Publicado 27 Nov 2012
El retorno del PRI a Los Pinos podría ser menos terso de lo que se presume.
Y es que una silenciosa pero evidente disputa entre dos ex presidentes priistas se asoma a unas hora de que el mandatario electo Enrique Peña Nieto de a conocer su gabinete.
Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo forcejean en el papel para acaparar las posiciones estratégicas dentro del nuevo gobierno que se espera anuncie el jueves próximo, para estrenarse el sábado primero de diciembre.
El epicentro de esa disputa se ubica entre los equipos que rodean a Luis Videgaray y a Miguel Ángel Osorio Chong. Uno dominando la estrategia económica; el otro, la política.
Videgaray sería el líder visible del Grupo Salinas que busca dominar lo mismo la secretaría de Hacienda que Sedesol, Pemex, CFE, el Seguro Social y el Issste. Su brazo político sería Manlio Fabio Beltrones.
Osorio Chong se presentaría como la fachada del Grupo Zedillo que busca controlar desde la Secretaría de Gobernación, Seguridad Pública, Procuraduría, Educación, y Economía. El brazo económico sería Ildefonso Guajardo.
Dentro del Grupo Salinas se ubican también a Emilio Lozoya Austin, Beatriz Paredes, Pedro Joaquín Coldwell, José Antonio González Anaya, Rosario Robles, Claudia Ruiz Massieu, Andrés Massieu. Alfonso Navarrete Prida, Jorge Montaño e Ivonne Ortega.
Dentro del Grupo Zedillo se identifica a Jesús Murillo Karam, Liébano Sáenz, Emilio Chuayfett, José Ángel Gurría, José Antonio González Fernández, José Córdoba Montoya, Enrique de la Madrid y Santiago Levy.
El perfil de los salinistas que aspiran a ocupar cargos estratégicos dentro del gobierno peñista es clara. Son técnicos, egresados del ITAM (Instituto Tecnológico Autónomo de México) y con postgrados en universidades norteamericanas como MIT o Harvard.
El de los zedillistas es de políticos, abogados y economistas egresados de la UNAM, la Libre de Derecho o de universidades públicas de provincia. Solo unos pocos tienen postgrados en universidades extranjeras como Texas, Harvard, Stanford, París, Arizona y Pensilvania. Analicemos.
Padrinazgo salinista
Desde que Carlos Salinas apadrinó la fallida candidatura presidencial de Arturo Montiel en el 2005, la sombra del expresidente se posó sobre Enrique Peña Nieto.
Antes de concluir el gobierno de Montiel en el Estado de México y que éste aspirara a la candidatura presidencial priista [en] 2006, Salinas habría impulsado la asesoría de Pedro Aspe, en la renegociación de la pesada deuda del Edomex.
Desde las filas de Protego, la consultoría financiera del ex secretario de Hacienda salinista, se habría enviado a Luis Videgaray.
El egresado del ITAM con maestría en el MIT (Massachussets Institute of Technology) no volvió a Protego. Con la entrada de Enrique Peña Nieto al gobierno mexiquense se convirtió en su hombre de las finanzas.
Y más tarde, como diputado federal y presidiendo la Comisión de Presupuesto, Videgaray articuló una compleja red política con gobernadores priistas que le servirían de plataforma para arropar la candidatura presidencial peñista.
Por eso no fue difícil que el pupilo de Pedro Aspe se colocara como el coordinador de campaña de Peña Nieto. El sello de influencia salinista estaba asegurado.
Sin embargo no todo era miel sobre hojuelas para Carlos Salinas en su relación con Peña Nieto. El factor Televisa comenzó a jugar un rol estratégico, tomando cada vez mas distancia del expresidente.
Con su histórica influencia sobre las dos principales televisoras de México, Carlos Salinas descansaba en sus amigos Pedro Aspe y Claudio X. González, entre otros, para influir en el consejo de Televisa.
En TV Azteca el patronazgo original que le diera a esa televisora el apoyo financiero de su hermano, Raúl Salinas de Gortari, parecía suficiente para contar con el respaldo político.
Sin embargo Carlos Salinas se desencantó de su relación con Televisa cuando en febrero del 2011 la televisora se negó a transmitir la noticia de que Ernesto Zedillo podría ser juzgado por la matanza de Acteal.
La razón era simple. Cuando en abril de 1997 –en pleno sexenio zedillista– falleció Emilio Azcárraga Milmo, la disputa por el control de Televisa se encendió entre las familias Burillo, Alemán, Cañedo White y Azcárraga.
Una bien montada operación de apoyo político y articulación económica, operada desde el gobierno de Zedillo por Liébano Sáenz y Francisco Gil Díaz, culminó con la ratificación y consolidación de Emilio Azcárraga Jean como el joven presidente del poderoso consorcio.
Burillo, Alemán, y los Cañedo White terminaron por deponer sus posiciones accionarias, que fueron ocupadas por Carlos Slim y María Asunción Aramburuzabala.
Desde su presidencia, Zedillo consumaba entonces una alianza histórica con Televisa que se impondría a la influencia política que a través de su consejo podría ejercer su influyente antecesor.
Carlos Salinas se dio cuenta entonces que la imagen de pantalla cuidadosamente articulada en favor de Enrique Peña Nieto, también tenía otros dueños. El candidato presidencial del PRI, imbatible en las encuestas internas del partido, ya no estaba sujeto a su área de influencia exclusiva.
El deslinde en pantalla
En medio del desencuentro que se diera en febrero del 2011 entre Salinas y Televisa, se promovió una entrevista con Enrique Peña Nieto en Primero Noticias, el noticiero matutino de la televisora.
El 4 de marzo del 2011, Carlos Loret de Mola planteó al precandidato presidencial del PRI una pregunta crucial: “¿Está detrás de usted Carlos Salinas?”.
La respuesta de Peña Nieto no se hizo esperar. “No lo está, Carlos. En esto he sido muy enfático. No lo está, ni es mi asesor, ni colabora con tu servidor. Insisto, la única relación es una relación de respeto cordial, tal como la tengo con todos los expresidentes de México, y que la procuro”.
Carlos Salinas sabía a partir de ese momento que ya no podía presentarse como el solitario articulador de la candidatura del mexiquense.
Quizá fue que a partir de entonces comenzó a arroparse y a fortalecer la figura de otro priista, Manlio Fabio Beltrones.
Distanciado de Salinas tras el asesinato de Colosio, el sonorense volvió a reconstruir esa relación, sobre todo a partir de la boda de su hija Sylvana con Pablo Escudero, en la que el expresidente jugó un fotogénico papel central.
Pacientemente Beltrones fue articulando, desde su posición como jefe de la bancada priista en el Senado, una Opción B a la amarrada candidatura de Peña Nieto. Se presentaba como factor de equilibrio.
Hasta que los tiempos políticos obligaron a las definiciones. Y en una operación articulada entre Elba Esther Gordillo y el entonces presidente del PRI, Humberto Moreira, se abrieron los espacios para garantizarle a Peña Nieto la candidatura de unidad.
El 21 de noviembre del 2011, molesto por lo que consideraba un cambio de reglas en la elección interna del candidato, Manlio Fabio Beltrones anunciaba su decisión de abandonar la contienda. Pero dejó sobre la mesa un mensaje claro.
“Hay quienes tienen prisa y alegan la necesidad de unidad para conservar privilegios o para garantizar sus intereses personales o de grupo”, publicó Beltrones en el desplegado en el que formalizaba su renuncia a buscar la candidatura presidencial del PRI.
El precio final de un acuerdo pasaría por la residencia de Santa Teresa, en la biblioteca en que despacha Carlos Salinas de Gortari.
Y terminaría reflejándose en otro evento social el 22 de septiembre: la boda de Juan Cristóbal Salinas Occelli con Natalia Esponda, en la que el padre del novio reunió a lo más selecto del priismo nacional.
Flanqueado por Manlio Fabio Beltrones y por Emilio Gamboa, así como una docena de gobernadores priistas y personalidades de las fuerzas armadas, Salinas dio muestras públicas de su poder de convocatoria.
Era un silente mensaje para el ausente presidente electo que ese día estaba en oportuna gira por Sudamérica. Tampoco se hicieron presentes ninguno de los altos mandos de Televisa.
Pero la felicidad de Salinas era elocuente en su sonrisa. Una sonrisa que iba más allá de la boda de su hijo. Era la del retorno del PRI a Los Pinos. La que el 7 de septiembre reconocería que “solo una cirugía plástica” se la podría borrar.
La influencia de Ernesto Zedillo
A partir de marzo del 2011 la presencia de prominentes zedillistas en la pre-campaña y en la campaña de Peña Nieto comenzaron a dibujar la urgencia del priista, si no de deslindarse del todo de Salinas, sí de buscar equilibrios.
Fue así como Liébano Sáenz, el poderoso secretario particular de Zedillo que ejerció a lo largo de ese sexenio como el real secretario de Gobernación, se incorporó a la primera fila de la campaña peñanietista.
Menos visible, José Córdoba Montoya, distanciado de Carlos Salinas tras la muerte de Luis Donaldo Colosio y quien apadrinó el relevo de Zedillo en la candidatura presidencial de 1994, también es un asesor habitual del futuro presidente de México.
Otro zedillista muy cercano, José Antonio González Fernández –quien fuera procurador del DF, secretario de Salud y presidente del PRI– despacha desde hace años y en privado con el presidente electo.
La influencia de Zedillo se viene acrecentando con su participación en organismos internacionales como la Cumbre Económica de Davos, el consejo para el Diálogo Político en la Universidad de Columbia, el Centro para el Estudio del Gobierno Global, asesor para el Instituto Internacional de Economía y miembro del Club de Madrid.
Y fue ese cabildeo internacional, con el apoyo de prominentes mexicanos encabezados por Felipe Calderón, lo que logró que el pasado 7 de septiembre se despejara la amenaza de un juicio en contra del expresidente por el polémico caso Acteal.
El Departamento de Estado de los Estados Unidos accedía a la petición del gobierno mexicano para darle inmunidad a Zedillo.
Su integración como consejero del español Grupo Prisa, el más importante del mundo de habla hispana, y socio de Televisa en México, ratificó su posición mediática.
Pero tal vez la señal mas clara, real o fabricada para transmitir equilibrios políticos, es que el candidato priista y ahora presidente electo se ha dejado fotografiar en dos ocasiones con Zedillo.
Los encuentros
La primera fue el 25 de enero en la Cumbre de Davos, en donde Peña Nieto y Zedillo sostuvieron un amplio diálogo que fue difundido a través de twitter de otro asistente: Luis Videgaray.
La otra ocasión fue el pasado 7 de noviembre en la reunión del Consejo del Grupo Banorte-Ixe, convocado por el ex secretario de Hacienda zedillista y actual director del banco, Guillermo Ortiz.
Ahí, Peña Nieto y Zedillo fueron sentados codo a codo en medio de una pléyade de asistentes que incluía a Alan Greenspan y Michel Camdessus, los gurús del Tesoro y del FMI que apoyaron a México a salir de la crisis del 95.
Con ellos los expresidentes de España, Felipe González, y de Chile, Ricardo Lagos, entre otros.
Aunque quizás para entender los alcances de la influencia de Zedillo en Peña Nieto haya que recurrir al Espíritu Santo en la voz del sacerdote Miguel Olimón, quien declaró en un portal nayarita que era Ernesto Zedillo y no Carlos Salinas de Gortari quien “realmente está detrás de Peña Nieto”.
Pero el velo está por descorrerse. Y antes de que concluya la semana se verá quién tendrá la mejor sonrisa del nuevo sexenio.
Enrique Peña Nieto tiene un reto difícil de enfrentar. El de lograr de lograr los equilibrios que impidan una futura ruptura.
Los que suenan para el gabinete
— Con conexiones con Carlos Salinas de Gortari
LUIS VIDEGARAY
Coordinador general del Equipo de Transición. Fue también diputado federal y secretario de Finanzas del DF.
BEATRIZ PAREDES
Excandidata al Gobierno del DF. Exgobernadora de Tlaxcala. Ex presidenta del PRI.
CLAUDIA RUIZ MASSIEU
Sobrina de Carlos Salinas. Coordinadora de Derechos Humanos y Transparencia.
EMILIO LOZOYA AUSTIN
Vicecoordinador de Asuntos Internacionales. Hijo de Emilio Lozoya Thalmann, exsecretario con Miguel de la Madrid.
ALFONSO NAVARRETE PRIDA
Coordinador del Trabajo. Exprocurador del Edomex. Exdiputado federal.
JOSÉ ANTONIO GONZÁLEZ ANAYA
Concuño de Carlos Salinas. Subsecretario de Ingresos de Hacienda.
PEDRO JOAQUÍN COLDWELL
Presidente del PRI. Exgobernador de Quintana Roo.
IVONNE ORTEGA
Exgobernadora de Yucatán. Exsenadora y exdiputada federal.
ANDRES MASSIEU
Hijo de Andrés Massieu Berlanga, exsecretario particular de Carlos Salinas. Coordinador de Identidad Institucional en el equipo de transición.
JOSÉ MONTAÑO
Fue nombrado embajador de México en EU bajo el gobierno de Carlos Salinas.
ROSARIO ROBLES
Vicecoordinadora de Política Social. Exjefa de Gobierno del DF. Expresidenta del PRD.
MANLIO FABIO BELTRONES
Coordinador de los diputados priistas. Exgobernador de Sonora y exsenador.
— Con conexiones con Ernesto Zedillo
MIGUEL ÁNGEL OSORIO CHONG
Coordinador General de Política y Seguridad. Exgobernador de Hidalgo
LIÉBANO SAÉNZ
Exsecretario particular de Ernesto Zedillo. Presidente del Gabinete de Comunicación Estratégica.
EMILIO CHUAYFFET
Excoordinador priista en la Cámara de Diputados. Exgobernador del Estado de México.
JESÚS MURILLO KARAM
Presidente de la Cámara de Diputados. Exgobernador de Hidalgo.
ENRIQUE DE LA MADRID
Coordinador para el Campo en el equipo de Transición. Hijo del expresidente Miguel de la Madrid. Exdirector de Financiera Rural con Felipe Calderón y director de comunicación de HSBC.
JOSÉ CÓRDOBA MONTOYA
Exjefe de la Oficina de la Presidencia con Carlos Salinas. Representante de México ante el BID.
SANTIAGO LEVY
Vicepresidente del BID. Exdirector general del IMSS.
JOSÉ ÁNGEL GURRÍA
Secretario General de la OCDE. Exsecretario de Hacienda y de Relaciones Exteriores.
JOSÉ ANTONIO GONZÁLEZ FERNÁNDEZ
Fue secretario de Trabajo y de Salud con Ernesto Zedillo. Expresidente del PRI y exdirector del Issste.
EMILIO GAMBOA PATRÓN
Coordinador del PRI en el Senado. Exdirector del IMSS y exsecretario particular de Miguel de la Madrid.
Fuente: Reporte Índigo 27/11/2012
'via Blog this'
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
#Dontriananews gracias por escribirnos