarios de partido de radicales, al estilo López Obrador, de no querer el Pacto; los calderonistas acusan a Madero de ser un satélite del PRI y Peña.
2. ¡Qué chistosos y cínicos se ven los miembros de los partidos peleándose por cargos, dinero y poder. Son tan cínicos los unos y los otros –firmantes del pasto o no- que a menos de seis meses de dejar el PAN un desastroso y casi desplomado gobierno: con más miseria, más desempleo, 100 mil muertos, etcétera, todavía sigan hablando de democracia, justicia, honestidad, y –más aún- que estén pensando que van a regresar al gobierno el próximo sexenio. En vez de que inclinen la cabeza de vergüenza, que pidan perdón por las muertes y el aumento de los miserables, o que organicen foros de análisis para saber lo que sucedió en los 12 años de pésimos gobiernos, se llenan la boca de suciedad diciendo que el gobierno d Calderón estuvo bien, que fue democrático, que debe ser respetado y no debe ser criticado: piden “borrón y cuenta nueva”.
3. Hace mucho que los ex presidentes Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón, deberían estar en la cárcel con mil y un acusaciones contra sus respectivos gobiernos: robos, desfalcos, propiedades, asesinatos; sin embargo, para demostrar que al pueblo de México le vale un cacahuate que lo sigan oprimiendo y manteniéndolo en la miseria, esos personajes siguen interviniendo de manera abierta en política nacional. Los tres primeros ya se han acomodado en el gobierno peñanietista y Calderón busca hacerlo en los próximos meses. Así que estos pleitos personales panistas son sólo pequeños ajustes para conseguir mejor espacios de poder. Quienes hoy creen que puede haber una verdadera confrontación al interior del PAN o de la clase política pecan de ignorancia y de mucha ingenuidad. ¿Creen acaso que Calderón se va a enfrentar a Peña?
4. La misma situación se vive en el PRD: Los “chuchos”, que desde que se fundó el PRD en 1989 comienzan a batallar porque este sea un partido amplio, electoral, socialdemócrata, hace 10 años –con el apoyo del los gobiernos panistas y del PRI- lo logran derrotando internamente a sus competidores, particularmente a los lópezobradoristas. Desde que López Obrador fue orillado a renunciar, los “chuchos” alcanzaron su libertad plena y ahora están colgados al gobierno de Peña Nieto para que éste –con cargos, subsidios y demás apoyos- los ayude a consolidarse. Así que el PRI –como lo ha hecho muchas veces en la historia, particularmente en los años 50, 60 y 70- volverá a aglutinar a su alrededor a todo el oportunismo. Si no se registran levantamientos importantes que ahora no prevemos, habrá PRI para las próximas décadas.
5. En estas batallas internas del PAN –que no son otra cosa que jaloneos y patadas bajo la mesa- jamás se hacen análisis económicos o políticos; nunca se habla de la situación miserable del pueblo, de los desplomes de los servicios de salud, educación o vivienda ni, mucho menos, se hacen propuestas para remediar la situación. Todo gira en acusaciones personales que permitan eliminar a los competidores políticos para sustituirlos con amigos de grupos. Es decir, no son diferencias ideológicas ni de concepciones sobre la situación del país, sino pleitos personales por el gobierno, por el poder. Y este no es solamente un problema de la ultraderecha panista empresarial, sino también del PRI, del PRD y otros derechistas y socialdemócratas que sólo se dedican a pensar en cargos de gobierno y en los altísimos e insultantes salarios que reciben.
6. Además es muy difícil, mejor imposible, construir en México un partido independiente, mucho menos si es de masas y electoral. Pueden muchos ser militantes políticos o grupos pequeños independientes como los que vivieron en México antes de la década de los ochenta, pero partidos de más de 1000 militantes, enséñenme alguno en la historia que desafortunadamente no haya dependido de apoyos políticos y económicos. ¿A qué Estado jurídico-político puede escapársele una fuerza social que empieza a competir seriamente con su poder? El PAN fue un partido subsidiado por el Estado y los empresarios desde que nació en 1939; lo mismo se puede decir del PRI como partido de Estado y de otros partidos que en México no pudieron nacer sin ser apadrinado por los presidentes en turno. Así que hablar de que una fracción del PAN es satélite del PRI, es sólo reconocer que todo es más de lo mismo. (20/V/13)
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