English: CARTAGENA/COLOMBIA, 7 APRIL 2010 - Enrique Peña Nieto, Governor of the State of Mexico; Young Global Leader in the Opening Plenary at the World Economic Forum on Latin America 2010 in Cartagena Convention Center from 6 - 8 April. (Photo credit: Wikipedia) |
Salvador Cosío Gaona.-
Enrique Peña Nieto cayó en la trampa de Felipe Calderón y por apresurarse a buscar acuerdos en un tema tan delicado por los intereses complejos que existen alrededor de las relaciones obrero-patronales está en un berenjenal junto con los coordinadores priístas en el Senado y la Cámara de Diputados, que saldrán raspadísimos tras el trance de la reforma laboral, que por ser ‘iniciativa preferente’, debe dictaminarse antes de fin de mes.
Mientras los coordinadores del PRD, PT y Movimiento Ciudadano anticipan rechazo y acciones legales ante su inminente aprobación, los del PAN, PRI, PVEM y Panal perfilan su voto favorable al proyecto, y los priístas enfrentarán la ira de la clase obrera en general, ya que la nueva legislación laboral otorgará privilegios a los patrones, pues legalizará la subcontratación, contratos por hora, día y semana, así como nocivos “contratos por periodos de prueba” desprovistos de garantías laborales, facilitará el despido unilateral, acotará el pago de salarios caídos y prestaciones patronales a los obreros despedidos injustamente, también limitará el derecho de huelga, entre otras linduras.
Al margen que resulta positivo buscar mejorar la situación de empleados domésticos, apoyar al trabajador en su lapso de recién paternidad, evitar la discriminación a madres embarazadas para ingresar a un empleo, son demasiadas propuestas que favorecen al sector empresarial en perjuicio de la clase trabajadora y es clara la intención de debilitar las estructuras sindicales, que aunque suene ideal la total apertura de información del manejo sindical, redituará en menor capacidad de maniobra de los obreros para enfrentar y presionar a los patrones cuando se lleven a cabo revisiones de los contratos colectivos, pues paradójicamente lo que en teoría daría más fuerza a los obreros sindicalizados frente a sus dirigentes, los debilitará, ya que los jerarcas empresariales podrán negociar con mayor facilidad y obtener mejores condiciones en los contratos laborales, otorgando menores apoyos a los obreros.
http://www.lajornadajalisco.com.mx/2012/09/27/bocajarro-63/
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