25 de marzo de 2012

Manú Dornbierer: De Vasconcelos a Vázquez mota

<i>Satiricosas</i> / Nacional:


Todos estamos de acuerdo: la Educación es la principal ¡la única solución para México! Pero Calderón no lo entendió o le valió sorbete cuando le dio irresponsablemente el puesto de secretaria de Educación a una persona tan poco calificada como Josefina Vázquez Mota.
Evidentemente se trató de un premio político por la campaña del odio que le permitió a Vázquez Mota en 2006 inflar al candidato a la Presidencia de México, Felipe Calderón, que tampoco presentaba las debidas calificaciones para tan alto puesto. Para dicha campaña la hoy secretaria de Educación siguió al pie de la letra el decálogo de Goebbels en cada uno de sus puntos, resumidos en el famoso “Miente, miente, que al final algo quedará... Cuanto más grande sea una mentira, más gente la creerá”, que le gustaba repetir al mago de la propaganda nazi. Desde luego la dulce Josefina estuvo a las órdenes de los operadores extranjeros del PAN, Antonio Solá y Dick Morris, como también de los más ricos empresarios del país cuando decidieron que Calderón sería su testaferro.



Por cierto, me enteré de un dato curioso y muy triste de un empresario que en un principio estaba dispuesto a apoyar el proyecto antineoliberal de izquierda, pero terminó siendo el que más dinero dio para la campaña de Calderón, obsesionado como una Marta Sahagún cualquiera, por impedir fuera como fuera que “El Peje” llegara a la Presidencia. La razón del rico Manolo Arango para tal viraje vergonzoso es esta: cuando López Obrador era jefe de Gobierno del DF no le arregló un asunto de terrenos. Si alguien duda que los empresarios votan por sus intereses, por mezquinos que sean, ésta es la prueba.
Pero volviendo al tema… recordemos que Josefina Vázquez Mota, surgió de la sospechosa maniobra llamada “head hunter” que utilizó el ignorante e insensible presidente Vicente Fox para colocar en altos puestos de su “gabinetazo” a gente de la Iniciativa Privada, personas mediocres y sin experiencia en Administración pública, pero afines a sus intereses y a las metas de su mujer. La panista, economista de la Ibero, dice su currículum oficial, vendedora de pinturas Comex, dice otro, Josefina Vázquez Mota nunca tuvo el perfil político y humano indispensable para ocupar cualquiera de las dos secretarías de gran importancia social para el país que le dieron los lamentables presidentes panistas, la de Desarrollo Social, Fox y la de Educación, Calderón. Pero además de la campaña del odio, el único gran mérito de esta señora para ser hoy secretaria de Educación consiste en haber cometido toda suerte de ilegalidades cuando era secretaria de Desarrollo Social de Fox para facilitarle al PAN recursos a costa de rubros de interés social bajo su control como fue el de “la vivienda popular”, por ejemplo. Hay denuncias públicas contundentes de sus malos manejos en Sedesol del periodista José Reveles.
En un régimen elementalmente inteligente y justo, hubiera bastado para enviar a la cárcel a la secretaria Vázquez Mota el libro “Las Manos Sucias del PAN”, obra de investigación de José Reveles de principios de 2006, que expone cómo esta mujer abrió las arcas del “desarrollo social” a los panistas para financiar la campaña de Calderón en parte y embolsarse el cambio. Pero había más: Fue ella la que desde el principio de su gestión en el foxismo vendió “el padrón de los pobres” a los que en realidad robó, al cuñado del que sería candidato, el célebre Hildebrando, hermano y socio de la mujer de Calderón, Margarita Zavala.
De manera que Calderón no sólo envió a Educación una persona mal calificada para el puesto, sino una funcionaria que sabía deshonesta y que debió ser enjuiciada como tal por distraer recursos destinados a la vivienda popular para la campaña de su hoy jefe y desde luego por haber propiciado la utilización perversa de documentos oficiales a la compañía cibernética de Hildebrando, que según parece ya está de nuevo manipulando a los mexicanos. Vázquez Mota hizo tanta canallada por Calderón antes y después de la campaña que creyó merecer la Secretaría de Gobernación, pero ése fue el premio para Ramírez Acuña, no de mejor raza que la secretaria de Educación, sólo macho y destapador de la corona.
Pero la secretaria de Educación, quéjase la CNTE, Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, se encuentra subordinada a su enemigo, el SNTE, Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, cuyos miembros hacen lo que les da la gana porque también están siendo premiados con la SEP, por su determinante voto coorporativo por Calderón. La Supersecretaria de Educación es en realidad la poderosísima Elba Esther Gordillo, sin olvidar a su yerno el subsecretario..
¡Qué manera de crear conflictos dentro de su gabinete del presidente espurio! ¡Qué desconocimiento del arte de gobernar y sobre todo que desprecio por la Educación en México, por su importancia, por sus necesidades, por sus ideales! ! La Educación es de lo que menos se trata en estos gobiernos panistas-empresariales-neoliberalistas.
El término Educación se refiere a un hueso más de posibilidad de endoctrinamiento panista -peor aún que el del PRI, aunque ya Zedillo en la SEP, empezó la mutilación de la Educación humanista mexicana, para servir al patrón neo-liberal.
Para recuperar un poco el rumbo y un aire respirable, vayamos a lo que a principios del siglo XX, un país que después de su revolución anhela ser mejor, entrar en la modernidad y veía su futuro con esperanza, consideraba “Educación”.
Entresaco los siguientes datos de la propia página web de la SEP. Quizá Vázquez Mota los haya leído, pero siendo la que es, nunca le será posible emular a un personaje de esa estatura intelectual y humanista. Desde luego Calderón no debió conocerlos o recordarlos cuando hizo la barbaridad que hizo en la actual Secretaría de Educación:
José Vaconcelos, nombrado secretario de Instrucción Pública, desde esa posición inició un ambicioso proyecto de difusión cultural en el país, con programas de instrucción popular, edición de libros y promoción del arte y la cultura. El objetivo era integrar a México de manera más amplia en las grandes transformaciones que siguieron al fin de la Primera Guerra Mundial. Vasconcelos, un personaje carismático y capaz de entusiasmar a sus colaboradores, hizo de los maestros rurales un ejército de paz y de cada profesor, según su propia metáfora de raíz católica, inspirada en el sacrificio de los misioneros del periodo colonial, un “apóstol de la educación”. Al trabajo de los maestros rurales sumó el apoyo, nunca antes visto en México, de la edición masiva de algunas de las más grandes obras del pensamiento europeo y occidental, que fueron distribuidas por todos los rincones del país en lo que Vasconcelos no dudó en calificar como “Misiones Culturales”. Además, inició un ambicioso programa de intercambio educativo y cultural con otros países americanos, las llamadas “embajadas culturales”, que llevaron a algunos de los más brillantes estudiantes mexicanos de la época a entrar en contacto a edad temprana con sus pares de Argentina, Brasil, Colombia, Perú y otros países de América Latina.
Apoyó, además, a multitud de artistas e intelectuales. A algunos de ellos los convenció para que se establecieran en México y —con ellos— ideó nuevas fórmulas de expresión artística, masiva, que a pesar de sus tintes políticos y propagandísticos tienen un valor estético exento de duda. Tal fue el caso de muralistas como David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco y Diego Rivera. El apoyo de la Secretaría de Instrucción Pública de Vasconcelos no se limitó, sin embargo, a los artistas mexicanos, como lo demuestra su relación con la chilena Gabriela Mistral, ni tampoco al campo de lo artístico; un ejemplo entre otros muchos es su relación con el político y filósofo peruano Víctor Raúl Haya de la Torre”.
Samuel Ramos lo describe así: “Vasconcelos no era un pedagogo, en el sentido estricto de la palabra era sobre todo un filósofo y un pensador social a quien las circunstancias llevaron a tomar parte en la política y en la acción social. Como el propio escritor diría después (el destino llevaba a un filósofo la magna tarea de educar a un pueblo) como quiera que sea le fue reservado a Vasconcelos el honor de iniciar el movimiento que debía florecer en épocas subsecuentes, teniendo como expectativa la realización de una filosofía y pedagogía de acción social aplicada a un mismo tiempo a la elevación de la raza y la solución del importante aspecto agrario”.
www.manudornbierer.com



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