Los focos rojos se han prendido en la industria química del país. En 2011, el déficit comercial habría superado los 20,000 millones de dólares, una cifra histórica que revela que el sector no sólo se ha venido haciendo más pequeño, sino que también ha tenido que recurrir cada vez más a las importaciones. En los últimos 15 años, el déficit comercial de la industria química ha crecido 612%. En 1996, el déficit era de tan sólo 2,400 mdd y el año pasado alcanzó los 17,100 mdd, ya que las exportaciones sumaron 9,300 mdd y las importaciones 26,400 mdd.
Petróleos Mexicanos (Pemex) no cuenta con la capacidad suficiente de producción, por lo que no puede suministrar la cantidad de productos que requieren las empresas químicas. Esto incrementa los costos y afecta la competitividad, pues deben pagar fletes, rentar embarcaciones especiales para traer la materia prima que necesitan desde Estados Unidos o de países de Europa como Alemania. A diferencia de México, las empresas que operan en esas naciones están conectadas con sus proveedores a través de ductos, por lo que no gastan en transporte, lo que reduce sus costos y las hace más competitivas.
De acuerdo con la Asociación Nacional de la Industria Química (ANIQ), Estados Unidos es el principal proveedor con el 70% de las importaciones totales, seguido de Europa con el 20% y el resto proviene de diferentes países de Asia y América Latina.
Hasta ahora, los esfuerzos de Petróleos Mexicanos (Pemex) por incrementar la producción de productos petroquímicos a través de la optimización de los procesos productivos de sus plantas y acuerdos de cooperación con empresas como Mexichem, Indesa y la brasileña Braskem, no han sido suficientes, por lo que la ANIQ busca que se autorice la inversión privada en algunos activos de la paraestatal, aprovechando la Ley de Asociaciones Público-Privadas (APP), cuyo decreto fue publicado a mediados de enero pasado, para revertir esta tendencia y reactivar el sector.
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