UNA GRAN ERECCIÓN. Por José Martín Vélez

UNA GRAN ERECCIÓN.

En Hermosillo, Sonora, se ha erigido el Monumento al Tubo. Calma, calma, sosegaos, no se trata de honrar el tubo que, con fines acrobáticos, se dispone verticalmente en ciertos centros nocturnos, de los cuales este tecleador tiene sólo referencias indirectas (pos ni que fuera diputado, o subsecretario de educación superior ¿Te acuerdas, Pacheco?).  El tubo honrado será el que se está instalando desde la presa de El Novillo hasta esta capital sonorense.

Como Monumento al Tubo se erigirá un pedazo de tubo.  Los genios artísticos del ni tan nuevo Sonora se secaron el seso pensando en una  propuesta estética que estuviera su altura.  El indiscutible talento no los llevó tan lejos. Luego, lueguito, se dijeron: “Para representar a un tubo, montemos un pedazo de tubo”- dijo uno de ellos-. Pero ¿eso no sale muy barato? – contestó el otro- Después de un momento de reflexión, el primer genio dijo: ¡lo tengo! ¡metamos el primer tubo adentro de otro tubo!. Eso es una tontería –contestó el genio 2- ¿cómo se te ocurre? El tubo de afuera ocultará al de adentro.  ¡Pero por supuesto que no! –  contestó airado el genio 1- porque el segundo tubo será transparente, de plástico una parte y de aire la otra. ¡Oh, maestro, cuán grande sois! ¡Estáis a la altura de un Miguel Ángel, de un Rodin, de un Cuevas! Un tubo, representado por otro tubo, adentro de oooootro tubo. Ved mis lágrimas rodar, pues mis ojos se anegan, al sólo imaginar ese portento escultórico; con ese monumento Hermosillo estará en el mapa mundial de las maravillas artísticas del mundo. Visitantes de la Capilla Sixtina, de las cúpulas del Kremlin, de la gran Muralla China, del Taj Majal indú, venid y maravillaos, y postraos,  ante el tubo de acero, metido en el gran tubo de acrílico y aire.

La erección del Monumento al Tubo marca un hito en la historia de Sonora. Hasta podemos iniciar una nueva Era, empezando una nueva cuenta de los años; bienaventurados los que vivimos en el año Uno DT, después del Tubo.

Pero, pensándolo bien, ¿Ese Tubo no será en realidad un Caño? ¿Será el mejor homenaje al caño de la corrupción, con el que se está enriqueciendo la nueva clase política sonorense? Si es así, estamos ante la gran erección del Monumento al Caño.

Sólo, por no dejar, insistiré en un ejemplo del grado de corrupción que se vive en el “nuevo Sonora”: los uniformes escolares fueron adquiridos, por el gobierno de Sonora (el secretario de finanzas se apellidaba López Caballero) en una cifra muy cercana a los $400.00 pesos. Esos mismos uniformes, son adquiridos por el Gobierno del Distrito Federal en un costo inferior a $150.00 pesos. Saque usted sus cuentas, amable e imaginario lector, y sabrá que, tan sólo en ese programa, se robaron más de 100 millones de pesos.

Ese grado de corrupción merece un monumento. En Sonora ya lo tenemos. Podemos presumir, urbi et orbi, nuestro glorioso Monumento al Caño.

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