Leonardo Valdés Zurita, político mexicano, Presidente del Instituto Federal Electoral. (Photo credit: Wikipedia) |
gallut ife y televisoras (Photo credit: trianero2) |
Por Fabián Cuellar
En un simulacro de legalidad y democracia, IFE aplica a PRI y PVEM una multa simbólica por uso de espectaculares
En México, incluso antes de la elección presidencial del 2012, se especulaba sobre los gastos excesivos en la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto. Seis meses después, el Instituto Federal Electoral (IFE) por fin aceptó que el Partido Revolucionario Institucional (PRI), en su coalición con el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), excedió el tope de gastos estipulado. El IFE planea una multa ridícula por la renta de espacios publicitarios no reportados.
Las irregularidades se contaron por montones: tarjetas prepagadas para comprar el voto, espacios privilegiados en radio y televisión, regalo de despensas, alteración en boletas y demás material electoral. A todo ello se sumó el gasto en espacios publicitarios como vallas y espectaculares que representan el único caso sancionado por el instituto presuntamente encargado de vigilar la legalidad de las elecciones a nivel federal.
En un comunicado, la ONG “Todos contamos” señala que, para la sanción que aplicará el IFE al PRI y al PVEM, el órgano electoral se basó en los costos de construcción de los espacios espectaculares, y no en los precios de renta de dichos espacios ni en el periodo durante el cual fueron ocupados por la coalición. Por ello, el IFE planea multar a ambos partidos con la risible suma de $5,742 pesos por espectacular.
Los datos de “Todos contamos” confirman que al equipo de campaña de Peña Nieto le costó más caro pintar una barda ($83.13 pesos el metro cuadrado) que rentar uno de los mencionados espacios publicitarios ($65.80 pesos por metro cuadrado). Si la sanción estuviera basada en un criterio justo, la multa sería entre 10 y 20 veces más alta que la aplicada.
El problema no sólo radica en la aplicación laxa de la justicia en favor de un partido. En México, quien gana las elecciones de manera ilegítima no pone en riesgo, nunca, su victoria. La ley sólo contempla la aplicación de sanciones económicas que, para un partido que recién gana las elecciones, no representan un gasto sino una inversión. El precio a pagar no es nada si, mediante acciones ilegales, se puede comprar un puesto político lleno de ventajas como la presidencia nacional.
Al respecto, en entrevista con REVOLUCIÓN TRESPUNTOCERO, el diputado Ricardo Monreal (del partido Movimiento Ciudadano) mencionó: “(La resolución) es una vergüenza. Lo que hoy debería hacer el IFE es crear una comisión de subastas. (…) Ya no debería organizar elecciones, debería dedicarse a subastar las posiciones políticas y eliminar las elecciones”.
El IFE, según Monreal, se convirtió en un simulador de democracia. Y no está lejos de la realidad. Después de dos sexenios donde las decisiones del Instituto Federal Electoral han surgido de la opacidad y la controversia, es claro que la democracia se convirtió en un artículo que el partido político con más dinero y menos escrúpulos puede comprar.
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