Ya el punto no es discutir si existen encuestas a modo del cliente o no.
Sí existen ese tipo de encuestas. Los resultados proporcionados por diferentes casas encuestadoras en la elección para gobernador en Michoacán no dejó lugar a dudas acerca de la manipulación de las me4diciones de intención de voto que realizaron.
La Cocoa y el PANAL celebraban, encuesta en mano, su victoria. Silvano Aureoles, hacía lo mismo. Y desde luego, Fausto Vallejo no se dejó y proclamó su victoria en base a los resultados de su encuesta.
En ese momento la credibilidad de las encuestas electorales vivió una caída libre que parece, todavía a estas alturas, muy difí9cil de detener totalmente.
La gota que vino a derramar el vaso de la incredulidad en los instrumentos de medición de opinión pública fue el numerito del presidente Calderón en la asamblea de Consejeros de BANAMEX, en las que pretendió chamaquearlos proyectándoles una lámina de una encuesta “patito”, elaborada por una “marca” que ni siquiera está inscrita en el IFFE, donde Josefina Vázquez Mota estaba a solo 4 puntos debajo de Enrique Peña Nieto.
El empate técnico de Calderón desató la polémica. Políticamente desbarró en forma deplorable. Jurídicamente, bajo el supuesto de que por su investidura el presidente de la república es virtualmente inimputable, nadie sabe si existe alguna instancia que lo amoneste, lo multe o lo castigue de otra manera. Y ante la sociedad dejó la huella de su apellido en Josefina Vázquez Mota como una candidata de su propiedad.
Ahora el presidente se aproxima al peligroso terreno de la coacción. Eso se está especulando a raíz de un misterioso caso de censura disfrazada. Cuando Milenio TV despachó con triviales argumentos al Gabinete de Comunicación Estratégica del inquieto y talentoso Liébano Saénz y colocó en su lugar a GEA-ISA, encuestadora pro panista manifiesta.
Los resultados de GEA-ISA en relación a preferencias electorales son al gusto de Calderón. Los que presentaba la empresa de Liébano, no lo eran.
Remedio práctico. Milenio está con Calderón y su candidata. Necesita encuestas a modo. Contrata a una empresa panista propiedad de Guillermo Valdés y Jesús Reyes Heroles y que tiene como careta a Ricardo de la Peña. Corre a Liébano, que mucho les sirvió y les dio credibilidad. Y hoy la encuesta de Milenio sale al gusto de Calderón y su hija obediente.
Nadie se la va a creer.
El problema es ahora para las empresas de opinión profesionales. ¿Roy Campos se prestaría a ese juego? Creo que nunca. Lo mismo el maestro Francisco Abundis de Parametría. O Jorge Buendía. O César Ortega de la Roquet (fui un gran amigo de su padre César Ortega Gómez y Ricardo de la Peña lo recuerda muy bien, lo mismo que Ian Rider, mucho tiempo representante de Gallup en México), Ana Cristina Covarrubias, María de las Heras y perdón por no poder mencionar en este corto espacio a las demás encuestadoras que trabajan con el código de ética que las rigió desde los tiempos en que nació Gallup International.
Seguiremos con el tema.
#AMLO2012
Sí existen ese tipo de encuestas. Los resultados proporcionados por diferentes casas encuestadoras en la elección para gobernador en Michoacán no dejó lugar a dudas acerca de la manipulación de las me4diciones de intención de voto que realizaron.
La Cocoa y el PANAL celebraban, encuesta en mano, su victoria. Silvano Aureoles, hacía lo mismo. Y desde luego, Fausto Vallejo no se dejó y proclamó su victoria en base a los resultados de su encuesta.
En ese momento la credibilidad de las encuestas electorales vivió una caída libre que parece, todavía a estas alturas, muy difí9cil de detener totalmente.
La gota que vino a derramar el vaso de la incredulidad en los instrumentos de medición de opinión pública fue el numerito del presidente Calderón en la asamblea de Consejeros de BANAMEX, en las que pretendió chamaquearlos proyectándoles una lámina de una encuesta “patito”, elaborada por una “marca” que ni siquiera está inscrita en el IFFE, donde Josefina Vázquez Mota estaba a solo 4 puntos debajo de Enrique Peña Nieto.
El empate técnico de Calderón desató la polémica. Políticamente desbarró en forma deplorable. Jurídicamente, bajo el supuesto de que por su investidura el presidente de la república es virtualmente inimputable, nadie sabe si existe alguna instancia que lo amoneste, lo multe o lo castigue de otra manera. Y ante la sociedad dejó la huella de su apellido en Josefina Vázquez Mota como una candidata de su propiedad.
Ahora el presidente se aproxima al peligroso terreno de la coacción. Eso se está especulando a raíz de un misterioso caso de censura disfrazada. Cuando Milenio TV despachó con triviales argumentos al Gabinete de Comunicación Estratégica del inquieto y talentoso Liébano Saénz y colocó en su lugar a GEA-ISA, encuestadora pro panista manifiesta.
Los resultados de GEA-ISA en relación a preferencias electorales son al gusto de Calderón. Los que presentaba la empresa de Liébano, no lo eran.
Remedio práctico. Milenio está con Calderón y su candidata. Necesita encuestas a modo. Contrata a una empresa panista propiedad de Guillermo Valdés y Jesús Reyes Heroles y que tiene como careta a Ricardo de la Peña. Corre a Liébano, que mucho les sirvió y les dio credibilidad. Y hoy la encuesta de Milenio sale al gusto de Calderón y su hija obediente.
Nadie se la va a creer.
El problema es ahora para las empresas de opinión profesionales. ¿Roy Campos se prestaría a ese juego? Creo que nunca. Lo mismo el maestro Francisco Abundis de Parametría. O Jorge Buendía. O César Ortega de la Roquet (fui un gran amigo de su padre César Ortega Gómez y Ricardo de la Peña lo recuerda muy bien, lo mismo que Ian Rider, mucho tiempo representante de Gallup en México), Ana Cristina Covarrubias, María de las Heras y perdón por no poder mencionar en este corto espacio a las demás encuestadoras que trabajan con el código de ética que las rigió desde los tiempos en que nació Gallup International.
Seguiremos con el tema.
#AMLO2012
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