Si es así, ¿repitió ególatramente en el retoño sus tres nombres?, ¿o es egolatría del retoño usar tres apellidos, como los descendientes de la familia López-Portillo?), a quien le hereda gradualmente el poder. Lejos está de representar la imagen de un padre, un abuelo, un administrador periodístico sobrio, noble. Más bien le sigue, a la imagen del padrino, la del padrote; viejo, pero padrote al fin, como de película mexicana en blanco y negro, como de un Tito Junco decrépito. La anterior es una mera impresión subjetiva sobre un papá y su hijo a cargo de una empresa familiar. Nada anormal en realidad. Sin embargo, en “AMLO se rodea de leales y parientes para crear partido” (El Universal, 30-09-2012), el periódico de Ealy (simplifiquemos la alcurnia), critica lo sostenido en el título de esta nota basada en la lista de los comisionados nacionales del MORENA. Los ex perredistas y ex colaboradores “evidenciados” son los leales, y su hermano Pío en Chiapas y uno de sus hijos en Tabasco, son los parientes “incómodos”. A un lado de que socialmente son bien vistas la lealtad y las buenas relaciones entre parientes, ¿qué percepción pretende levantar el ataque, que los leales traicionen y los parientes se suiciden para no participar en política y no ser relacionados con López Obrador? Como es evidente, esta publicación nada tiene de periodismo objetivo. Nada que se parezca a “los más altos estándares éticos” de los cuales se precian los Ealy (cita tomada del reciente discurso del retoño por el aniversario del diario), como bien señala críticamente Federico Arreola en “Ealy Ortiz y El Universal: en el gran diario de México siguen los golpes bajos contra AMLO.” (SDPNoticias.com, 30-09-2012). Lo nota es un engarce más en la cadena de ataques en contra de López Obrador por parte de El Universal y sus propietarios. Y como también señala Arreola, la raíz de tal encono se halla en la película de Mandoki en la cual Ealy Senior (Ealy Junior pintaba poco en 2006), es puesto en evidencia o bajo la mira sospechosa del fraude electoral. Escribe Arreola: “Juan Francisco, a mí me parece que sigues culpando a Andrés Manuel por tu aparición en el documental de Luis Mandoki (en el que yo participé) ‘Fraude: México 2006’, en una escena en la que comías con Carlos Salinas de Gortari y otros personajes.”. Personajes de los más bajos estándares éticos -para ir en consonancia con la jactancia de los parientes periodísticos-, como el excelentísimo cardenal de México. Uno de los fuertes ataques disfrazado de periodismo apareció en la precampaña, cuando AMLO subía en las encuestas, “sorpresivamente” y contra todo, y amenazaba al inflado Peña. El periódico, procurando favorecer al priista, sostuvo excesivamente en su portal la “noticia” sobre la reunión en la cual Mandoki y un supuesto asesor uruguayo solicitaban millones para la campaña de AMLO en casa de un primo de Santiago Creel. La eliminó, junto al audio editado, apenas días antes de la elección. Otra ofensiva ocurrió durante el proceso de impugnación del Movimiento Progresista ante el TEPJF. “AMLO, las empresas amigas”, refiere empresas relacionadas con López obrador y Honestidad Valiente A. C., que durante la gestión de Marcelo Ebrard han obtenido contratos. Como si este argumento bastara para establecer por sí solo una evidencia de corrupción o como si este uso fuera inédito en el México del PRI y el PAN, o como si, más aún, los Ealy no hubieran sido beneficiarios de sus buenas relaciones con, y de los buenos servicios prestados a Felipe Calderón durante el infausto proceso electoral de 2006 (no hay que olvidar de todas maneras los beneficios gozados por Ealy en los años sucesivos a 1996, cuando fuera defraudador fiscal y prófugo de la justicia, delincuente de “cuello blanco”, como se les conoce: http://a7.com.mx/reportajes/1545-ealy-ortiz-del-universal-el-fraude-del-que-no-quisiera-acordarse.html ). Esta serie de ataques contra López Obrador confirma la hipótesis de Luis Mandoki: El Universal y Ealy Ortiz, fueron coparticipes o cuando menos cómplices del fraude electoral de 2006. Y sin necesidad de acudir al desprestigiado Sigmund, es lógico que de allí venga su dolor y el pretendido desquite. A cada ofensiva en portada, el periódico, como quien regresa a la escena del crimen, confiesa el “imperdonable pecado”. Y es que a los Ealy y a El Universal no les basta, ambiciosos, con las bendiciones del arzobispo primado Norberto Rivera Carrera (como se atestigua en la película de Mandoki), el santo encubridor y protector de pederastas, según demandas ante la Corte Federal de Los Angeles. Quieren más.
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