Reuters – Hace 4 horas
Reuters - Pedidos encontrados en los escombros de una fábrica textil de Dacca en la que murieron más de 1.100 trabajadores muestran por qué a las distribuidoras europeas les sale rentable comprar en Bangladesh: …más
MADRID (Reuters) - Pedidos encontrados en los escombros de una fábrica textil de Dacca en la que murieron más de 1.100 trabajadores muestran por qué a las distribuidoras europeas les sale rentable comprar en Bangladesh: la ropa se fabrica a un coste que supone una décima parte del precio en las tiendas de Occidente.
El edificio Rana Plaza, que se desplomó hace tres semanas, servía de proveedor de grandes marcas internacionales; documentos rescatados de las ruinas por activistas de derechos laborales a los que ha tenido acceso Reuters ponen de relieve el coste de vender camisetas a consumidores que buscan minimizar el gasto.
En un caso, polos de una marca vendida en Londres por 46 libras esterlinas se ofrecían en el Rana Plaza por solo 4,45 libras, una transformación típica en una industria en la que los fabricantes asiáticos y los distribuidores en Europa y Norteamérica están enzarzados en una guerra para llevar las últimas tendencias de manera cada vez más rápida y barata a sus establecimientos.
En las instalaciones, donde se rescataron cientos de cadáveres de trabajadores, se encontraron pedidos de la cadena española Mango a Phantom Tac, un proveedor con sede en el Rana Plaza, cuyos propietarios están acusados de sacrificar la seguridad por el beneficio.
No es ningún secreto que las etiquetas de los precios de venta al público, ya sea una camisa de 5 dólares o un traje de 5.000 dólares, reflejan costes de fabricación que son una fracción de lo que paga el cliente final. Pero el ajuste en el precio que muestran los documentos del Rana Plaza - de entre 5 y 10 veces entre la salida de la fábrica y el escaparate- ofrecen un conocimiento preciso de la relación entre los dos extremos de la cadena mundial de suministro textil.
Una hoja de pedido, de la cual Reuters tuvo acceso a una copia, tenía membrete de Mango y fecha del 23 de enero de este año. Especifica que se trata de un pedido de 12.085 polos de hombre para la temporada otoño/invierno en cinco colores -negros, blancos, azules, burdeos y amarillos- en seis tallas desde XS hasta XXL y 100 por cien algodón, con un peso de 220 gramos por metro cuadrado. El precio para Mango es $4,45 cada uno. La cadena ofrece en la actualidad unas camisas similares en España por 26-30 euros ($34-39) y 26 a 30 libras ($40-46) en sus tiendas en Reino Unido.
Un empleado textil de Bangladesh, cuyo salario es menos de la mitad de lo que perciben sus homólogos en China, el mayor exportador de prendas de vestir del mundo, tendría que gastar el salario de dos o tres semanas para comprar un polo de Mango en Madrid.
Un español con el salario mínimo podría adquirir el mismo polo con el trabajo de un día.
"BUEN PRODUCTO - PRECIOS COMPETITIVOS"
Otros costes - envíos, salarios y alquileres, publicidad etc. - son responsables de la subida del precio por parte de los minoristas en un negocio de competencia feroz en el que los consumidores exigen los precios más bajos posibles.
Los beneficios operativos del 15-20 por ciento son comunes, pero muchas empresas insisten que también intentan asegurarse de que los proveedores no abusen de los empleados, como se ha visto esta semana con la iniciativa en Bangladesh para firmar un nuevo código de prácticas que mejore la seguridad.
Mango, que tiene más de 2.600 puntos de venta en 107 países, dijo que no había completado el pedido encontrado entre los escombros. La empresa, con sede en Barcelona, indicó que sólo hubiera seguido adelante con el pedido si una muestra hubiera cumplido la calidad requerida y si Phantom Tac hubiera aprobado los controles de Mango sobre prácticas y seguridad laboral.
"Los documentos encontrados hacían referencia a un pedido que no estaba en firme y que no hubiéramos confirmado hasta haber acabado la auditoría social con resultado positivo", dijo una portavoz.
Otro conjunto de documentos hallados entre los polvorientos restos del edificio muestran un pedido, con dibujos de patrones, para camisas a cuadros y de manga larga para la marca danesa Jack's, propiedad del minorista PWT Group. El coste por unidad era de $5,08 y las etiquetas que iban a colocarse en cada camisa marcaban un precio de 24,90 euros ($32,66).
"Un buen producto a precio competitivo", dice el lema de los artículos de hombre de Jack's, que se venden en Escandinavia, Rusia, Reino Unido e Irlanda. Sus propietarios dijeron que están consternados por las víctimas mortales.
"Estamos muy conmovidos por esto y lo sentimos mucho por los familiares de los heridos y de las víctimas", expresó el director de marketing de PWT, Brian Borsting, quien agregó que la empresa tiene previsto ofrecer ayuda económica.
Según datos del Banco Mundial, Bangladesh pagó en 2010 los peores salarios a los empleados de las fábricas. Algunos empresarios dijeron a Reuters que el salario medio era de $64 al mes. El salario mínimo para empleados no cualificados de la industria textil es de 3.000 taka, unos $38. Esa cantidad se duplicó en 2010 después de unas violentas protestas, pero la mayoría de los trabajadores están por encima del mínimo, lo que limitó el efecto de esa subida.
El gobierno ha vuelto a responder a la presión después del desastre del Rana Plaza y ha reclamado nuevas normas en materia de salarios y ha hecho un llamamiento a los empresarios para que haya aumentos salariales. Pero las prendas de vestir representan el 80 por ciento de las exportaciones, por lo que las empresas tienen poderosos argumentos políticos en contra de la erosión de la competitividad.
La agencia estadounidense de ayuda USAID dijo en 2009 que un material por valor de $4,60 para unos pantalones chinos salen de una fábrica de Bangladesh por $5,37, 92 centavos menos que la competencia china. Casi toda la ventaja bangladeshi en prendas que tardan 40 minutos en producirse proviene de los costes laborales de 32 centavos la hora, frente a $1,44 en China.
VISIONES CRÍTICAS
Mango, con unas ventas el año pasado de 1.690 millones, no revela sus márgenes. Entre los competidores cotizados, Inditex, el principal minorista de prendas de vestir y propietario de Zara y Massimo Dutti, registró recientemente un margen bruto del 58 por ciento, según datos de Thomson Reuters. La sueca H&M Hennes and Mauritz tuvo un margen del 55 por ciento.
Después de tener en cuenta otros costes e impuestos, estas dos empresas tuvieron márgenes del 16 por ciento y del 9 por ciento respectivamente.
Los activistas argumentan que las cadenas globales deben hacer más para compartir sus beneficios con las personas que fabrican sus productos.
"Más que unos precios bajos para los clientes y la seguridad de los trabajadores, los minoristas se han centrado en conseguir altos márgenes", expresó Rubén Sánchez, portavoz de FACUA.
"Tienen margen para destinar más a las condiciones de los trabajadores".
Los minoristas de la moda han sido criticados en las redes sociales. La página de Facebook de Benetton contiene una serie de comentarios sobre las condiciones de trabajo en Bangladesh que provocaron la siguiente respuesta de la empresa italiana: "Tenemos intención de poner de nuestra parte y por eso estamos creando un fondo para las víctimas".
El minorista británico de descuento Primark, propiedad de Associated British Foods Plc y la canadiense Loblaw Cos Ltd también ofrecieron compensación a los familiares de las víctimas de Rana Plaza.
El derrumbamiento de la fábrica fue uno de cuatro incidentes mortales en seis meses en Bangladesh y los minoristas y las autoridades de la Unión Europea y EEUU empiezan a estudiar unas normas más rigurosas.
/Por Sarah Morris/
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