BENEDICTO XVI DESAIRA A LOS OBISPOS DEL PRI
Por: Javier Rosiles Salas - enero 23 de 2012 - 0:00
INVESTIGACIONES, Investigaciones especiales - 10 comentarios
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El viaje del Papa Benedicto XVI a México, que se realizará del viernes 23 al lunes 26 de marzo próximo, trae consigo un desaire a jerarcas católicos identificados con el Partido Revolucionario Institucional (PRI). No será ningún integrante del otrora poderoso Club de Roma quien esté a cargo de la visita, sino el arzobispo de León, Guanajuato, José Guadalupe Martín Rábago, quien como dirigente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) apoyó a los dos últimos Presidentes de México, ambos de extracción panista, Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa.
El control de la agenda de la visita papal por parte de jerarcas que han apoyado en otros procesos electorales a candidatos panistas, supuestamente pone en ventaja a quien se convierta en el candidato presidencial del PAN, a lo que aspiran Ernesto Cordero, Santiago Creel y Josefina Vázquez Mota, frente a Enrique Peña Nieto, el precandidato único del PRI, quien también ha buscado la bendición papal.
La influencia de cardenales de Norberto Rivera Carrera, arzobispo primado de México, y de Juan Sandoval Íñiguez, arzobispo de Guadalajara, no fue suficiente para que sus sedes recibieran al Papa.
De acuerdo con Rodrigo Vera, “el cardenal Norberto Rivera Carrera todavía a mediados de diciembre maniobraba para que el Papa viniera a la capital del país” (Agencia Proceso, 02/01/2012).
En el caso de Sandoval Íñiguez, Joseph Ratzinger no esperó para después de su visita y el pasado 7 de diciembre anunció que aceptaba su renuncia, presentada conforme al canon 401,1 del Código de Derecho Canónico, que establece: “Al Obispo diocesano que haya cumplido 75 años de edad se le ruega que presente la renuncia de su oficio al Sumo Pontífice, el cual proveerá teniendo en cuenta todas las circunstancias”.
Sandoval Íñiguez se integró así al grupo de obispos eméritos, los cuales suman ahora 41. Fue sustituido por el cardenal José Francisco Robles Ortega, quien el sábado 21 de enero pasado encabezó una misa para despedirse de la Arquidiócesis de Monterrey, a las 14:00 horas en la Arena Monterrey.
Otros jerarcas identificados con el PRI e integrantes del llamado Club de Roma como Emilio Carlos Berlié Belaunzarán, arzobispo de Yucatán, y Onésimo Cepeda Silva, obispo de Ecatepec, tampoco fueron determinantes en la definición de la agenda de la visita, conforme la cual Benedicto XVI pernoctará las tres noches que permanecerá en México en una casa perteneciente a religiosas capuchinas de la Congregación Esclavas de la Santísima Eucaristía y de la Madre de Dios, ubicada en bulevar Manuel López Sanabria número 218, en León, Guanajuato.
De acuerdo con el comunicado leído por Víctor René Rodríguez Gómez, secretario general de la CEM, en conferencia de prensa el pasado primero de enero, “Al término de las consultas llevadas a cabo con el Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos y de la Conferencia Episcopal que lo han invitado, y luego del detallado estudio realizado por los responsables de los viajes del Papa, conjuntamente con autoridades federales y miembros del gobierno de Guanajuato, el Santo Padre ha aprobado el programa que le fue sometido.
“El Santo Padre llegará, proveniente de la ciudad de Roma, al Aeropuerto de León, Guanajuato, (Bajío) (sic), la tarde del viernes 23 de marzo de 2012, en donde será recibido oficialmente por S.E. [Su Excelencia] el Señor Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Lic. Felipe Calderón Hinojosa, por la Conferencia Episcopal y por el Sr. Arzobispo de León”, continuó leyendo el también obispo auxiliar de Texcoco.
Rodríguez Gómez, una vez abierto el espacio para preguntas de los reporteros, argumentó que Guanajuato fue elegido como sede por ser un “lugar geográficamente central de nuestro país, que además es un lugar emblemático por el monumento nacional a Cristo Rey y porque en el Bajío tenemos también un alto porcentaje de fieles católicos en comparación con algunas otras regiones del país”.
Se apresuró a explicar la razón por la cual el Papa no visitaría el Distrito Federal: “De una vez adelanto que el no celebrarse en la Ciudad de México este encuentro no tiene nada que ver con la seguridad, sino solamente con las condiciones de salud del Santo Padre, ya que la altura sobre el nivel del mar de nuestra ciudad capital pues no favorece y los médicos no le han autorizado tener la visita precisamente a esta altura sobre el nivel del mar”.
El director estatal del Centro de Transfusión Sanguínea de Guanajuato, el hematólogo Pascual Palomares, declaró a El Universal (03/01/2012) que “la altitud de Guanajuato no representa riesgo para la salud del Papa”. De acuerdo con el especialista, la Ciudad de México –con una altitud por arriba de los 2 mil metros sobre el nivel del mar (msnm) y la contaminación vehicular– efectivamente marcan una gran diferencia.
La Ciudad de México se encuentra a una altura de 2 mil 240 msnm, en tanto que León se encuentra a mil 804 metros sobre el nivel del mar. El domingo 25 de marzo está previsto que Benedicto XVI sobrevuele en helicóptero el Cerro del Cubilete, que alcanza una altura de 2 mil 579 msnm.
Para el investigador Édgar González Ruiz, sin embargo, las razones para que la visita se circunscriba a tres municipios del estado gobernado por el panista Juan Manuel Oliva (León, Silao y Guanajuato) van más allá de posibles afectaciones a la salud del Papa: “Tiempo y lugar estuvieron muy bien calculados. No es ninguna casualidad que Ratzinger, después de casi siete años de pontificado, venga a Guanajuato precisamente en un momento electoral tan importante”, aseguró el especialista a Proceso (núm. 1836, 8/01/2012).
La visita papal concluye cuatro días antes del viernes 30 de marzo, fecha en que en este 2012 se inician las campañas en busca de la Presidencia de la República.
Guanajuato es uno de los seis estados –sin contar el Distrito Federal, donde se vota por Jefe de Gobierno– en los que el próximo 1 de julio se elegirá gobernador. La entidad constituye uno de los bastiones panistas más importantes. Ha sido gobernada por el PAN de manera ininterrumpida desde el 26 de septiembre de 1991, hace poco más de 20 años, cuando Carlos Medina Plascencia ocupó la gubernatura como interino.
En la más reciente elección para gobernador, la de 2006, Oliva (candidato de la alianza PAN-Nueva Alianza) obtuvo el 61.86% de los votos; el PRI en alianza con el Partido Verde logró 26.21%, mientras que la alianza PRD-PT alcanzó apenas 10.82% de la votación.
La popularidad de Peña Nieto podría lograr que el panismo perdiera la hegemonía en esa entidad. De acuerdo con una encuesta de Consulta Mitofsky, levantada en noviembre del año pasado, el PAN tiene 38.3% de las preferencias electorales y el PRI el 31.4 por ciento.
Corriente pro panista
Las actividades del Papa en México fueron decididas por jerarcas pertenecientes a la tendencia eclesiástica que ha mostrado en los últimos años un activismo en pro del PAN, particularmente durante los procesos electorales federales de 2000 y 2006.
La corriente cobró fuerza en 1997 con la llegada de Luis Morales Reyes a la Presidencia de la CEM, quien se convirtió en el primer obispo –en ese momento lo era de Torreón– en lograrlo; tradicionalmente dicho cargo estaba reservado para cardenales y arzobispos.
Hasta la fecha los obispos pro panistas se mantienen al frente del Episcopado. A Morales Reyes (1997-2003) lo sucedió Martín Rábago (2004-2006), quien a su vez fue relevado por Carlos Aguiar Retes, su actual presidente, electo en 2007 y reelecto para un trienio más en noviembre de 2009.
Los sucesores de Morales Reyes han sido antes vicepresidentes o secretarios generales de la CEM, además de que también han sido elegidos siendo obispos y después nombrados arzobispos.
Juan Pablo II nombró a Morales Reyes arzobispo de San Luis Potosí el 20 de enero de 1999. Martín Rábago llega a León como obispo en 1995; el 25 de noviembre de 2006 se convierte en su arzobispo por órdenes de Benedicto XVI. Fue también el actual Papa quien ascendió a Aguiar Retes, al trasladarlo de la diócesis de Texcoco a la arquidiócesis de Tlalnepantla, de la cual tomó posesión el 31 de marzo de 2009.
Siendo presidente de la CEM, Morales Reyes y Martín Rábago su vicepresidente, el 25 de marzo de 2000 se da a conocer la carta pastoral Del encuentro con Jesucristo a la solidaridad con todos, en la que los obispos mexicanos critican la situación del país y se muestran a favor de que ocurra la alternancia en todos los niveles de gobierno, incluido el Ejecutivo federal.
El arzobispo Rivera Carrera y el obispo Cepeda Silva, quienes en la elección del 2000 mostraron su apoyo al candidato priísta Francisco Labastida, no aprobaron muchos de los señalamientos del texto y no lo firmaron. En julio de ese año, el PRI perdería por primera vez, después de 70 años, la Presidencia del país.
En el numeral 252 de la carta puede leerse: “Más que de ‘crisis’ o ‘cambio’, en México hoy hablamos de transición democrática. Un signo es la incipiente alternancia en algunos órdenes de gobierno. Una más plena cultura de la democracia supone la posibilidad real de esta alternancia”.
“Una vida digna es derecho de todo ser humano. En México, el tema reviste particular urgencia por la situación deplorable en la que viven millones de hermanos, excluidos del desarrollo y sin posibilidades reales de ingresar a él. Quienes han detentado el poder económico y político no han logrado crear las condiciones adecuadas y suficientes para superar la pobreza”, señala el documento en el numeral 307.
Semanas después, el 2 de mayo, el Episcopado difunde el mensaje La democracia no se puede dar sin ti, en cuyo numeral 17 se establece: “Es importante saber qué proponen los candidatos para decidir si se les apoya o no con el voto; por ejemplo si reconocen o no el deber moral de garantizar el derecho inalienable a la vida, desde la concepción hasta la muerte natural”.
A siete días de la elección presidencial de 2000, Martín Rábago llamó a “no votar por las instituciones políticas que la historia nos ha enseñado no cumplen sus promesas de campaña” y pidió votar “por los partidos que están comprometidos con la defensa de la vida humana” (La Jornada, 26/06/2000).
En entrevista con Enfoque (Reforma, 8/04/2001), Morales Reyes dijo que “la Iglesia católica está contenta y celebra la transición política nacional”. En su mensaje de despedida como presidente de la CEM afirmó que “como testigos del inicio de la transición democrática los obispos del país no se sienten defraudados de que a sus tres años de gobierno, el presidente Vicente Fox haya cumplido sólo algunas de sus promesas de campaña”. Añadió: “Sabemos que (el presidente Vicente Fox) hace un esfuerzo por cumplir en llevar al país en la dirección correcta” (El Universal, 13/11/2003).
A finales de 2003 empezaron a perfilarse los posibles candidatos a presidir la CEM, dado que Morales Reyes ya había sido reelecto y tenía que dejar el cargo.
El Club de Roma trató de impulsar a Rivera Carrera. “Es el hombre con las mayores facultades y más capaz para ocupar la presidencia de la CEM, toda vez que cuenta con las mejores conexiones para ayudar a la unidad”, aseguraba el obispo Cepeda Silva (Milenio, 5/08/2003).
En la elección desarrollada el 13 de noviembre de 2003, finalmente Martín Rábago fue elegido presidente del Episcopado por más de 80 votos, de 95 posibles. Rivera Carrera declaró “que declinó en virtud de que tiene varias responsabilidades como arzobispo primado de México” (El Universal, 14/11/2003).
Respaldo a Calderón
En 2006, la elección presidencial tuvo que ser resuelta por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), que el 5 de septiembre anunció como ganador al actual jefe del Ejecutivo frente a Andrés Manuel López Obrador por una diferencia de apenas 233 mil 831 votos, 0.56% de la votación.
En ese contexto fue muy importante el apoyo que Calderón recibió de Martín Rábago y de Aguiar Retes como presidente y secretario de la CEM, respectivamente; aunque algunos obispos se pronunciaron en contra del fallo –como Raúl Vera, obispo de Saltillo, quien criticó: “No les importó nada, es un proceso tachado de irregularidades; no sabemos si es un Trife débil o, de plano, (los magistrados son) irresponsables, o, lo más terrible, corruptos” (Reforma, 11/09/2012)–, ambos lograron que el Episcopado Mexicano en su conjunto lo respaldara.
El mismo martes 5 de septiembre, la CEM envió un desplegado a los principales diarios para ser publicado al día siguiente. La inserción pagada establece en sus dos primeros párrafos: “Después de un controvertido proceso postelectoral, el TEPJF ha emitido el fallo definitivo e inapelable que ratifica a Felipe Calderón Hinojosa como candidato ganador de las elecciones presidenciales y por lo tanto Presidente Electo de los Estados Unidos Mexicanos (…) Los Obispos de México nos sumamos a los ciudadanos e instituciones que respaldan la actuación y el fallo que ha dado el Tribunal Electoral, y por tanto reconocemos la legalidad del nuevo Presidente Electo, al que le deseamos éxito en su administración en beneficio de todos los mexicanos”.
Como Presidente de la República en funciones Calderón también ha sido apoyado por la CEM. Una vez que Aguiar Retes pasó de la secretaría general del Episcopado a encabezarlo, el organismo en su conjunto ha justificado la lucha emprendida en contra del narcotráfico.
En el marco de la 91 asamblea plenaria de la Conferencia, Aguiar Retes expresó: “La guerra contra las drogas, cuando la enfrenta un país en forma unilateral, está perdida; tiene que ser una estrategia global en la que participen especialmente los países de mayor consumo, como Estados Unidos, pero la que emprendió el gobierno de México, que justifica la lucha que ha dado el presidente Calderón, es encomiable y los países, al menos los de América Latina, lo reconocen como el gran líder en esta batalla contra la no permeabilidad del poder del narcotráfico en las estructuras del Estado.
“Si no tenemos esa claridad no podemos entender el valor que ha tenido el Presidente, la necesidad que tiene de que todos lo acompañemos” (La Jornada, 3/06/2011).
Benedicto XVI arribará al aeropuerto de León, Guanajuato, el viernes 23 de marzo a las 16:30 horas. Será recibido como Jefe de Estado por el presidente Calderón, con quien se reunirá a las 18:00 horas del día siguiente, en el edificio donde despacha el gobernador Oliva, la Casa del Conde Rul.
El Papa, sin embargo, pareció anunciar un viaje pastoral el pasado 12 de diciembre, durante una misa con motivo de la festividad de la Virgen de Guadalupe: “Sostenido por el auxilio de la providencia divina, tengo la intención de emprender un viaje apostólico antes de la santa Pascua a México y Cuba, para proclamar ahí la palabra de Cristo”.
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