Redacción
BBC Mundo
El precio de cada Dreamliner 787 supera los US$200 millones.
El 787 Dreamliner de Boeing fue el primer avión comercial fabricado con fibra de carbono y estaba destinado a revolucionar la industria de la aviación. Apenas 15 meses después de la entrega del primer aparato a una compañía japonesa, el avión estrella del gigante aeronáutico estadounidense no acaba de despegar.
Este viernes se supo que el Departamento de Transporte de Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés) ordenó una inspección del Dreamliner 787, después de una serie de problemas registrados por diferentes aerolíneas.
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La revisión se centrará en el diseño y producción de los componentes de la aeronave, que actualmente utilizan ocho compañías que cuentan con cerca de 50 de estos aviones.
Según recuerda el periodista de la BBC Jorn Madslien, la inspección de la FAA se suma al historial de contratiempos y tropiezos que este avión ha sufrido desde su lanzamiento.
Aunque su primer vuelo de prueba se completó en diciembre de 2009, no fue hasta agosto de 2011 -con tres años de retraso- que la primera aeronave fue entregada a la compañía All Nippon Airways (ANA).
La demora se debió en parte a los desacuerdos de Boeing con sus proveedores y trabajadores, aunque también hubo múltiples complicaciones relacionadas con la tecnología del aparato.
Problemas técnicos
Un Dreamliner de la compañía Japan Airlines sufrió un incendio en el aeropuerto de Boston.
Según señala Madslien, los últimos incidentes parecen indicar que muchos de esos problemas técnicos no fueron resueltos, lo que ha hecho que algunos de los clientes de Boeing se pregunten si los aviones son suficientemente fiables o incluso si son seguros.
Boeing insiste en que los problemas registrados recientemente están relacionados con la corta edad del avión, aunque, según Jorn Madslien, estos incidentes no dejarán intacta la reputación del gigante aeronáutico.
La intervención del gobierno estadounidense se produce después de que este viernes en un avión 787 operado por la japonesa ANA apareciera una grieta en la ventanilla de la cabina de los pilotos y otro registrara un escape de aceite en uno de los motores. Ambos aviones completaron sus vuelos sin más problemas.
Además, el miércoles, ANA canceló un vuelo doméstico de otro Boeing 787 a causa de "problemas con los frenos" de la aeronave.
Mientras, el martes Japan Airlines canceló un vuelo de Boston a Tokio tras una fuga de 150 litros de combustible y el lunes una batería de litio de otro 787 de la misma compañía que se encontraba parado en el aeropuerto de Boston (EE.UU.) se incendió.
A esto hay que sumar los problemas eléctricos registrados el pasado año en sendos aviones 787 de las aerolíneas Qatar Airways y United Airlines.
Pese a que el precio de cada Dreamliner 787 supera los US$200 millones y que Boeing ya ha acordado la venta de 848 unidades, algunos se preguntan si los problemas sufridos por el aparato dificultarán que la compañía estadounidense recupere los miles de millones de dólares que invirtió en el diseño de su avión estrella.
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