21 de septiembre de 2012

El FMI y la crisis Argentina - EL FMI-CARSTENS buscan destruir economías para comprar barato sus materias primas




La historia de la penetración del capital externo entre 1958 y 2001 está asociada a los condicionantes establecidos por el FMI. La excepción pasa por dos cortos períodos: entre 1973 y 1975 bajo la gestión de José B. Gelbard en la tercera presidencia de Perón; entre fines del 1983 y mediados de 1985, la gestión de Bernardo Grinspun en la administración de Alfonsín. La norma de la dinámica de la relación está hegemonizada por la ortodoxia del ajuste estructural permanente, que en la década del '90 se transformó en estándar de política económica para la región latinoamericana bajo la denominación de Consenso de Washington (CW).



El CW suponía la aceptación del decálogo de medidas que apuntaban a la privatización, la apertura de la economía a la producción mundial y la disminución del gasto público social. El FMI fue el instrumento de transmisión de orientaciones de política económica a los gobiernos sujetos al paradigma neoliberal promovido desde el ideal del CW, que debe su nombre a la instalación en la ciudad estadounidense de los organismos del poder económico mundial: el propio gobierno de los EEUU y los organismos internacionales, principalmente el FMI. En los '90 la Argentina subordinó su estrategia a esas orientaciones; de allí las "relaciones carnales" defendidas por Guido Di Tella, el canciller de la gestión Menem. Observar el papel global del FMI, especialmente para la región, hace visible la responsabilidad del organismo en el despliegue de las sucesivas crisis de los '80 y 90 --en México, Brasil y, finalmente, Argentina, tras su larga recesión iniciada en 1998.

Es curioso el reconocido diagnóstico crítico hacia el FMI por su responsabilidad en la gestión de la liberalización del sistema financiero y la promoción de la libre circulación del capital a escala global. Eso llevó al desprestigio del organismo pero, no obstante, en el último tiempo resurgió el fetiche. De la noche a la mañana, existe un reposicionamiento internacional del organismo. ¿A qué se debe?

La crisis mundial puso en evidencia los límites del orden capitalista en vigencia y desató la mayor intervención pública para el salvataje del sistema capitalista y sus emblemáticas empresas transnacionales. Junto a ellas se acudió al rescate de los organismos de promoción de políticas globales, entre ellos el FMI. La instancia que asumió dicha función fue el G20, que en abril del 2009 en Londres decidió rescatar al capitalismo de la crisis mundial con un fortalecimiento del Fondo, para lo cual le triplicó la capacidad de préstamos y favoreció una ampliación en su capacidad de emisión de Derechos Especiales de Giro, DEG. La Argentina es parte del G20 y resultaba una contradicción favorecer el resurgimiento de la entidad y mantener la relación de conflicto. El tránsito a la normalización de esas relaciones está en camino. Las regresivas consecuencias sociales son previsibles.
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