Gráfico Carlos López La Razón
A finales del siglo XIX México experimentó la primera migración económica contemporánea de españoles a nuestro país, casi un siglo después la historia se repite, pero las características de los nuevos gachupines (como los llama el diario El País) añaden las cualidades académicas de los refugiados en el continente americano a causa de la Guerra Civil Española.
El Instituto Nacional de Migración informó que en el primer semestre de 2012 mil 31 españoles solicitaron el documento FM3, que es el requisito para poder trabajar en territorio azteca, y en un periodo de cuatro años el número se ha incrementado a 7 mil 630, aunque la cifra podría ser mayor ya que no existe un conteo de los que están como turistas y que se quedan a trabajar; lo representa las oportunidades laborales que se abren para los españoles en México, como sucedió en la primera oleada de emigrantes (de 1880 a 1930), de acuerdo con la historiadora del Colegio de México Clara E. Lida.
“Llegan como los viejos emigrantes de finales del siglo XIX, en busca de trabajo, en busca de fortuna y también pensando que esto será un paréntesis que les permita volver a España de nuevo”, comenta en entrevista con La Razón.
Entre 1880 y 1930, cerca de 30 mil españoles llegaron al país con la intención de mejorar su condición económica, a ese periodo de inmigración se le conoce como la primera oleada, la de los antiguos residentes. Estos migrantes económicos se insertaron sobre todo en el mundo de los negocios de los españoles del siglo XIX, y a su vez acabaron siendo también comerciantes, negociantes, gente que se dedicó más que nada al quehacer económico de México.
“España era un país pobre a comienzos del siglo XX, México a comienzos del siglo XX era un país en expansión. Los españoles que llegaron se beneficiaron de las oportunidades económicas que daba México, ellos no trajeron el capital, en México es donde se establecen y crean capital”, señala la historiadora.
Este grupo de europeos incursionó en el sistema bancario, de agricultura, minería y en uno de los medios de comunicación más importantes de la época, los ferrocarriles. Con los recursos suficientes reforzaron los negocios en que participaban, o emprendieron por su cuenta los propios y no tardaron en sumarse a nuevos mercados y empresas. El comercio fue uno de los más importantes de este sector, los tenderos con sus tiendas Ultramarinos dieron pie a empresas que despegaron con la economía mexicana. Aurrera, Bimbo, Soriana, Euzkadi, tiendas fundadas por los nuevos residentes.
El perfil de los migrantes españoles cambió para la segunda oleada, cuando llegan los republicanos traídos por el gobierno de Lázaro Cárdenas. En una década (de 1939 a 1950) arribaron 20 mil españoles a México.
“Ellos no venían en busca de beneficios económicos, sino que salían de España buscando seguridad física u oportunidades que les permitieran ante todo salvarse de la represión que existía en la península, llegó gente desde catedrática hasta obreros especializados”, señala la académica del Colmex.
Además, los que llegaron en la segunda oleada, o migrantes republicanos, arribaron por mediación de México que dispuso tres barcos para ese objetivo. Fueron niños, jóvenes y adultos provenientes del mundo urbano y que representaban un moderno microcosmos español.
“Los exiliados pasaron de una España que iniciando su modernización en la industria y los servicios años antes de la guerra, a un México que, después de la Revolución y del apuntalamiento del nuevo Estado, apenas apuntaba sus transformaciones materiales y culturales futuras”, comparte la especialista.
Los jóvenes de la tercera oleada paralelamente a la primera no encuentran trabajo o posibilidades de desarrollo en España. La gran diferencia es que esta nueva oleada tiene mayor capacitación, un nivel universitario, de modo que el perfil sociolaboral coincide con los refugiados políticos.
Los primeros españoles del siglo XX crecieron con la economía mexicana, los de la segunda oleada impulsaron el sector cultural y académico del país. En la tercera oleada resalta que no sólo los ciudadanos europeos llegan a México, también sus capitales. De acuerdo con la Secretaría de Economía, la Inversión Extranjera Directa proveniente de España en 2011 superó los 3 mil millones de dólares; México se convirtió en uno de sus destinos de inversión preferidos, pues de 1999 a 2012, se instalaron 4 mil 44 empresas.
Además, nuestro país se está gestando como economía emergente, que según Goldman Sachs es parte del bloque MIST (México, Indonesia, Corea del Sur y Turquía) como una de las naciones con mayor crecimiento en los próximos años, lo que hace de la nación azteca un refugio para los europeos en crisis.
La doctora Lida concluye su análisis con una interrogante, con esta nueva oleada ¿a quién se beneficia? “México en estos momentos tiene una capacitación técnica, académica, profesional perfectamente equiparable con la española, de modo que México no necesita estos nuevos inmigrantes, los recibe, pero no los necesita”, comparte.
El flujo migratorio
Primera oleada
Desde el siglo XX los españoles llegaron por cuestiones políticas o económicas
anabel.clemente@razon.mx
Como ocurrió hace 500 años, los españoles viajan al nuevo mundo para quedarse, pero no sólo las personas, sino también sus capitales. El agravamiento de la crisis en España ha llevado a sus empresarios a buscar nuevos horizontes, y uno de ellos es México.
Se trata de empresas españolas que ven en México la oportunidad de mantenerse en el mercado y seguir creciendo, pues reúne “condiciones óptimas, hay clientes de grandes marcas allí que ya nos encargan cosas, tenemos a buenos arquitectos mexicanos que ya trabajaron con nosotros, además de la proximidad por el tema de la lengua”, señala el socio y gerente de la empresa Grupidea, que en 2013 se asentará en el territorio azteca.
Datos de la Cámara Oficial Española de Comercio de México, revelan que en nuestro país están establecidas 315 firmas originarias del país europeo, entre las que destacan Aerocomidas, BBVA Bancomer, Grupo Santander, Diario El País, editoriales como Bilbao, Océano, Planeta, Santillana y Tusquets. También Eulen, Gas Natural de México, Herbalife, Hostería del Conde, Hotel Melia, Hotel NH, Hoteles Iberostar, Hoteles Ríu, Iberia Líneas Aéreas, Joma, Mapfre, Repsol Exploración, Seat, Telefónica, Terra Networks, Zara, Conc3ntra Agente de Seguros y Fianzas y, Eco México Sanidad Animal.
“En Hidalgo no hemos recibido aún empresas españolas; hasta ahora las fusiones que se están dando es con empresas asentadas en la ciudad de México”, señala el presidente del Consejo Coordinador Empresarial en Hidalgo (CCEH), Francisco Carreño Romero, quien asegura que en los últimos años la presencia de españoles en el país se ha incrementado y para el próximo año se concretarán más relaciones comerciales.
Con el Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea (TLCUE) en 2000, se elevó el intercambio. La balanza comercial de 2011 ascendió a 8 mil millones 661 mil 819 dólares, un superávit para México al exportar 4 mil millones 818 mil 626 dólares. Estos indicadores ponen a México como ideal para las empresas que huyen de la crisis.
“En los últimos meses hemos detectado una gran afluencia de empresas españolas interesadas por México, que desean realizar comercio exterior como invertir. Ha sido un país prioritario; en estos momentos más porque las empresas se han dado cuenta que deben salir al exterior”, señala Francisco Garzón, consejero de la Oficina Económica y Comercial de España en México.
El Instituto Nacional de Migración informó que en el primer semestre de 2012 mil 31 españoles solicitaron el documento FM3, que es el requisito para poder trabajar en territorio azteca, y en un periodo de cuatro años el número se ha incrementado a 7 mil 630, aunque la cifra podría ser mayor ya que no existe un conteo de los que están como turistas y que se quedan a trabajar; lo representa las oportunidades laborales que se abren para los españoles en México, como sucedió en la primera oleada de emigrantes (de 1880 a 1930), de acuerdo con la historiadora del Colegio de México Clara E. Lida.
“Llegan como los viejos emigrantes de finales del siglo XIX, en busca de trabajo, en busca de fortuna y también pensando que esto será un paréntesis que les permita volver a España de nuevo”, comenta en entrevista con La Razón.
Entre 1880 y 1930, cerca de 30 mil españoles llegaron al país con la intención de mejorar su condición económica, a ese periodo de inmigración se le conoce como la primera oleada, la de los antiguos residentes. Estos migrantes económicos se insertaron sobre todo en el mundo de los negocios de los españoles del siglo XIX, y a su vez acabaron siendo también comerciantes, negociantes, gente que se dedicó más que nada al quehacer económico de México.
“España era un país pobre a comienzos del siglo XX, México a comienzos del siglo XX era un país en expansión. Los españoles que llegaron se beneficiaron de las oportunidades económicas que daba México, ellos no trajeron el capital, en México es donde se establecen y crean capital”, señala la historiadora.
Este grupo de europeos incursionó en el sistema bancario, de agricultura, minería y en uno de los medios de comunicación más importantes de la época, los ferrocarriles. Con los recursos suficientes reforzaron los negocios en que participaban, o emprendieron por su cuenta los propios y no tardaron en sumarse a nuevos mercados y empresas. El comercio fue uno de los más importantes de este sector, los tenderos con sus tiendas Ultramarinos dieron pie a empresas que despegaron con la economía mexicana. Aurrera, Bimbo, Soriana, Euzkadi, tiendas fundadas por los nuevos residentes.
El perfil de los migrantes españoles cambió para la segunda oleada, cuando llegan los republicanos traídos por el gobierno de Lázaro Cárdenas. En una década (de 1939 a 1950) arribaron 20 mil españoles a México.
“Ellos no venían en busca de beneficios económicos, sino que salían de España buscando seguridad física u oportunidades que les permitieran ante todo salvarse de la represión que existía en la península, llegó gente desde catedrática hasta obreros especializados”, señala la académica del Colmex.
Además, los que llegaron en la segunda oleada, o migrantes republicanos, arribaron por mediación de México que dispuso tres barcos para ese objetivo. Fueron niños, jóvenes y adultos provenientes del mundo urbano y que representaban un moderno microcosmos español.
“Los exiliados pasaron de una España que iniciando su modernización en la industria y los servicios años antes de la guerra, a un México que, después de la Revolución y del apuntalamiento del nuevo Estado, apenas apuntaba sus transformaciones materiales y culturales futuras”, comparte la especialista.
Los jóvenes de la tercera oleada paralelamente a la primera no encuentran trabajo o posibilidades de desarrollo en España. La gran diferencia es que esta nueva oleada tiene mayor capacitación, un nivel universitario, de modo que el perfil sociolaboral coincide con los refugiados políticos.
Los primeros españoles del siglo XX crecieron con la economía mexicana, los de la segunda oleada impulsaron el sector cultural y académico del país. En la tercera oleada resalta que no sólo los ciudadanos europeos llegan a México, también sus capitales. De acuerdo con la Secretaría de Economía, la Inversión Extranjera Directa proveniente de España en 2011 superó los 3 mil millones de dólares; México se convirtió en uno de sus destinos de inversión preferidos, pues de 1999 a 2012, se instalaron 4 mil 44 empresas.
Además, nuestro país se está gestando como economía emergente, que según Goldman Sachs es parte del bloque MIST (México, Indonesia, Corea del Sur y Turquía) como una de las naciones con mayor crecimiento en los próximos años, lo que hace de la nación azteca un refugio para los europeos en crisis.
La doctora Lida concluye su análisis con una interrogante, con esta nueva oleada ¿a quién se beneficia? “México en estos momentos tiene una capacitación técnica, académica, profesional perfectamente equiparable con la española, de modo que México no necesita estos nuevos inmigrantes, los recibe, pero no los necesita”, comparte.
El flujo migratorio
Primera oleada
- »Llegaron 30 mil españoles de 1880 a 1930.
- »Arribaron 25 mil en una década, de 1939 a 1950.
- »En cuatro años se han registrado 7 mil 630 con permiso de trabajadores.
Desde el siglo XX los españoles llegaron por cuestiones políticas o económicas
- »Los antiguos residentes: gente que llegaba a hacer fortuna con flujo continuo hasta los años noventa; llegan en edades reproductivas.
- »Exiliados republicanos: Llegó gente del mundo intelectual, empresarial, académico y de profesiones liberales.
- »La tercera oleada está compuesta por jóvenes de entre 20 y 34 años que llegan a ocupar puestos directivos o ejecutivos en las empresas mexicanas.
Empresas también van al nuevo mundo
Cerca de 315 empresas españolas se han asentado en el país para proteger sus inversiones; para 2013 otras como Grupidea arribarán al territorio mexicano
Por Anabel Clemente Trejoanabel.clemente@razon.mx
Como ocurrió hace 500 años, los españoles viajan al nuevo mundo para quedarse, pero no sólo las personas, sino también sus capitales. El agravamiento de la crisis en España ha llevado a sus empresarios a buscar nuevos horizontes, y uno de ellos es México.
Se trata de empresas españolas que ven en México la oportunidad de mantenerse en el mercado y seguir creciendo, pues reúne “condiciones óptimas, hay clientes de grandes marcas allí que ya nos encargan cosas, tenemos a buenos arquitectos mexicanos que ya trabajaron con nosotros, además de la proximidad por el tema de la lengua”, señala el socio y gerente de la empresa Grupidea, que en 2013 se asentará en el territorio azteca.
Datos de la Cámara Oficial Española de Comercio de México, revelan que en nuestro país están establecidas 315 firmas originarias del país europeo, entre las que destacan Aerocomidas, BBVA Bancomer, Grupo Santander, Diario El País, editoriales como Bilbao, Océano, Planeta, Santillana y Tusquets. También Eulen, Gas Natural de México, Herbalife, Hostería del Conde, Hotel Melia, Hotel NH, Hoteles Iberostar, Hoteles Ríu, Iberia Líneas Aéreas, Joma, Mapfre, Repsol Exploración, Seat, Telefónica, Terra Networks, Zara, Conc3ntra Agente de Seguros y Fianzas y, Eco México Sanidad Animal.
“En Hidalgo no hemos recibido aún empresas españolas; hasta ahora las fusiones que se están dando es con empresas asentadas en la ciudad de México”, señala el presidente del Consejo Coordinador Empresarial en Hidalgo (CCEH), Francisco Carreño Romero, quien asegura que en los últimos años la presencia de españoles en el país se ha incrementado y para el próximo año se concretarán más relaciones comerciales.
Con el Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea (TLCUE) en 2000, se elevó el intercambio. La balanza comercial de 2011 ascendió a 8 mil millones 661 mil 819 dólares, un superávit para México al exportar 4 mil millones 818 mil 626 dólares. Estos indicadores ponen a México como ideal para las empresas que huyen de la crisis.
“En los últimos meses hemos detectado una gran afluencia de empresas españolas interesadas por México, que desean realizar comercio exterior como invertir. Ha sido un país prioritario; en estos momentos más porque las empresas se han dado cuenta que deben salir al exterior”, señala Francisco Garzón, consejero de la Oficina Económica y Comercial de España en México.
Francisco Garzón
Consejero comercial
“En los últimos meses hemos detectado una gran afluencia de empresas españolas interesadas por el comercio en México”
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