Ni sorpresas ni motivos de aplauso hay en la lista de nombres que dio a conocer ayer Enrique Peña Nieto como su equipo de transición, es decir, los hombres y las mujeres que verán con el calderonismo el traspaso de la administración. Quizá la única novedad sea la advertencia que hizo el Presidente electo de que formar parte de ese grupo no necesariamente garantiza su presencia en el gabinete.
No hay sorpresa porque las posiciones clave, las principales, pues, recaen en gente del primer círculo de Peña Nieto. Es el caso de quienes encabezarán las dos posiciones neurálgicas: Luis Videgaray en las tareas específicas de la transición del gobierno y Miguel Ángel Osorio Chong, en las de diálogo político y seguridad. A aquél (ex secretario de Finanzas del gobierno del estado de México) le tocará dar continuidad a lo que en su momento fue el diseño de políticas públicas del nuevo gobierno; y a éste, ex gobernador de Hidalgo, definir lo que se supone será una nueva estrategia contra la delincuencia organizada y, sobre todo, la búsqueda de acuerdos no sólo con todos esos grupos a los que hay que pagar el apoyo recibido para llevar a Peña Nieto a Los Pinos, sino con quien es y será su principal opositor, Andrés Manuel López Obrador, a quien ayer le mandó el mensaje en una entrevista televisiva de que está dispuesto a diagolar con la condición de que reconozca su Presidencia. ¿Será que AMLO ya buscó la posibilidad de dialogar? Francamente se antoja imposible. Es más, desde ahora puede afirmarse que no habrá tal diálogo porque el ex candidato presidencial de la izquierda jamás va a reconocer a Peña, así como no lo hizo con Felipe Calderón.
Otros peñanietistas de cepa incluidos en el equipo de transición son: Gerardo Ruiz Esparza, quien va a la coordinación de infraestructura; Alfonso Navarrete Prida, en la coordinación de trabajo, y David López en las tareas de comunicación social.
Hubo otros nombramientos que francamente no provocan mucha emoción, tomando en cuenta eficiencia y trayectorias. Por ejemplo, Rosario Robles, para la coordinación de desarrollo social, la ex jefa de gobierno del DF y ex perredista a quien vieron las dotes que a su juicio son lo más cercano a la izquierda. O Ildefonso Guajardo en lo económico y Emilio Lozoya en la política internacional. Enrique de la Madrid Cordero en política agropecuaria y David Korenfeld Federman en agua.
O bien Jorge Carlos Ramírez Marín para seguridad y justicia, y Roberto Campa también en seguridad.
De llamar la atención es la convocatoria a Paloma Guillén Vicente, contacto con la agenda legislativa, hermana de Sebastián Guillén Vicente, presumiblemente el Subcomandante Marcos, según la develación de identidad que de él hizo el ex presidente Ernesto Zedillo.
Muy cerca de Peña Nieto, por lo demás, seguirán su secretario particular, Edwin Lugo Zárate; así como Marcela Velasco González como oficial mayor del equipo, una posición de suma importancia pues será ella la que maneje los 500 millones de pesos destinados a las tareas de transición.
Y en un cargo denominado identidad institucional Andrés Massieu Fernández, hijo de quien fuera el secretario particular de Carlos Salinas de Gortari. Al ex presidente también está vinculado el general Roberto Miranda, del Estado Mayor Presidencial (homónimo de quien ocupó ese cargo con Ernesto Zedillo).
Dijo ayer Peña Nieto que en su gobierno no habrá cabida para el viejo PRI, pero lo que se ve en este equipo de transición son viejos lobos del tricolor o en el mejor de los casos sus herederos de sangre. Por eso le decía que ni novedades ni sorpresas. Y por eso le preguntaba: ¿dónde está el nuevo PRI?
Instantáneas
1. CALDERONLANDIA. Felipe Calderón pronunció el lunes un mensaje con motivo de su sexto y último Informe de gobierno. Tampoco en el sexto año pudo ir a a rendirlo al Congreso de la Unión, consecuencia esta de su ilegitimidad de origen. Pero planteó, grandilocuente, un escenario maravilloso de lo que ocurre en México, aunque lo desmienta la terca realidad. Lo que deja en términos cuantificables son 80 mil muertos y miles de desaparecidos, el saldo de su fallida guerra contra el narcotráfico. Y esa realidad nada la podrá tapar, ni siquiera esos espots televisivos con los que se nos bombardea y que son expresión de una arraigada megalomanía, vamos, un complejo de grandeza.
2. REMESAS. Las remesas que envían a México los indocumentados disminuyeron en julio 2.1%, lo que detuvo una racha de aumentos desde septiembre de 2010. En esos 21 meses las remesas crecieron 21% pero el estancamiento del empleo en EU volvió a sacar su nueva cara.
(rrodriguez@angularotmail.com @RaulRodriguezC).
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