Tras seis años en Pasta de Conchos, el movimiento sigue. Con Mario Ávila

Tras seis años en Pasta de Conchos, el movimiento sigue. Con Mario Ávila:

19 de Febrero, 2012

La mayoría de las familias en Pasta de Conchos han sido indemnizadas, reciben una pensión, pero aún hay gente adherida a sindicatos para agarrarlo de bandera política y usarlo como lucha de guerra contra el gobierno federal o en contra del ex secretario del Trabajo, Javier Lozano.

A seis años de los hechos ocurridos en Pasta de Conchos, el periodista Juan Carlos Santoyo indicó que hay muchas asignaturas pendientes en torno al tema como la explotación del carbono en nuestro país y de otros minerales.

Dijo que son temas que al final de cuentas no es que se hayan dejado pendientes, sino que la misma situación en que se han colocado los mineros es que no existen sistemas de seguridad, no existan suficientes inspecciones además de existir abandono pese a que es una forma de ingreso para muchas familias.

Señaló que el estar vigilando cada mina para lograr que no se meta una persona sin accesorios y vestimenta especial es muy complicado y difícil.

Ahora, dijo se siguen dando accidentes de ese tipo ya que no se puede tener inspectores para cada pozo, además no se puede controlar la actividad en una región en donde un pozo se hace a escondidas y se hace como se debe.

En el caso de Pasta de Conchos fue algo que hizo que mostrara que hay muchos problemas en materia minera.

"Pasta de Conchos también se convirtió para un señor como Raúl Vera el arzobispo de Coahuila, en un fondo político para estar siempre presente y presionando".

En el caso de Napoleón Gómez Urrutia, dijo que en el tema tomó un papel primero de oponerse, luego confrontarse y por último huir.

Indicó que Gómez Urrutia se encuentra en Canadá protegido sabiendo que es trabajador en aquella nación para que no lo puedan deportar hacia México. "Él agarró esto como una cuestión político personal".

Santoyo señaló que la mayoría de las familias en Pasta de Conchos han sido indemnizadas, reciben una pensión, pero aún hay gente adherida a sindicatos para agarrarlo de bandera política y usarlo como lucha de guerra contra el gobierno federal o en contra del ex secretario del Trabajo, Javier Lozano.

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